El pasado sábado, solo una película de las nominadas se llevó más de un premio Forqué: 20.000 especies de abejas, que ganó las candidaturas Cine en Educación y Valores y Mejor Largometraje de Ficción. El filme se postula ya como una de las propuestas favoritas de cara a los Goya, aunque ya partía con ventaja, siendo la más nominada con 15 opciones a estatuillas.

Pero esto no es relevante para la directora detrás de la película, que utilizó los propios Forqué para marcar distancias con el discurso de la competitividad y la ferocidad en la industria del cine.

"No siento a las otras finalistas como competidoras, no podemos hablar de lógica de ganadores y perdedores. El sistema se pone en evidencia y tenemos que inventar una forma de celebrar el cine en el que haya huecos para todas", declaró Estibaliz Urresola desde el escenario, en su segunda intervención de la noche.

Pero, antes de recibir los premios, la alavesa habló con El Independiente desde la larga alfombra roja del evento, celebrada en la tercera planta del Palacio de Congresos de Ifema, sobre en qué se traduce para ella ese reconocimiento y todo lo que ha pasado desde que, hace un año, recogiera en los Forqué otro galardón, en ese caso por su cortometraje Cuerdas.

En él, la coral de mujeres a la que pertenece Rita está a punto de disolverse porque han perdido la subvención municipal que les permitía mantener el local de ensayo, por lo que el grupo tiene que decidir si acepta o no el patrocinio de una de las empresas que más contamina en el valle.

"Ha pasado un año, pero siento que han sido tres por lo intenso que ha sido. Estábamos aquí por Cuerdas, pero faltaba ir a los Goya, teníamos que ir a Berlín por la película... los procesos de cortometraje y película se han ido simultaneando constantemente desde otoño de 2021", recordó, con una sonrisa.

Sofía Otero es la protagonista de '20.000 especies de abejas' y la segunda española que logra el Oso de Plata | BTeam Pictures

Sobre la recepción de 20.000 especies de abejas, la calificó como "un sueño" y algo "excepcional". "Me siento muy privilegiada por la visibilidad que han conseguido los dos proyectos y por la oportunidad de estar aquí", añadió.

La cineasta, de 39 años, no cree que sea un año especialmente fructífero para el cine social, y menciona Alcarràs o Cinco lobitos, de 2022. Además, rechaza la división entre cine social y personal.

"No entiendo diferenciar entre cine social y personal. Tú estás inserta en una sociedad y en un tiempo concreto. Incluso la vivencia íntima también es una expresión de lo social, el cine es social siempre" argumentó.

"La vivencia íntima también es una expresión de lo social"

En el caso de 20.000 especies de abejas, la película cuenta cómo Cocó, de ocho años, no encaja en las expectativas del resto y no entiende por qué. Todos a su alrededor insisten en llamarle Aitor, pero no se reconoce en ese nombre ni en la mirada de los demás, porque ella es Lucía.

Para conocer el origen de la opera prima de Estibaliz Urresola hay que remontarse a 2016, cuando Estibaliz Urresola se topó con la noticia del suicidio de un joven que buscaba un tratamiento hormonal para completar su transición.

Rodada durante siete semanas en verano de 2022 en distintas localizaciones del País Vasco, como Llodio y Hendaya, el guion de la película tiene su origen en las Residencias Artísticas Una habitación Propia organizadas por Gariza Films.

Estibaliz, en el rodaje de '20.000 especies de abejas' | Bteam Pictures

La película cuenta en su guion con castellano, euskera y francés y con una duración de 125 minutos. Lara Izagirre y Valérie Delpierre son las productoras del film, que cuenta con la dirección de fotografía de Gina Ferrer García y la dirección de arte de Izaskun Urkijo Alijo. Eva Valiño se encarga del sonido, y Koldo Corrella del diseño de sonido.

Tras estrenar la película y presentarla en infinidad de festivales siete años después, la directora explicó cómo el feedback recibido por la comunidad trans se ha convertido en su verdadero premio, aunque reconoce el evento mediático que surge cada vez que se lleva en un premio de un certamen puede llevar a que personas nuevas vean su película por primera vez:

"He recibido mucha devolución de las personas de la comunidad y ha sido muy emotivo. Empecé en la fase de documentación y siempre me han trasladado su agradecimiento por darles una herramienta que les ha facilitado llegar más lejos de lo que podrían con solo verbalizar sus testimonios. El cine tiene eso, la capacidad de comunicar a lo largo y ancho del planeta. En algunas sesiones a las que he podido ir en los cines también me expresan su agradecimiento... y para mí eso son los premios", apuntó.

"Exijo como ciudadana que cese la barbarie de Palestina"

En los Forqué, Urresola fue una de tantos asistentes que lucieron la chapa de solidaridad con Gaza con la inscripción Alto el Fuego ya sobre su traje, en tonos azules y con motivos vegetales.

"Deseo con todo mi corazón y exijo como ciudadana que se puedan tomar las medidas para que se produzca un cese de la barbarie que está sucediendo en Palestina. No entra en cabeza de nadie que se estén atacando instituciones como colegios, hospitales, a la población civil... este es un altavoz como otro cualquiera, por aquello de que lo personal es político. Y yo no puedo desprenderme de esa visión del mundo ni de ese dolor que siento cada día que veo vejaciones a periodistas a los que les impiden sacar su labor libremente", reivindicó, con firmeza.