Los faros sirven para guiar a los navegantes, pero la cineasta Ángeles Hernández retuerce esta idea hasta convertirlos en un lugar de incertidumbre, incomprensión y culpabilidad en forma de fantasmas. Y lo hace en Faro, su segunda película como directora tras Isaac, que llega este viernes 26 de enero a los cines y cuenta con la producción de David Matamoros (El Hoyo) para Mr Miyagi Films y la distribución de Alfa Pictures.

"Es súper sexy poner la historia en el faro, salir del típico escenario de película de terror de mansión gótica o una cabaña. En los faros encontramos la dicotomía de que son lugares diseñado para salvarte la vida e iluminarte, pero a la vez son sitios muy solitarios", explica Ángeles Hernández a El Independiente junto al reparto principal de la cinta en una sala de los cines Embajadores de Madrid.

Con tintes de terror y surrealismo, el thriller psicológico Faro cuenta un drama familiar sobre la depresión tras la pérdida de un ser querido, pero plasma también cómo el dolor se enquista haciendo crecer el sentimiento de culpa. La directora cuenta que le gustaría que, además de entretener, la película hiciera llegar el mensaje de la urgencia de cuidar la salud mental.

"Que te dañe más o menos esa bestia depende del cariño y de la comprensión de la gente que tengas alrededor", reflexiona la directora sobre la depresión. Los protagonistas son Hugo Silva (Pollos sin cabeza), Zoé Arnao (Las niñas) e Irene Montalà (Un asunto privado). Para esta última, la película ha supuesto una catarsis al hacer que supere su fobia al agua.

"Tenía pánico, pero lo recuerdo con mucha diversión. Interpretar bajo el agua es muy guay, me enorgullece haberlo conseguido. Me da miedo hasta bañarme en la playa... imagina estar haciendo el muerto en alta mar, sin nadie a la vista. Fue un ejercicio de autocontrol, de confianza y de entrega muy grande", presume.

Mientras que la mayor parte de escenas de la catalana son en solitario, Hugo Silva y Zoé Arnao muestran la complejidad de una relación de padre e hija ante una situación extrema, algo agravado por los problemas de comunicación entre ellos.

Silva afirma que aprovecha tanto el cóctel de emociones de este papel como el resto de sus trabajos para hacer terapia, aunque no es de esos actores que se llevan sus personajes fuera del set de grabación:

Hugo Silva: "Hago terapia con mis personajes"

"Siempre que hago un papel con una carga emocional me viene muy bien, disfruto mucho entrando y saliendo del personaje y además yo necesito desarmarlo para volverlo a armar y para coger distancia". Por su parte, Zoé, la revelación del reparto; cuenta que este papel le ha aportado una gran seguridad en sí misma como actriz por el reto que le ha supuesto.

De cara al futuro, cuenta que le gustaría probar con alguna película de época "por los vestidos", y la comedia por que se considera una persona "muy graciosa". Respecto a la comedia, Hugo Silva apunta que la base es "punto de vista y ritmo".

El actor está viviendo un principio de año repleto de promociones: el 14 de febrero estrena Buscando a Coque, pero tiene dos grandes citas antes: este viernes 26 le podrían entregar un Feroz y el 10 de febrero podría recibir su primer Goya, ambas nominaciones por su papel en Un amor.

Hugo Silva, en 'Faro' | Alfa Pictures

Recuerda que se enteró de la nominación por la televisión y que lo primero que hizo al escuchar su nombre fue hablar a su representante. Después se duchó para ir a la Academia de Cine y de camino, ya en coche, llamó a su madre.

"Estoy muy agradecido, sobre todo por la gente que me ha apoyado desde el principio. También a los compañeros que he conocido, que me han enseñado, moldeado". Pese a sus años en la industria audiovisual, se niega a dar consejos a los que empiezan ahora.

"He sido muy afortunado porque he tenido muchas oportunidades, he trabajado mucho e incluso he tenido algún éxito. Con tanta suerte creo que no debería de dar consejos, no me atrevería", concluye.