Esta madrugada, la 97ª edición de los Premios Oscar ha coronado a Anora, la película independiente sobre los sueños rotos de una trabajadora sexual de Brooklyn, como la excelsa ganadora de la noche. La cinta dirigida por Sean Baker se ha llevado cinco de las seis estatuillas por las que optaba, incluida la de 'Mejor Actriz' para Mikey Madison y el summum de los Oscar, el premio de premios: aquel a 'Mejor Película'.

Sin embargo, si bien a muchos lo que les interesa es la feroz competición y la rabia espumosa que nace de ver a su favorita perder ante aquella que desprecian, al populacho lo que nos interesa es el cotilleo. El detrás de las cámaras, los entresijos del quién dijo eso o quién dijo aquello, lo que pasará a la historia de la cultura popular. Hace dos años fue un todavía sonado puñetazo de Will Smith a Chris Rock. El de 2024 fue una machirula-pero-en-realidad-no-tanto actuación en rosa de Ryan Gosling... y el consecuente ataque de risa de su compañera de reparto, Margot Robbie. Para este 2025 hay dónde elegir.

Un beso venganza en la alfombra roja

La viralización empezó dos horas antes del comienzo de la ceremonia, aunque muchos argumentan que el verdadero inicio de los Oscar se produce justo ahí, en la alfombra roja. Es ahí donde los actores y actrices hacen cola para unos ínfimos dos minutos de pose, flash y, quizá, alguna pregunta por parte de la prensa. Pero les merece la pena: quieren fardar de lookazo y mostrar al mundo quién corta el bacalao, y quién puede permitirse una millonada en un traje de marca.

Los ojos avizores presentes aprovechan este momento para ser testigos de las primeras interacciones que tiene el famoseo los unos con los otros. Así, con las cámaras grabando, la actriz Halle Berry se acerca decidida a su compañero (y esperemos que amigo) Adrien Brody y le planta un buen morreo, todo esto delante de la mujer del actor. Lo hace en venganza a aquel que Brody le dio a la actriz en la ceremonia de 2003, cuando subió al escenario a recoger de la mano de Berry el Oscar a 'Mejor Actor' por su actuación en El pianista. En su día, no lo tachó de agresión, sino que bromeó con que el beso "venía incluido en la bolsa de regalo".

@accesshollywood HALLE BERRY KISSED ADRIEN BRODY AT THE #OSCARS !!! THIS IS NOT A DRILL 🚨 #AWARDSEASON ♬ original sound - Access Hollywood

Al menos, el beso-respuesta de la actriz se ha dado previo aviso: "Lo siento, Georgina [Chapman, esposa de Brody], pero tengo que hacerlo", le dice Berry, quien ganó el Oscar a 'Mejor Actriz' en el año 2002 por su papel en El pasado nos condena, a la esposa de aquel que esta noche se ha alzado con la estatuilla a 'Mejor Actor' por su protagónico en The Brutalist. Luego, el trío se ha hecho una foto juntos, para demostrar que no hay mal rollo. La mano de Chapman acariciando la espalda de Berry y subiendo tímidamente al brazo de esta, que rodeaba a Brody. Un sutil gesto que parece querer decir "bueno, está bien, pero, quita, quita, que lo que es mío no se toca".

Y, si bien en la alfombra roja se ha comentado positivamente el modelito de Colman Domingo, nominado por su papel en Las vidas de Sing Sing, lo que más ha trascendido ha sido la ausencia de dos mujeres: la de la actriz española Karla Sofía Gascón y la de la celebrity Kylie Jenner. A la de Alcobendas se la esperaba con morbo: es la primera actriz transexual en estar nominada en los premios de la Academia y, para más inri, es protagonista de uno de los mayores escándalos mediáticos de los últimos años.

El actor Timothée Chalamet en la alfombra roja de los Premios Oscar
El actor Timothée Chalamet en la alfombra roja de los Premios Oscar | EFE/EPA/DAVID SWANSON

A la segunda, por su parte, se la esperaba por motivos más románticos: haría de acompañante de su pareja, el también nominado Timothée Chalamet. El actor de Un completo desconocido apareció en la alfombra de color rubí vestido entero de amarillo, como un rayo de sol que aguarda poder besar a la Luna. La Dama Blanca le esperaba sentada en su butaca, contigua a la del actor. Pareciera que la más joven del clan Kardashian no quisiera opacar a su amorcito. Una vez dentro, la pareja se dio el tan esperado beso.

Una ceremonia muy musical

La gala comenzó puntual, a la una de la madrugada hora española. Su comienzo fue, una vez más, lo más comentado (quizá porque son pocos los espectadores que aguantan las casi tres horas que dura la ceremonia). Fuera como fuere, los Oscar abrieron la actuación de las nominadas Ariana Grande y Cynthia Erivo, con un popurrí musical de canciones de El mago de Oz y Wicked, la película que representaban. Grande abrió con Somewhere over the rainbow, la popular canción de la película de Victor Fleming. Lo hizo ocho años después de interpretarla en Manchester, cuando la cantó en un concierto benéfico por las víctimas del atentado terrorista que tuvo lugar en uno de sus conciertos en mayo de 2017.

A lo largo de la noche sucedieron una retahíla de interpretaciones musicales dignas de mención pero, quizá, la más fortuita de todas (y, por ende, la más comentada) haya sido aquella protagonizada por Margaret Qualley, la contraparte de Demi Moore en La Sustancia. Nadie entiende por qué, pero los Oscar decidieron hacer un homenaje a James Bond, y poner a la nepobaby (su madre es Andy McDowell) al frente del mismo. Porque, con la reciente compra del espía inglés por parte de Amazon, todo el mundo se pregunta quién será el próximo agente 007, pero nadie por quién será una futura "chica Bond". Ahora, es Qualley quien tiene todas las papeletas.

La actriz, con un largo vestido rojo que dejaba al descubierto tanto su espalda como sus piernas, danzaba entre hombres vestidos con esmoquin al son de la melodía del personaje que interpretó Daniel Craig. Porque eso es James Bond: elegancia, soberbia y mujeres. El baile, cargado de erotismo, ponía a Qualley en el eje central: una preciosa muñequita granate que danza, salta y disfruta con cada vuelta. Más tarde, la cantante Raye aportaría su tributo a Bond con una versión del oscarizado tema Skyfall, de la homónima película del espía.

El reencuentro de 'Cuando Harry conoció a Sally'

Para ser un buen maestro de ceremonias no tienes que ganarte al público, sino a los espectadores digitales. Ellos serán los que te criticarán en la red social X. El presentador de la noche, Conan O'Brian, parece haberlo hecho bien: los fanáticos de los premios no han hecho sino elogiar su trabajo, cómico pero sin llegar a ser cargante. Bromas como la que hizo a Karla Sofía Gascón en referencia a sus polémicos tuits o la conjunta con Adam Sandler, quien interrumpió a O'Brian para abrazar y elogiar a Chalamet. Todo ello mientras vestía unos shorts hawaianos y una chillona sudadera azul. Digamos que el actor de 50 primeras citas no acudió de etiqueta.

Y, si hay algo que siempre se recuerda de los premios del cine estadounidense son los discursos de sus protagonistas. Siempre emotivos, comúnmente felices y, en ocasiones, cargantes. Esta última etiqueta le ha valido al ya mencionado Adrien Brody quien, al subir al escenario para recoger su estatuilla a 'Mejor Actor', ha dedicado unas palabras tranquilas, pausadas y firmes. Pero el actor de The Brutalist ha pecado de calma, aburriendo al público y haciendo que el hilo musical que avisa al que habla de que va siendo hora de callarse empiece a sonar. Brody lo ha despechado con un "ya termino, parad la música" para seguir hablando. La música ha tenido que sonar una segunda vez. Previo a ello, el alegato de Brody: "estoy aquí, de nuevo, para representar el drama y la repercusión de la guerra, de la opresión sistemática, del antisemitismo y del racismo, y rezo por un mundo más feliz, más sano y más inclusivo. Creo que si hemos aprendido algo del pasado, es no dejar que el odio se descontrole. Luchemos por lo que es justo".

Pero, no se confundan: el politiqueo no ha sido un pilar fundamental de la noche. Ninguna referencia a Trump, pese al actor Sebastian Stan estar nominado a 'Mejor Actor' por su papel como el magnate convertido en Presidente. Basel Adra, director adjunto de No Other Land, la cinta que se ha llevado el Oscar a 'Mejor Película Documental', sí que ha aprovechado el espacio para hacer mención al genocidio en Gaza, y ha pedido al "mundo entero" tomar "acciones serias para detener la injusticia y limpieza étnica de los palestinos".

Los actores Meg Ryan y Billy Crystal han sido los encargados de otorgar el Oscar a 'Mejor Película'
Los actores Meg Ryan y Billy Crystal han sido los encargados de otorgar el Oscar a 'Mejor Película' |

EFE/EPA/ALLISON DINNER

Y, con todo este precedente, llegaba el final de la noche. Los actores Meg Ryan y Billy Crystal subían al escenario para entregar la estatuilla a 'Mejor Película'. Es la segunda reunión que los protagonistas de Cuando Harry conoció a Sally protagonizan en menos de un mes, tras ambos aparecer en un anuncio de la Super Bowl imitando una de las escenas de la famosa comedia romántica. Crystal abría el sobre recordando aquella famosa frase de su personaje: "cuando tienes la oportunidad de ser un ganador del Oscar durante el resto de tu vida, quieres que el resto de tu vida comience cuanto antes". Anora, la prostituta que tenía fe en el sueño americano, es ahora una estrella.