Ha mirado al mar durante más de un siglo. Sobre ella se han enamorado reyes, nobles y plebeyos, han discutido y se han reconciliado jóvenes y ancianos, se han cruzado víctimas y verdugos. Tras ella todos ellos han admirado el horizonte, encrespado en ocasiones, bravío a menudo, pero siempre bello de la Bahía de La Concha. La imagen más fotografiada de San Sebastián, el símbolo de una de las ciudades más bellas de España, cambiará de vistas a partir de hoy. Lo hará al menos uno de sus fragmentos para viajar en ocasiones a la cima de un monte, en otras a cercana calle donostiarra y habrá quien la someta a un viaje lejano a su exilio internacional donde mitigar la añoranza de la capital guipuzcoana.

Será decisión de los 225 afortunados que desde hoy son poseedores de un pedazo del paseo de La Concha, de un fragmento de historia. Apenas 80 centímetros de barandilla, poco más de 50 kilos de peso repletos de vida y relatos que tiene dueño: los comprendidos entre el 1.197 y el 1421, los números agraciados.

Su belleza está impregnada de historia centenaria. Fueron instaladas en 1916 e inauguradas por el rey Alfonso XIII, cuando San Sebastián se convirtió en destino predilecto de realezas, burguesías y corte aduladora.

Los 225 lotes de barandilla tienen 80 centímetros de ancho, 50 kilos de peso y cuestan 145 euros

Es sólo un fragmento. Se han obtenido de los escasos 180 metros de barandilla retirados entre el balneario de ‘La Perla’ y el Hotel Londres, que en invierno renovó el Ayuntamiento de San Sebastián. La próxima primavera el Consistorio abordará la segunda fase. También entonces se procederá a su sorteo posterior.

7.000 demandantes

Desterrado al desguace, la fundición o el olvido no eran una opción para el emblema de la ciudad. Menos aún, cuando miles de donostiarras soñaban con tener un pedazo de ella en casa, en el pueblo o en su ‘exilio’ lejos de la ciudad.

La llamada fue un éxito en apenas un instante. Casi 7.000 personas hicieron cola para inscribirse. Todas ellas estaban dispuestas a abonar los 145 euros en los que el Ayuntamiento cuantificó el coste de preparar las piezas. Cada bloque de barandilla constaba de cinco rosetones, cinco fragmentos. Y así, la sustitución de las 45 barandillas permitiría preparar los 225 lotes que hoy se han sorteado en el Salón de Plenos de la ciudad, el antiguo casino de la capital guipuzcoana.

Se entregarán tal cual, con el óxido, el desgaste y las historias que ha acumulado cada uno de los fragmentos de barandilla. Además de abonar el coste de la operación, los nuevos propietarios de las barandillas deberán comprometerse a cuidar el símbolo de la ciudad. Un contrato previo establece que queda prohibido comerciar, vender o hacer ningún tipo de negocio con ella bajo la amenaza de emprender acciones legales por parte del Ayuntamiento.