Cultura

Lo que la 'mejor' copia de la Mona Lisa nos cuenta sobre el taller de Da Vinci

Vista de la exposición 'Leonardo y la copia de Mona Lisa' en el Museo del Prado. EFE

Descubrieron que se trataba de la copia más temprana de la Mona Lisa. Que se pintó en paralelo a la real, a la de Leonardo Da Vinci, y que detrás de aquel fondo negro se escondían los porqués y los cómos de un taller que formó a otros grandes pintores del Renacimiento.

Hace diez años el Museo del Prado presentaba su Mona Lisa restaurada y una serie de conclusiones que convertían a esta pieza en única. Desde entonces un equipo, encabezado por la conservadora Ana González Mozo, se ha dedicado a estudiar y analizar cada centímetro de esta copia y, gracias a sus hallazgos, a resolver algunas dudas del funcionamiento de aquella escuela vinciana.

Comparación del antes y después de la Gioconda

"El estudio técnico, tras la restauración, dio a conocer que se trataba de la copia más temprana y nos sirvió como testimonio de los procedimientos de trabajo en aquel taller. Al seguir investigando vimos cómo el autor de esta Mona Lisa fue alumno directo de Da Vinci, que se pintó bajo su supervisión, y que es también el de la copia de la Santa Ana del Hammer Museum de los Ángeles y de una de las versiones del Salvator Mundi", aseguran desde la pinacoteca.

Como recuerda el director del Prado, Miguel Famolir, que en aquella época era el jefe del departamento de Pintura Italiana del Renacimiento, "la rueda prensa en la que se presentó la restauración (en la que confirmaron que tenían en su poder una copia de la Gioconda) fue sin duda la más concurrida de este museo. Todo lo que tiene que ver con Leonardo genera una enorme expectación. Hoy podemos congratularnos de que las conclusiones a las que llegó han sido unánimemente reconocidas por la historiografía especializada".

Ahora, después de esta década de estudio, presentan Leonardo y la copia de la Mona Lisa. Nuevos planteamientos sobre las prácticas del taller vinciano, una exposición que muestra todo lo descubierto y que se podrá visitar hasta el 23 de enero de 2022.

En ella incluyen, además de esta Mona Lisa, una selección de obras que pretenden explicar al maestro. La mayoría fueron realizadas en su taller y gracias a material gráfico y reflectografías infrarrojas explican cómo "los discípulos asimilaron sus enseñanzas y cuáles eran las prácticas que estos seguían para la ejecución de obras".

El taller de Leonardo

Tal y como explica la comisaria, la gran estrella de la exposición, la Mona Lisa del Prado, "es de un integrante del taller de Leonardo, reconoce parte del proceso creativo de la Mona Lisa y representa un momento anterior a de la original".

"La hemos contextualizado en unas prácticas muy concretas, no es una copia casual sino que forma parte del engranaje creado con Leonardo para que su taller funcionara", continúa. "Tuvo que pasar muchos años con él y Da Vinci le permitió copiar sus grandes obras. Les enseñó la importancia de la estructura, por lo que estás copias reproducen procesos de trabajo no pinturas exactas", explica.

González Mozo asegura que a través de este estudio han corroborado los testimonios de la época que afirmaban que el taller de Leonardo Da Vinci "estaba integrado por numerosos artistas, alumnos y discípulos que orbitaban alrededor del artista mientras él trabajaba".

También ha querido explicar como las copias no tenían esa connotación negativa que se les otorga actualmente. "En el Renacimiento a veces estaban más cotizadas que las obras originales", ha corroborado Falomir.

"El método con el que los alumnos de Leonardo aprendían a pintar era copiando sí, pero no en el sentido que se entiende ahora, tratando de hacer una imagen idéntica, sino buscando emular cómo se habían resuelto los volúmenes sin perder el estilo de cada uno", ha añadido González.

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