Medios gráficos supuestamente obsoletos y anti tecnológicos, con funciones y formas de distribución en contextos geopolíticos y sociales muy diferentes: Alemania y México. Es lo que cuelga desde este martes en las paredes de la tercera planta del Edificio Sabatini del Museo Reina Sofia con De Posada a Isotype, de Kollwitz a Catlett, la exposición que pretende rastrear los cambios drásticos e intercambios que hubo en las representaciones "del sujeto colectivo" en las culturas gráficas de Alemania y México durante la primera mitad del siglo XX: "Ambos países comparten la condición de haber sido naciones tardías y democracias recientes, por lo que carecen de las convenciones diferenciadas de la caricatura crítica y política tal como se habían desarrollado en la Inglaterra y la Francia del siglo XIX. En ambos contextos geopolíticos, las imágenes de la colectividad y las imágenes del pueblo plantando cara a la opresión surgen de forma paralela, aunque de forma radicalmente distinta".
Así, con más de 450 originales y comisariada por Benjamin H.D. Buchloh y Michell, De Posada a Isotype, de Kollwitz a Catlett examina la evolución del arte gráfico y su papel como herramienta de reivindicación social y política mediante la obra de dos de las grandes figuras del grabado, José Guadalupe Posada y Käthe Kollwitz, así como el trabajo desarrollado en este campo por artistas del expresionismo alemán y del Taller de Gráfica Popular mexicano o el proyecto Isotype (International System of Typographic Picture Education), emprendido por los austriacos Otto Neurath, Marie Reidemeister-Neurath y el alemán Gerd Arntz.
«La obra de Posada, con numerosas octavillas, pósteres y periódicos u que sirvió de referencia de una identidad nacional mexicana durante décadas, dialoga en la muestra con los diseños con los que Kollwitz refleja los dramas sociales de la Alemania del Imperio hasta la Primera Guerra Mundial», explican los comisarios.
Muchas de las obras de la muestra proceden de importantes colecciones privadas, instituciones y museos como el Metropolitan Museum of Art y el MoMA, de Nueva York; The Art Institute, de Chicago; la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, en Washington; el Centre Pompidou, de Paris; o el Kunstmuseum de la Haya, y el conjunto se distribuye en nueve salas divididas en cuatro grandes secciones.
La revuelta de los tejedores, La guerra de los campesinos y Guerra, de Kollwitz, se centran en denunciar dramas de la Alemania de la época a la vez que se enfrentan a las caricaturas políticas y viñetas de la Revolución Mexicana elaboradas de un Posada que utilizaba los icónicos esqueletos y calaveras para acercarse al pueblo en grabados como La calavera Oaxaqueña o Los 41. Asimismo, el expresionismo alemán toma importancia con la producción gráfica de Max Beckmann, Otto Dix y George Grosz, o los trabajos de Raúl Anguiano, Luis Arenal, Pablo O'Higgins, Ángel Bracho, Alfredo Zalce y, "el más importante", Leopoldo Mendéz, quien sitúa al arte gráfico como la "herramienta de comunicación y educación de la clase trabajadora y rural" en plena época revolucionaria del país, precisan desde el museo: «El México posrevolucionario también vivió el debate sobre el uso del medio gráfico como herramienta de comunicación y educación de las clases trabajadoras y rurales, debate que se inició en periódicos como Frente a Frente y El Machete. En ellos se dudaba de que las pinturas murales promovidas por el Estado se correspondieran con las necesidades de esas clases sociales, y defendieron que los medios gráficos eran más efectivos para tal fin».
De Posada a Isotype, de Kollwitz a Catlett, es la primera muestra que el museo inaugura en 2022 y estará vigente hasta el próximo 29 de agosto. Además, los comisarios llevarán a cabo un encuentro con el público este miércoles, 23 de marzo, a las 18.00 horas en el auditorio 200 del Edificio Nouvel para explicar los detalles de la propuesta.
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