Las bodas de Fígaro, la famosa ópera de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), se estrena hoy en el Teatro Real. No es el estreno de una producción nueva y es la sexta vez que se esta ópera se ofrece en las 25 temporadas desde la reapertura del Real. No hay épica alguna, no hay un esfuerzo extra del teatro por abrir su aforo frente a los escenarios operísticos de todo el mundo cerrados por la pandemia como ha sucedido en los últimos dos años. No, nada anómalo y, por primera vez, las mascarillas no serán obligatorias, sólo recomendadas, como establece la nueva normativa.

Todo es normal. Así se planteó la programación de esta temporada, como si fuera una más, como si no hubiera pandemia, pero no ha sido hasta este estreno de hoy en el que ese deseo casa con la realidad. Habrá mascarillas entre el público, pero sólo para quien quiera. 

La casualidad ha querido que la normalidad sea extraordinaria, pues Las bodas de Fígaro son recurrentes en la programación de cualquier teatro del mundo dada su gran popularidad. Pero esta popularidad es más propia de nuestro tiempo, ya que como explica Joan Matabosh, director artístico del Real, en el pasado recibió malas críticas. Se estrenó en 1786 en Viena y en 1802 llegó por primera vez a Madrid a donde y volvió un siglo después. “Lo que dijo la crítica en aquel momento hoy nos puede parecer hilarante, pero lo que se dijo es que óperas tan cultas como aburridas sólo se deben representar en los conservatorios”, recordó Matabosh. 

Su suerte empezó a cambiar entre el público en los años 60, “pero fue en los 90 cuando se Luego ya en los en los años 90 se normaliza ya más en las temporadas y a partir del momento en el que se ha inaugurado el Teatro Real se ha hecho en cinco temporadas. Es uno de los títulos que más se ha hecho más. Y ahí sí que ya podemos empezar a hablar de una normalización definitiva de Las Bodas de Fígaro en el repertorio de Madrid”, cuenta Matabosch.

 María José Moreno (La condesa de Almaviva), Rachel Wilson (Cherubino) y Julie Fuchs (Susanna)
María José Moreno (La condesa de Almaviva), Rachel Wilson (Cherubino) y Julie Fuchs (Susanna)

“La mejor música de ópera”

Esta ópera de Mozart está considerada como la más perfecta de las compuestas por el austriaco. La escribió en menos de un año junto con el libretista Lorenzo da Ponte (1749-1838) con quien también hizo equipo en las óperas Così fan tutte y Don Giovanni. ”Se trata de una obra maestra propia de un genio que se distingue de otras óperas bufas por la gran calidad de sus conjuntos”, afirma Ivor Bolton, director musical del Teatro Real. "Es la mejor música de ópera jamás escrita, con hitos de la composición musical como el final del acto dos o el sexteto del tercer acto o el final del acto cuatro", añade Bolton que ya ha dirigido siete óperas de Mozart en el Real. 

Las bodas de Fígaro que se estrena hoy es una producción original del Festival de Salzburgo (2006) que encargó a Claus Guth la dirección escénica de las tres óperas de Mozart con libreto de Lorenzo da Ponte, una de las cuales, Don Giovanni, se representó en el Teatro Real la pasada temporada. En su propuesta escénica, Claus Guth explora el lado inconfesable y ambiguo, contradictorio, siniestro, sádico o lascivo de las relaciones amorosas. “Intenta recoger la riqueza musical y expresarla en la dramaturgia. Todos esos subtextos psicológicos que contiene la música, es decir, el cantante está cantando una cosa, pero quiere decir realmente otra distinta”, afirma Bolton.