Cultura

Vilar, la aldea gallega de quince habitantes convertida en museo

'Escenas do cambio: Sons do esquecemento ou A navalla do tempo' es la muestra vanguardista con la que que Mateo Feijóo reivindica la sabiduría rural en peligro de extinción

Sons do esquemento ou A navallado tempo. Manuel G. Vicente

Como en un diálogo con la memoria y la herencia colectiva a través de sus raíces, y un grito a la sabiduría rural en peligro de extinción. Es la intervención con la que el artista Mateo Feijóo (Portugal, 1968) reivindica en Santiago "ese mundo que se está borrando" y el carisma de Vilar, la aldea de poco más de quince lugareños que lo vieron crecer, en la comarca gallega de A Baixa Limia, en Ourense.

Bajo el título de Sons do esquecemento ou A navall do tempo y dentro del programa de Residencias Artísticas del Gaiás 2022, que pretende apoyar el talento y dar visibilidad a la creación artística y cultural contemporánea, tanto gallega como internacional, el que fuera director de las naves teatrales del Matadero de Madrid ha logrado transportar hasta el Museo Centro de Gaiás, "las voces, los sonidos y las imágenes del pueblo de Vilar en un retrato visual y sonoro". "El proyecto traza un camino en la memoria, en el conocimiento y en los valores que están suspendidos en el filo de la navaja, a punto de desaparecer", explica el autor.

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Manuel G. Vicente
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Feijóo se trasladó a convivir junto al antropólogo y músico Txema González, y los fotógrafos Ximena Garrigues y Sergio Moya, entre los habitantes de la aldea para "construir un retrato" que tomara como base sus recuerdos y vivencias de la infancia. A partir de esta intimidad, de las experiencias vitales y la cotidianidad de las gentes del territorio, geográfica y metafóricamente aislado, recogió "las sensaciones y el saber que reside quieto en la memoria, pero magullados por las huellas del tiempo". "De ahí surge todo, lo que aparentemente se ha olvidado, lo que puja por salir, lo que saben que no ha sido escrito".

La muestra recoge así el rostro de los vecinos de Vilar en fotografías, pero también el estado de las casas y hasta el sonido ambiente del viento, la lluvia, los árboles, o las anécdotas de los vecinos al son de la poesía de Elvira, una vecina de 80 años que recita, en un audio de dos minutos, las 59 fuentes del lugar que le vienen a la cabeza. "Hubo muchísima implicación por parte de los vecinos. Ver sus reacciones en la intervención fue importante, creamos un vínculo entre la propuesta artística y la lectura de todos. Yo he trabajado y vivido siempre fuera, en grandes ciudades. Y, al mismo tiempo, sé hacer cosas que gente de mi edad no hacen como segar con una guadaña. He pensado mucho en este proyecto. Con esta propuesta busco recuperar a través de la fotografía y el sonido, los rostros, los saberes y los ecos de una cultura que se olvida en el rural gallego y convida a reflexionar sobre lo que a día de hoy se considera desfasado, incómodo u obsoleto en la sociedad", asevera el autor.

Y es que, en datos previos a la pandemia del coronavirus, en Ourense es la provincia gallega donde se concentran las mayores fugas y donde la despoblación es más fuerte. Entre 1981 y 2019, solo ocho municipios crecieron mientras los 84 restantes bajaron. Además, ascienden a 11 para los que la caída supera el 70%: Baltar, O Bolo, Castrelo de Miño, Cualedro, Lobeira, Parada de Sil, San Xoán de Río, A Teixeira, A Veiga y Verea. De todos, hay dos casos de despoblación especialmente graves que ostentan, además, el récord gallego: San Xoán de Río pasó de tener 2.755 vecinos en 1981 a solo 531 en 2019 (-80,7%), y A Teixeira bajó de 2.030 a 316 (-84,4%).

Se trata de la primera obra hecha en Galicia por este director artístico y programador gallego, que ha destacado por su trabajo en instituciones como el Teatro de la Laboral en Gijón o Naves-Matadero en Madrid. 

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