Fue el cuarto y único varón del matrimonio de Gustavo Adolfo de Suecia y Sibila de Sajonia-Coburgo-Gotha. Nació un 30 de abril de 1946 dando continuidad a una corona que todavía reposaba sobre la cabeza de su bisabuelo. La tragedia le llegó cuando aún no había cumplido un año, cuando su padre murió en un accidente de avión a principios de 1947 tras volver de una cacería acompañado por una cantante de ópera estadounidense y una actriz danesa. Tres años más tarde murió el rey y él, con tan sólo cuatro, se convirtió en el heredero al trono.

El rey Carlos Gustavo recién nacido y acompañado de sus padres y sus res hermanas mayores.

Carlos Gustavo asumió la corona con tan sólo 27 años, tras la muerte de su abuelo y la muerte prematura de su madre, y con un país que le veía demasiado joven y muy poco preparado. Disléxico, sus notas en el colegio hacían intuir una falta de valía para el cargo y la ausencia de una reina aumentó el temor de los suecos. Como cuenta el periodista sueco Herman Lindqvist, durante una entrevista al diario El País, "entonces el actual monarca sueco era el más joven del mundo, y no se sentía preparado. Recibía críticas con frecuencia y era también objeto de burlas en los medios de comunicación, y el viento soplaba con fuerza desde la izquierda. El entonces primer ministro, Olof Palme, dijo que estábamos a un paso de la república".

Y aunque no se llegó a ese punto, a los pocos meses se tomó una decisión que debió ser dura para el rey pero que le ha servido para celebrar hoy los 50 años de su coronación: quitarle poder. Por un cambio en la Constitución en 1975 dejó de poder firmar decisiones gubernamentales o nombrar a la persona que tenía que formar un nuevo gobierno para pasar a una función meramente simbólica.

Coronación del rey Carlos Gustado de Suecia.

También le ayudó conocer en los Juegos Olímpicos de invierno que se celebraron en Austria a Silvia Sommerlath, entonces azafata y traductora, con la que se casó a los pocos meses acabando con la etiqueta de rey soltero que tanto daño le hacía. Su aceptación desde entonces ha sido, casi siempre, muy buena. Sin apenas poder, con una familia casi idílica y una heredera adorada por todo el país ahora mismo roza el 60% de aprobación en una época en la que las monarquías pierden puntos cada año.

Aunque no siempre ha sido así, su reinado y la casa real han pasado algún que otro bache que ha estado a punto de acabar con su buena imagen y que incluso les ha hecho temer por su trono. El más sonoro fue en 2010, cuando se publicó una biografía no autorizada sobre su vida en la que se hablaba de varias infidelidades del monarca a su mujer e incluso de una larga relación con la cantante del grupo Army of Lovers, Camilla Henemark. Carlos XVI Gustavo, El monarca reticente, escrito por Thomas Sjöberg, vendió en pocos días 20.000 ejemplares y supuso un revuelo en Suecia provocando un descenso en su popularidad y una mancha en su imagen impoluta.

Pasamos página. Eso ocurrió hace mucho tiempo y ahora miramos hacia adelante"

CARLOS GUSTAVO DE SUECIA

Allí no sólo se contaba que había sido asiduo a los burdeles y a los clubes de striptease sino también el poco caso que hizo al trastorno alimenticio de su hija mayor cuando incluso había que vestirla con manga larga para evitar comentarios. Tal fue el alcance del libro, llenando titulares de toda la prensa del país y de muchos periódicos internacionales, que el rey tuvo que salir a hablar tras la tradicional cacería de alces en Hunneberg que organiza cada año la monarquía sueca. En rueda de prensa aseguró que, aunque no había leído el libro, sí que conocía su contenido y que ya había hablado con su mujer y sus hijos. "Pasamos página. Eso ocurrió hace mucho tiempo y ahora miramos hacia adelante", aseguró y el país le "perdonó" en tiempo récord alegando que su papel como rey no tenía tacha y que el resto eran problemas personales.

Del suegro nazi a la heredera errónea

La reina y el rey de Suecia en 1976.

Pero no fue lo único que le quitó el sueño durante aquellos años. La cadena sueca TV4 emitió un documental en que aseguraba que el padre de Sylvia, su mujer, había pertenecido al partido nazi y le acusaba de haberse aprovechado de la mala situación de los judíos para hacerse rico. Aunque en un primer momento negaron la mayor, los periódicos siguieron publicando papeles y pruebas hasta que ya se hizo evidente la mentira de la casa real.

Se sintieron acorralados y temieron que el pasado de la familia de Sylvia perjudicase a la boda de su hija la princesa Victoria con Daniel Westling, que era su entrenador personal, así que días antes lanzaron un comunicado en el que admitían la pertenencia del padre de la reina al partido pero matizaban que "no fue un miembro activo del movimiento nazi y que, en aquella época, era muy complicado ir contracorriente".

"Mi hijo, el príncipe Carlos Felipe, ya había nacido y de repente hay un cambio que lo dejó sin nada. Es bastante extraño. Me parece un error"

CARLOS GUSTAVO DE SUECIA

Y sería por su hija, Victoria, que es la heredera al trono, por la que le llegó su última polémica. La derogación de ley sálica por parte del parlamento provocó en los años 80 un cambio sustancial en la monarquía sueca dejando al único barón, Carlos Felipe, y hasta entonces heredero, alejado del trono y a la hija mayor de los reyes en primera fila. "Tener leyes que funcionan de forma retroactiva no es muy inteligente, lo sigo pensando. Mi hijo, el príncipe Carlos Felipe, ya había nacido y de repente hay un cambio que lo dejó sin nada. Es bastante extraño. Me parece un error", aseguró el pasado mes de enero abriendo aún más la brecha que los suecos creen que existe entre el monarca y su hija mayor.

Para intentar calmar los ánimos, lanzó otro comunicado, asegurando que apoya a su hija y su futuro como reina y que se le había malinterpretado pero ya era tarde porque en el documental hace hincapié en el error del gobierno sueco en dos momentos distintos. Pese a estas declaraciones, su hija se ha hecho fuerte durante la celebración de su medio siglo en el trono mostrando a su hija, Estelle, que se ha convertido en la joya de la corona sueca.