Cada 23 de abril, el mundo se sumerge en una celebración literaria única, donde las palabras cobran vida y las rosas embellecen las calles. Es el Día del Libro, una jornada especial dedicada a homenajear la literatura en todas sus formas, mientras que en Cataluña, esta festividad se enriquece con un gesto encantador, la tradición de regalar una rosa.

Es una ocasión donde la pasión por la lectura y el amor se entrelazan en un hermoso vínculo cultural, recordándonos la belleza de las palabras y la fragancia de las flores en un día lleno de encanto y significado".

Por qué se regala una rosa el Día del Libro

Esta tradición de regalar una rosa es en honor a la leyenda de Sant Jordi. En Cataluña, la tradición se remonta a una historia donde un valiente caballero llamado Jordi salvó a la princesa Cleodolinda de un dragón.

Tras derrotar a la bestia, en el lugar donde pereció el animal, brotaron preciosas rosas rojas. Jordi entonces tomó una de ellas y se la regaló a la princesa.

Esta gesta lo hizo popular en la Edad Media y lo designaron patrón de la caballería y la nobleza. Así, la rosa se convirtió en símbolo de amor y gratitud, y se regala junto con libros el día de Sant Jordi, que coincide con el Día del Libro, en honor a la literatura y a la memoria de grandes autores como Cervantes, Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega.

Cómo conservar una rosa cortada para que dure más

Existen muchas formas para mantener una rosa, pero si deseas mantenerla por mucho tiempo como recuerdo, lo mejor es secarla. Secar rosas es un arte delicado que requiere paciencia y técnica para preservar su belleza y fragancia. Existen varios métodos que permiten este proceso, cada uno con sus particularidades y beneficios.

El método de evaporación controlada del agua es ideal para conservar el color de las rosas. Colocar la rosa en un recipiente con agua y permitir que se evapore gradualmente garantiza una preservación duradera. Una vez seca, la rosa puede ser guardada en una caja de cristal para disfrutar de su belleza durante años.

El uso de gel de sílice es otro método popular y efectivo. Colocar la rosa sobre una capa de gel de sílice en un recipiente hermético permite una deshidratación completa en aproximadamente 10 días, conservando la forma y el color de la flor.

La arena también es una herramienta útil para preservar rosas. Colocar la rosa en una caja con arena y dejarla secar durante un par de semanas asegura una conservación efectiva, absorbiendo gradualmente la humedad de la flor.

La sal, un poderoso absorbente de humedad, también se puede utilizar para conservar rosas. Colocar la rosa en un recipiente con sal gruesa permite que se seque por completo en un proceso económico y sencillo.

El sol es una opción rápida para secar las rosas, aunque puede provocar una pérdida de color. Exponer la rosa al sol en un área bien ventilada acelera el proceso de secado, pero requiere precaución para evitar un exceso de calor.

Además de estos métodos más convencionales, existen opciones como el uso del horno o el microondas para secar las rosas de manera rápida y efectiva. Prensar las rosas entre las páginas de un libro también es una técnica clásica para conservar su belleza.