Creció en una familia singular. De madre negra, originaria de Las Bahamas, y actriz; y de padre blanco, judío y autoritario. Su infancia la pasó entre el barrio más rico de Nueva York, el Upper East Side, y uno de los más conflictivos, el Brooklyn de los setenta. Nunca sintió que su situación fuera distinta a la de los demás niños porque se crió en un ambiente de libertad absoluta donde los artistas, escritores o músicos acudían a su casa con frecuencia y donde sus amigos eran todos de un ambiente mucho más relajado que el habitual.

Pero fue creciendo y se dio cuenta que el color de su piel tenía un significado que a él le costaría llegar a entender. "Nunca lo había visto así hasta que un día un niño empezó a señalarme y a anunciar a voces que tenía una madre negra y un padre blanco. Yo no entendía nada. Fue mi madre la que me lo explicó y la que me dijo que la gente siempre iba a mirarme como un negro; que iban a fijarse en el color de mi piel y en nada más", aseguraría años más tarde, cuando ya nadie le señalaba por la calle por ser mestizo.

"Durante años me dijeron que mi música no era lo suficientemente blanca ni lo suficientemente negra"

LENNY KRAVITZ

"Siempre he tenido dos caras. De hecho, en Brooklyn era Eddie y en Manhattan me llamaban Lennie. Negro y blanco, judío y cristiano; de chaval iba de un extremo a otro de la ciudad", añadió en sus memorias, que escribió con 56 años y que título como su primer álbum, Let love rule, que Virgin Records le publicó en 1989.

Porque quizás fue aquel el que más le costó, con el que por fin pudo encontrar el hueco que tanto le habían negado. "Durante años me dijeron que mi música no era lo suficientemente blanca ni lo suficientemente negra", recordó. Pero desde aquellos finales de los 80 su mezcla de géneros le convirtió en un músico de referencia y ahora que cumple 60 años ha querido sacar un disco que le lleva casi a la infancia, de vuelta al origen.

Se trata de Blue electric light, que está formado por canciones que compuso durante su etapa en el instituto y que quizás ahora que llega a una edad donde la mayoría sufre ya el paso del tiempo, él lo usa para recordarnos que por el suyo no hace mella. "Uno puede tener 30 años y estar destruido, o tener 80 y ser joven y vibrante. Cuando alguien llega a los 100 años, ¿se siente como una persona de 100 o como la que siempre fue? En mi caso, puedo decir que estoy mejor de lo que he estado en toda mi vida. Mental, espiritual y físicamente me siento más joven que nunca", afirmó en una entrevista a El Mundo hace apenas unos días.

Y así lo ha demostrado siempre. No sólo en el escenario sino sobre todo fuera de él. Hace apenas un mes se hizo viral un vídeo en el que con pantalones apretados de cuero negro y una camiseta sin mangas medio transparente levantaba pesas en un gimnasio. "Es muy extraño esto del tiempo", agregaba en esta entrevista y añadía que sólo podía dar las gracias. "Como decía mi abuelo, lo mejor está por llegar".

"Aún tengo hambre, todavía tengo motivación. Siento que acabo de empezar"

LENNY KRAVITZ

Algo similar a lo que expresó en París cuando llegaba a los 50. "Me gusta hacer arte, hacer lo que hago. Y aún tengo hambre, todavía tengo motivación. Siento que acabo de empezar. Los últimos veinticinco años han sido una buena experiencia y una buena educación, pero creo que lo que voy a hacer en los próximos veinticinco va a sobrepasar lo que he hecho hasta ahora", confesó.

Y parece que va por el camino de conseguirlo. Con once álbumes publicados, más de 40 millones de copias en todo el mundo, decenas de giras y con un estilo muy particular, este estadounidense parece no tener fin y ha conseguido equilibrar una música de calidad con una vida totalmente expuesta a los focos.

Kravitz es habitual en fiestas, photocalls... Y aunque ha tenido una sola mujer, Lisa Bonet, con la que comparte a su única hija, Zoe Kravitz, su lista de novias famosas es interminable. De Vanessa Paradis a Naomi Campbell, pasando por Nicole Kidman; el conocido como "sex simbol" lleva años acaparando la atención de los paparazzi por su vida personal.

Quizás por eso, ahora este disco tiene mucho sentido porque a parte de llevarle al principio le describe cómo persona. "Es sensual, sexual y espiritual. Y lo interesante es que en él resuenan muchos sonidos de la música que yo hacía cuando estaba en el instituto y que nunca publiqué, antes de la salida de Let love rule", reconoció en otra entrevista.

"Mi fe en Dios y en el poder del amor es constante. Soy consciente de Dios todo el día. No puedo escapar de él. Es así de poderoso"

LENNY KRAVITZ

Porque es también Dios una parte importante de su vida. El artista comenzó siguiendo la fe de su padre, la judía, pero en el colegio se convirtió al catolicismo. "Mi fe en Dios y en el poder del amor es constante. Soy consciente de Dios todo el día. No puedo escapar de él. Es así de poderoso", confesó para Esquire hace unos años.

Este no tiene pinta de ser ni mucho menos su último trabajo aunque él tiene claro que llegará un momento en que tenga que retirarse y ya sabe dónde va a hacerlo. "Estaba viajando por todo el país, y cada vez me atraía más la gente, la cultura, la música, y la tierra también. Hay algo increíblemente poderoso y majestuoso sobre este lugar", comentó sobre cómo llegó a comprar su casa en Brasil gracias al consejo de un amigo y cómo aquel lugar ya le hizo plantearse en algún momento dejarlo todo. "Jamás me había sentido con tanta calma, paz, y tan cercano a Dios. Fue una época mágica. Pensé: ya no quiero el trabajo y el bullicio; seré granjero". Aunque por ahora ha pospuesto la idea.