En 1868 la Iglesia de Santa María la Mayor, considerada la más antigua de Madrid, fue derruida por el Ayuntamiento y la patrona de la capital, la Virgen de la Almudena, se quedaba sin su templo. Pero no fue por mucho tiempo, porque apenas 15 años después, el 4 de abril de 1883, el rey Alfonso XII estaba colocando la primera piedra de la futura catedral de Santa María la Real de la Almudena. Un templo a la altura de Madrid y de su patrona, que con el tiempo se convirtió también en un símbolo de la ciudad.
"Madrid tiene varias patronas. Pero la Virgen de la Almudena es la primera, por eso tiene dedicada a ella la iglesia más importante de la ciudad", explica Cristina Tarrero, directora del museo de la catedral. Y añade: "Las vírgenes de Atocha y la Paloma al principio estaban fuera de Madrid, aunque luego cobran más protagonismo y el pueblo acaba teniéndoles gran devoción. Las tres son vírgenes protectoras a las que los madrileños se encomiendan. Pero la patrona oficial desde los tiempos de Felipe IV es la Almudena. De ahí que el alcalde le renueve los votos todos los años a ella".
La fecha clave, sin embargo, llegaría 110 años después de que el edificio comenzara a construirse. Fue en 1993, cuando el Papa Juan Pablo II aterrizó en la capital para consagrar la catedral. Un acto histórico, porque ningún otro Papa había hecho jamás algo parecido con ninguna catedral que estuviera fuera de Roma, y que supuso además la inauguración oficial del templo.
Bendición de la catedral de la Almudena por san Juan Pablo II (1993). Foto: Archidiócesis de Madrid
"Fue algo muy importante para Madrid. La Iglesia se pudo terminar muy justita para ese día, porque suponía la apertura para los fieles y que empezara a funcionar como lugar de culto. Por suerte pudo venir el Papa, porque normalmente es algo que hace un obispo o un delegado del Vaticano. Aún hoy es la única catedral consagrada por un Papa en España. Tenemos muchos recuerdos de aquel día, por eso tenemos una capilla y una plaza dedicada a Juan Pablo II", rememora Tarrero.
No ha sido la única fecha histórica para la catedral. Aunque allí no se ofician normalmente matrimonios (aunque sí bautizos y confirmaciones), hubo una excepción: la boda entre Felipe y Letizia, que tuvo lugar el 22 de mayo de 2004, cuando ambos eran príncipes de Asturias.
Ese mismo año también se celebró allí el funeral de las víctimas del 11M, por el que desfilaron autoridades de todo el mundo. En 2011 Benedicto XVI congregó en la catedral a decenas de miles de personas durante la Jornada Mundial de la Juventud, organizada por la propia Iglesia. En 2014 fue también el lugar elegido para el funeral de Adolfo Suárez. Y los dos últimos arzobispos de Madrid, Antonio Rouco Varela y Carlos Osoro, tomaron posesión de su cargo allí en 1994 y 2015, respectivamente.
Historia
El edificio se ubica cerca del antiguo emplazamiento de la iglesia de Santa María la Mayor, la iglesia derruida en 1868, que a su vez había sido construida en el mismo terreno que una antigua mezquita. "Cuando se derriba esa iglesia la patrona de Madrid se queda sin templo. Entonces la Congregación de Esclavos de la Virgen de la Almudena solicitó a la reina Mercedes un espacio para construir uno nuevo. La reina se lo pide a Alfonso XII, que decide ceder una parte de los terrenos de palacio, y luego el arzobispado compra el resto", explica Tarrero.
Precisamente el papel de la reina fue crucial en el proyecto. Aunque murió cinco años antes de que la primera piedra se colocara, su esposo Alfonso XII quiso acordarse de ella durante el discurso que ofreció aquel día. Cuando murió, fue enterrada en el Monasterio de El Escorial. Pero en el año 2000, y con autorización de Juan Carlos I, fue trasladada a la catedral de la Almudena, donde yace justo debajo del altar de la Virgen.
Actualmente el edificio consta de una nave central, dos naves laterales y alrededor de 20 capillas a ambos lados. Por encima de ellas, en el espacio de las tribunas y el triforio, está situado el museo, a través del cual se puede acceder a la cúpula, que puede visitarse tanto en el interior como en el exterior y ofrece unas vistas panorámicas de la ciudad de 360º. Debajo de la catedral se ubica la cripta, que es independiente. Heredera de la primera iglesia derruida, es la sede de la parroquia de Santa María de la Almudena.
María Manso, guía del museo, relata que el proyecto original que diseñó el marqués de Cubas a finales del siglo XIX contemplaba una cripta de estilo románica y una catedral neogótica. Y aunque él muere, los arquitectos posteriores construyen la cripta según ese modelo y la terminan en 1911. La catedral, sin embargo, acabó siendo diferente a lo que se pensó en un principio.
"Las obras de la planta superior se paralizaron un poco antes de la Guerra Civil, y en 1944 se hizo otro proyecto para la catedral. Los arquitectos Fernando Chueca y Carlos Sidro dieron un giro hacia una arquitectura más clasicista, que nosotros llamamos ecléctica. La fachada exterior y la cúpula tienen un estilo que armoniza con el del Palacio Real, y el interior conserva las formas neogóticas que pensó en origen el marqués", detalla Manso.
El museo en el que trabajan tanto Tarrero como Manso se inauguró en 2007. En su interior se intenta dar a conocer la historia de la ciudad de Madrid, de sus patrones (la virgen de la Almudena y San Isidro) y de la propia diócesis. Allí hay objetos históricos, y una galería donde se conserva, entre otras cosas, objetos del cabildo.
Pero si hay que destacar dos objetos de especial valor en la catedral éstos serían el arca funeraria de San Isidro y la Virgen de la Flor de Lis. La primera se expone en una de las capillas, y es considerada uno de los muebles más antiguos de Europa, tal y cómo detalla Tarrero. Y la segunda es una pintura al fresco, de las más antiguas de Madrid. "Una maravilla de alrededor del siglo XIII", concluye la directora del museo.
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