La edad de la inocencia es una novela escrita por la autora estadounidense Edith Wharton, que publicó la revista Pictorial Review entre julio y octubre de 1920. Posteriormente, saldría en forma de libro de la mano de Appleton and Company, tanto en Nueva York como en Londres.

Times Book Review definió en su momento a esta obra como "una brillante descripción de la sociedad neoyorkina de hace 45 años, además de la novela más solicitada en bibliotecas públicas y un best seller en librerías". Además, La edad de la inocencia fue premiada en 1921 con el Pulitzer, en la categoría de Ficción, lo que convirtió a Edith Wharton en la primera mujer en ganarlo.

Más allá del reconocimiento y éxito que tuvo tras su publicación, ¿de qué trata esta novela centenaria? La edad de la inocencia está ambientada en la Nueva York de 1870, y sigue la historia de la infancia de Edith Wharton, marcada por la Primera Guerra Mundial y la posterior devastación que siguió al conflicto bélico.

Como señala Millicent Bell, compañero de Wharton, esta obra "fue compuesta y leída por primera vez después de la muerte de Theodore Roosevelt, y en el despertar inmediato de la Primera Guerra Mundial. Enmarcamos el final recordando múltiples pérdidas... no sólo la del presidente, sino la destrucción del mundo anterior a la guerra y todo lo que Wharton apreciaba de él".

A pesar de que esta novela cuestione los supuestos y la moral de la sociedad neoyorquina de la década de 1870, en ella no se condena la institución. Está también caracterizada por los detalles y la descripción de la forma de vida de la clase alta estadounidense del siglo XIX, así como por la tragedia social de su trama.

El título de la obra es un comentario sobre los modales de la sociedad de Nueva York, en contraposición a sus maquinaciones internas. Algunos expertos piensan que la autora se inspiró en el cuadro Una niña, de Sir Joshua Reynolds, que más tarde se conoció como La edad de la inocencia, y fue reproducido como rostro comercial de los primeros años de vida, en la última mitad del siglo XVIII.

Resumen de la trama y temática del libro

Pertenecientes al Nueva York del último tercio del siglo XIX, Newland Archer, un joven y brillante abogado, mantiene una relación con la también joven May Welland, quien ha recibido una estricta educación. Ambos están comprometidos para casarse, una decisión basada en las expectativas y cánones propios de su educación, su medio y sus respectivas familias.

Sin embargo, esta calma se ve truncada tras la llegada desde Europa de Ellen Olenska, una mujer de 30 años que es atractiva, independiente y poco convencional y, además, prima de May Welland. Su marcha del Viejo Continente es resultado de la huida de su matrimonio con un desaprensivo conde polaco, y provocará inestabilidad en la relación entre Newland Archer y May Welland.

Es interesante rescatar lo que la filóloga Alisa M. DeBorde señala en su libro Fuego y hielo en la era de la inocencia: "La Sra. Wharton empleaba a menudo la dicotomía en su propia vida: su papel de socialité y autora, mujer de la vieja Nueva York y rebelde europea, y su vida como esposa o amada. [...] Ellen y May son representaciones completamente opuestas de la vida y la cultura en la década de 1870 que no pueden coexistir felizmente juntas. Edith Wharton dibuja este contraste pintando sus paisajes psicológicos, basándose, en gran medida, en los motivos del agua y el fuego, elementos que, si se combinan, se destruyen mutuamente".

La edad de la inocencia no se trata exclusivamente de un retrato del albor de la decadencia de la alta sociedad tradicional de Nueva York, donde coinciden esplendor y miseria, sino que es también una obra que presenta los vaivenes y, en su mayoría, las contradicciones de las relaciones amorosas.

Los personajes de esta obra se enorgullecen de la posición social que ocupan, y los que tienen su origen en el "dinero antiguo" se sienten amenazados por los que provienen del "dinero nuevo".

La vida de estos está condicionada por las últimas modas, tertulias y apariciones. Para ellos, tener el reconocimiento de los miembros de la alta sociedad es lo más importante, por lo que están dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguir esa aprobación.