De acuerdo. En este mundo digital donde el streaming es rey y los likes son la moneda, el poder del pódcast nos ha dado esta mañana bien temprano un asiento en primera fila en un concierto de voces, que aunque no canten, nos traen buena música. Hoy, alrededor de la mesa (de mezclas) nos sumergimos en la fascinante saga más importante del rock.

Hoy de nuevo, gracias a la magia del pódcast, tendremos la oportunidad de sentarnos con nuestros playlistos para conocer más sobre la banda más importante y longeva del rock que presentó hace unos días nuevo álbum. Ladies and Gentlemen… The Rolling Stones.

Nos volvemos a poner al micrófono junto a un apasionado de su música como el periodista musical Mariano Muniesa, el gran Tequila y productor Alejo Stivel y el primer loco que los trajo a España, y amigo personal de Keith Richards, Gay Mercader.

En teoría buscamos algunos temas que añadir a la mejor playlist del mundo y de la historia, pero en el camino está el final, una vez más. Sí, aunque la charla y las anécdotas sorprendentes son el gancho, la selección de temas mencionados también está presente, y aquí va:

Pero claro, es lo que tiene juntarse con eruditos. Nos salen 25 canciones, y todas no van a caber. Dejaremos que sea el número de reproducciones el que haga la selección para la playlist final. No es malo que sean los propios oyentes con sus elecciones quienes también contribuyan.

Inspirados por los Stones

Abro fuego en la charla recordando que quizá deberíamos completar la playlist con todos aquellos miles de bandas que se han inspirado en los Stones para iniciarse en la música. Ante la pregunta a Stivel sobre si es su caso, confesó ser apenas un niño de 5 años cuando descubrió “All sold out”.

Sí, amigos. Alejo Stivel, la voz icónica detrás de algunos de los mayores éxitos del rock español, confesó que su amor por The Rolling Stones es previo incluso a poder leer el título. Como le ocurrió seguro a millones de niños en el mundo, aquello debió de ser como abrir una puerta a Narnia. 

Gay Mercader, el promotor de conciertos que ha creado para nosotros más de una noche inolvidable, no pudo evitar ser original, más allá de la lógica. En lugar de seguir el ritual de los jóvenes de la época de encerrarse en aquellas cabinas con auriculares para probar discos antes comprarlos, directamente pidió que le dieran todo lo que saliera de aquel grupo. Sin una buena dosis de intuición no se puede ser promotor, está claro. Algo había en aquellos muchachos que les hacía especiales. Para él, la actitud. Como alguien dijo, Jagger recita las letras como escupiéndolas.

Eran los revueltos finales de los 60 y todos tenemos claro que lo que se tocaba entonces era algo más que música. En palabras de Gay, la influencia de los Stones y The Beatles propició una revolución cultural de cuyos frutos disfrutamos ahora. Hay toda una generación que rompió moldes y cambió la forma de vivir. “Todas las libertades que tomamos ahora como normales, antes no existían”, comentó apasionado.

Mariano nos ha transportado a aquel momento en que The Rolling Stones no eran solo íconos de la música, sino también figuras tan incendiarias que llegaron a ser considerados un asunto de seguridad nacional por el gobierno británico. Juzgados irregularmente por un juez militar, pasaron de ser los bad boys del rock a convertirse en el rostro sonoro de una posible rebelión juvenil en la mente de algunos. 

Signo de los tiempos

Es un signo de aquellos tiempos cambiantes que el padre de Gay Mercader comentara en su momento una anécdota con un amigo millonario que vivía en Londres. Este amigo de su papá se escandalizó al ver un Rolls Royce, propiedad de uno de los Rolling Stones, aparcado en su calle. Era una invasión. Alejo fue más allá y nos recordó la anécdota de que Lennon llegó a dejar uno tuneado a lo hippie abandonado en la calle.

Otro signo claro de los tiempos fue el momento en el que Jagger, tras pasar dos días en la cárcel, fue invitado al programa World in Action para su escarnio público. Sentado frente a un obispo, un diputado conservador, y un periodista que no lo era menos, Mick, lejos de parecer un paleto inculto, supo contestar educadísimamente a cada pregunta que se le hizo:

La leyenda negra que relacionaba al grupo con el mismísimo satanás ha tenido su explicación gracias a Muniesa. Por lo visto, entre la aristocracia de finales de los 60 hubo una corriente muy afín a la parapsicología. El director de cine Kenneth Anger y su afición a hacer películas sobre cultos satánicos modernos tuvieron parte de la culpa. 

Que Mick Jagger hiciera la banda sonora del documental más surrealista sobre el satanismo de la época, y que el director usase, con el consentimiento del grupo, imágenes de su concierto en Hyde Park de homenaje a Brian Jones de 1969, hicieron el resto.

Y aunque, como nos ha contado Muniesa, Marianne Faithfull llegó a decir que Jagger no era “discípulo de satán, sino del satén”, nada más faltó que mucho más tarde reconocieran sentir cierta y clara “Simpatía por el diablo”

¿Rivales de los Beatles?

En la segunda entrega de La Mejor Playlist también ha habido tiempo para analizar la supuesta rivalidad con los cuatro de Liverpool, resuelta por nuestros playlistos con la conclusión de que jamás existió. No sólo eso, sino que además a los presuntos chicos buenos habría que haberles visto “salir a cuatro patas de los locales de alterne de Hamburgo”, como nos ha contado Gay. De hecho, esa inexistente rivalidad hubiese impedido que Keith Richards y Lennon estuviesen en un interesante grupo llamado Dirty Mac.

Sí, el de la guitarra es Clapton. No vamos a espoilear el contenido entero de este interesante capítulo, porque recomiendo su atenta escucha, sobre todo la parte en la que dejamos claro que si Jagger tiene fama de gran hombre de negocios, no parece muy fundada. El derecho de veto de Keith, la influencia de Watts, el motivo por el que siguen haciendo giras y hasta las aficiones más curiosas del grupo esperan al oyente a un clic de aquí.

Está claro que no ha habido nunca nadie como ellos, entre otras cosas, y como nos ha recordado Gay Mercader, “ningún grupo ha durado sesenta años”.