Bajo los grandes éxitos musicales de las últimas décadas ha fluido, como un mar de lava creativa bajo nuestros pies, una enorme corriente musical, denominada de manera convencional como independiente, sin la cual la música no sería lo mismo. Las inquietudes que no encontraban cabida en los grandes despachos de las discográficas hallaron caminos alternativos, fluyendo de bar en bar, de concierto en concierto.

En la actualidad, los medios se han diversificado y la influencia centralizada de la música ha disminuido. ¿Significa esto que hay más espacio para la creatividad y las nuevas propuestas? Absolutamente. Y más que nunca. Todos los días se suben miles de nuevas canciones a las plataformas digitales. Millones, cada año.

El 'indie' por dos de sus protagonistas

En el décimo episodio de La Mejor Playlist nos sumergiremos en lo mejor de la música independiente con la ayuda de dos curadores de playlist: Carlos Galán, fundador de Subterfuge Records, y Roberto Nicieza, baterista de la banda de Gijón Australian Blonde y actual mánager de Ilegales.

Pero, exactamente, ¿qué es la música independiente? ¿Cómo comienza? Tiene sentido hablar, cuando comenzó, de una reacción a un momento mainstream que lo dominaba todo por parte de las multinacionales y los grandes medios de comunicación. El fenómeno indie nace para dar entrada al mundo de la música a personas normalmente encontraban cerradas sus puertas.

Carlos Galán recuerda que el mundo de la música independiente era totalmente amateur. “Todos nos dedicábamos a otras cosas. En nuestros ratos libres empezamos a editar discos de grupos. En una primera fase grupos de amigos, y después de cosas que nos gustaban, como en el caso de Australian Blonde”. Este año se cumplen 30 años de "Chup Chup", la canción con la que el grupo asturiano rompió el cascarón del indie y entró en las listas de éxitos.

Se nota en su voz el orgullo por haber conseguido lanzar la primera canción independiente viral española. “De repente ibas a clubes de Malasaña y veías que esa canción sonaba y que tenía una recepción buena por parte del público. Tuvimos la inmensa suerte de que Montxo Armendáriz se fijase en ella para la banda sonora de Historias del Kronen”.

Roberto Nicieza lo vivió, claro, en primera persona. “De repente estábamos ahí, sonando en Los 40 cuando siempre vi la lista como blindada. Antes teníamos otro grupo que se llamaba La Posada de Morgan, cantábamos en castellano, movimos la maqueta en todas las multinacionales, y cuando ya desistimos, fue cuando ocurrió esto. Ya te puedes imaginar la reacción al vernos teniendo tanto éxito, después de todo. Lo logramos inconscientemente, sin premeditar, y eso lo hizo mucho más divertido”.

El espíritu de una época

Si se trata de escoger una canción que represente el movimiento indie, Carlos se decanta por “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana. Un tema que, a pesar de haber sido publicado por una multinacional, ilustra de manera inmejorable “la ascensión a los cielos y la bajada a los infiernos”.

Esa referencia al mundo grunge me llevó a preguntar al batería de Australian Blonde por cómo algo alternativo pasa a ser un éxito. Su respuesta: “Porque de pronto la gente ya lo ha hecho suyo”. Un ejemplo es “Where Is My Mind?” de Pixies:

Aunque Galán y Nicieza citan a dos bandas norteamericanas, el Reino Unido fue el verdadero epicentro de lo indie. Ahora, la globalización e internet han disuelto las fronteras, según el creador de Subterfuge: “Cuando vas a Londres no te vuela la cabeza tanto como antes, aunque en aquel momento la gran mayoría de grupos nuevos optó por cantar en inglés.” Roberto recuerda perfectamente, por ejemplo, a “unos tíos que venían de pasar temporadas allí estudiando y que después formaron Penelope Trip. Deberíamos considerarlos como el primer grupo indie que trascendió, antes que Planetas, que Australian Blonde, que todos nosotros. Recuerdo que cuando decías que eras de Gijón, nos preguntaban si les conocíamos.” Por eso, Nicieza elegiría para añadir a la lista “All Tomorrow’s Parties”.

En un mundo globalizado en el que la música aparece por arte de magia a golpe de ratón o de dedo en nuestro móvil, merece la pena recordar las vicisitudes de la distribución indie en los primeros 90. Carlos Galán lo recuerda muy vivamente: “Durante mucho tiempo la distribución era mi mochila. Iba con ella por las tiendas, dejando discos en depósito”. 

Fanzines y tiendas de discos

Ah, las tiendas de discos. Más que un simple negocio, se trataba de centros neurálgicos de modernidad y encuentro creativo. Galán las añora: “Si me preguntan qué echo de menos, contestaría que esas tiendas. Ahora mismo vuelve a haber un cierto boom, pero añoro lo que era eso. Llegar allí, que el tío te mirase y ya supiese que te iba a enseñar algo que te iba a encantar. Recuerdo rebuscar en las cubetas durante horas. Ese momento ceremonial, esa comunión con un espacio… no ha habido nada igual”.

Existían bandas que se crearon en esos lugares sagrados. Roberto echa de menos las de Gijón. “Había muchas, ahora solo queda la librería Paradiso. Sigue siendo un lugar de referencia. Todavía está ahí atendiendo Guille, de Patrullero Mancuso, por ejemplo. O sea que no solamente se creaban grupos allí, sino que a veces eran los propietarios de las tiendas, como en el caso de los padres de Alicia y de Mar, de Undershakers”.

El mundo del fanzine era otro reducto de creatividad. Roberto echa de menos cómo se enteraba de las novedades gracias al de Subterfuge, que venía con disco. “Nuestra meta no era sacar un disco, era estar en el disco del fanzine de Subterfuge”.

En aquella época, los lectores y consumidores de este tipo de publicaciones establecían un vínculo muy estrecho y apasionado con ellas. “Ibas al apartado de correos, leías las cartas con una ilusión tremenda, y al final llegabas incluso a saberte el nombre, los apellidos y dirección de los que compraban", recuerda Galán. "Aunque fuera de un pueblo de Extremadura. La gente se iba de vacaciones a Londres y te mandaba una postal desde ahí, diciendo he visto esto y me he acordado de ti".

Ecos de una época en la que se suplió con creatividad lo que no se podía conquistar con dinero. Bueno es que reivindiquemos ese legado creativo. Prestemos un rato de nuestra vida a escucharles.