Teatro

Catástofre del Prestige

N.E.V.E.R.M.O.R.E, memorias de una tragedia

La compañía gallega Chévere, junto a la dramaturgia y dirección de Xron, presenta este viernes 17 de septiembre en el Teatro María Guerrero de Madrid, una ficción con base documental sobre el desastre del Prestige. Una tragedia que azotó la costa gallega en el año 2002 y que a día de hoy aun sigue revoloteando en nuestra memoria.

Imagen de la representación

Imagen de la representación. Centro Dramático Nacional

La simbólica frase del poema “El cuervo” de Edgar Allan Poe para ponerle título a este, como señalan desde la compañía, “ejercicio de memoria colectiva”; N.E.V.E.R.M.O.R.E" (Nunca Máis). O lo que es lo mismo, hacer referencia al grito que miles de personas alzaban en el Cabo Fisterra viendo como toneladas de petróleo devoraban sus costas. “Empezamos a idear este trabajo en marzo de 2020. Cuando la llegada de un virus nos demostró que todo se puede cambiar. Que el mundo se puede parar. Y nos dimos cuenta de lo rápido que lo habíamos olvidado. Un año después comprobamos el enorme esfuerzo que se está haciendo para que todo vuelva a ser como antes. Y lo fácil que es dejarse convencer otra vez. Así que decidimos contar una historia para no olvidar tan fácilmente que las cosas pueden ser de otra manera”, señalan desde la compañía.

La representación se enfoca desde diferentes vertientes. Se podrán presenciar desde declaraciones de personas implicadas en la gestión errónea que se llevo a cabo y trajo consigo una crisis ambiental enorme en nuestro país, hasta testimonios reales que vivieron de primera mano la tragedia. El montaje, con un idea muy representativa de la compañía Chévere, utiliza técnicas documentales compaginando el humor con el pensamiento crítico. “Contar esta historia es además un conjuro para deshacer el hechizo que sigue rodeando la catástrofe del Prestige, convertida en una metáfora extrañamente perfecta de esa cultura del petróleo que nos impide ver qué hay más allá de la catástrofe, como si no pudiésemos habitar otro lugar que no sea ese”.

Contar esta historia es además un conjuro para deshacer el hechizo que sigue rodeando la catástrofe del Prestige"

compañía chévere

La ficción está representada por seis intérpretes - Manuel Cortés, Borja Fernández, Mónica García, Miguel de Lira, Patricia de Lorenzo y Arantza Villar – que ponen cuerpo y voz a los testimonios reales de los habitantes de la zona más afectada por el petróleo y reproducen las acciones que se llevaron a cabo en aquel momento que posteriormente desembocaron en la gestión fallida por las autoridades. Una labor de desdoble por parte de los actores, que ofrece al público un conjunto de recuerdos e impresiones de los hechos muy valiosos, utilizando un enfoque que fomenta la cercanía con el espectador.

Cartel oficial de la producción
Cartel oficial de la producción. CDN

Según Xron, que se integra en el Grupo Chévere en 1988, la finalidad de la producción es hacer memoria sobre lo que fue el conjunto de la tragedia y la reacción que tuvieron los vecinos de la zona. “Hay que revindicar el grito de un pueblo sumiso y callado, como así se entendía Galicia, que de repente despertó de la indignación a la solidaridad. El espectáculo quiere transmitir el mensaje de que es posible que nos unamos, que nos abracemos y alcemos la voz para decir que esto no puede seguir así. Reivindicar que hay que buscar esa unión a pesar de las restricciones hacia lo colectivo”

Una producción que elabora el espectáculo como una caja negra, sobre todo en el sentido de una maquinaria de registro de memoria. Culturalmente funciona como una metáfora del testimonio persistente de lo que fue destruido, lo que hay después del accidente. Pero también es la caja escénica vacía, por eso desde el equipo se apuesta por la idea de ofrecer los entresijos del decorado a la vista; un juego constante entre oscuridad y luz.  

Tráiler Oficial. CDN

Como se destaca desde Chévere, N.E.V.E.R.M.O.R.E es una forma de acudir al recuerdo de uno de esos pueblos que se podrían borrar del mapa sin que pase nada, pero que en diciembre de 2002 hizo suyo el grito del cuervo de Poe y no se dejó persuadir por las declaraciones de aquellos que aseguraban que todo volvería a ser como antes. Nos invitan a comprobar si la historia del Prestige fue algo más que una catástrofe ecológica, porque “a lo mejor es una metáfora y hay que entenderla como un aviso de lo que estaba por llegar”.

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