Los problemas de visión afectan a siete de cada 10 personas, especialmente a partir de los 45 años por la gran incidencia de la presbicia o vista cansada. Un porcentaje elevado que contrasta con el 22% que no se revisa nunca la vista, según los datos del Estudio sobre la visión en España, realizado por Clínica Baviera.

Pero, ¿cada cuánto hay que ir al oculista? La frecuencia de las revisiones no es la única recomendación para cuidar la salud visual, también son importantes otros hábitos que tienen que ver con la alimentación, el ejercicio físico o la protección.

  1. Acudir a revisiones cada dos años entre los 18 y los 49 años. En el caso de los niños, los mayores de 50 años, los diabéticos o las personas con miopía magna (más de seis dioptrías), las revisiones deben ser anuales.
  2. Alimentación rica en vitaminas A y C y minerales como el magnesio contribuyen a cuidar la salud visual. Además, ayudan a prevenir problemas metabólicos como el colesterol, la diabetes y la hipertensión que dañan la retina.
  3. Proteger adecuadamente los ojos en cualquier época del año, no solo en verano, y más en países como España donde la incidencia de los rayos solares es alta. Hay que tener además especial cuidado durante la práctica de actividades deportivas, tanto de nieve o montaña como acuáticos.
  4. Controlar el tiempo que se pasa frente a los dispositivos electrónicos y cuidando de prevenir la sequedad ocular. En trabajos de oficina hay que intentar mantener una distancia correcta entre el monitor y los ojos, de unos 50 centímetros, con una correcta iluminación de la estancia y descansos cada hora.
  5. Mantener los ojos hidratados, si es necesario con lágrimas artificiales y especialmente si se usan lentillas, caso en el que se tendrán que cuidar unas correctas medidas de higiene.
  6. Evitar el uso del tabaco, ya que se ha relacionado según diversos estudios con afecciones oculares como las cataratas, el glaucoma o la sequedad ocular.
  7. También el alcohol se ha relacionado con problemas oculares, ya que la retina es capaz de metabolizar el alcohol, por lo que se achaca al alcohol su resposabilidad en un cuadro llamado neuropatía alcohólico tabáquica que puede incluso derivar en ceguera.
  8. El ejercicio físico moderado contribuye también a cuidar la salud visual.

Es importante también prestar atención a los niños, ya que según la Fundación Salud Visual, Desarrollo Optométrico y Audiológico, promovida por la Sociedad Nacional de Optometría, aseguraba en un comunicado que la mitad de los niños que necesita gafas no las lleva porque sus padres no están al tanto del problema. Por eso, recomendaba estar atento en los niños a una serie de alertas:

  • Si el niño se acerca mucho a los libros o a la televisión y si muestra fatiga tras la exposición.
  • Si se distrae al leer y no comprende bien lo leído.
  • Si escribe mal a mano o invierte las letras.
  • Si el niño acusa de tener la visión borrosa, tanto de lejos como de cerca, si entorna los ojos para mirar o fijarse en detalles lejanos o si le duele la cabeza con frecuencia.
  • Observar si tuerce el cuello cuando lee o hace los deberes, que a la larga pueden manifestarse como dolores de cuello o espalda.
  • Si le duele la cabeza tras realizar un trabajo de cerca, como leer o dibujar.
  • Si muestra hiperactividad en clase o bajo rendimiento escolar.