Vida Sana

La “siestas del estrés” o cuando el mecanismo de defensa contra la ansiedad es el sueño

se llaman "siestas del estrés" o "siestas del miedo", se denominan en inglés.

Algunas personas sienten sueño ante situaciones de estrés y duermen una siesta que les ayuda a liberarse. EP

Uno de los peores momentos de ansiedad por los que pasa un niño es una rabieta. Llora, patalea, grita… está fuera de control y, sin embargo, unos minutos después puede quedarse dormido plácidamente.

Este sueño le produce un efecto reparador, le libera de la ansiedad y le hace empezar de nuevo. Es un mecanismo de autodefensa que soluciona – para los hijos y para los padres – la situación con eficacia.

Los niños que sufren rabietas suelen quedar dormidos poco después

El problema se vuelve un poco más complicado cuando hablamos de adultos. Como dice Javier Puertas, ex presidente de la Sociedad Española del Sueño (SES) y jefe de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario La Ribera de Alzira, el mecanismo más común asociado al estrés es el insomnio: “Lo normal es que el estrés y la imposibilidad de conciliar el sueño se retroalimenten. La ansiedad desencadena el insomnio y genera que la persona eleve su nivel de preocupación por el sueño, de manera que al final da igual el problema que generó el insomnio, el problema es el propio insomnio”.

Sin embargo, algunas personas tienen la capacidad para hacer frente a estas situaciones de manera distinta, a través de lo que en inglés se denominan “siestas de miedo” o “siestas de estrés”. “Es la adaptación real del refrán ‘consultarlo con la almohada’”, dice Puertas.

"El estrés provoca sueño a algunas personas porque facilita un descanso superficial y poco reparador y eso genera somnolencia diurna", coincide Iván Eguzquiza, psicólogo del Instituto del Sueño.

 

Esta siesta es la adaptación real del refrán "consultarlo con la almohada"

“Depende de la personalidad, el estrés aumenta normalmente nuestra capacidad de alerta y por eso hace, en general, más difícil el sueño. Pero estas personas que son capaces de aislarse pueden llegar a sentir sueño y sumergirse en la siesta para gestionar el estrés”, dice el médico de la SES.

Relacionado con la capacidad de quedarse dormido para liberar la ansiedad está la reposición de glucosa. “Una situación estresante requiere elevados niveles de glucosa, por lo que es normal que es evidente que una situación de estrés sucedida por una siesta puede ayudar a restaurar los aspectos metabólicos del organismo”, explica Puertas. Esta necesidad de reposición de glucosa se relaciona, según los expertos, con la necesidad que sienten algunas personas de tomar algo dulce en una sensación de estrés.

Esta siesta se relaciona con la necesidad del cuerpo de reponer glucosa tras una situación de ansiedad

Teniendo en cuenta que los problemas de sueño es una de las cuestiones de salud que más consultan los españoles en google, es importante cuidar la respuesta a la ansiedad. “Para las personas que responden al estrés quedándose dormidos, este sueño actúa como una liberación que les permite abordar una nueva tarea sin el estrés acumulado”, concluye Puertas.

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