Vida Sana

Obsesivo y a mucha honra: una guía para convertir las manías en virtudes

“Rodearse de gente celosa, desordenada o mentirosa es un estímulo para esforzarse y crecer”, afirma Tomás Navarro, coautor de 'Yo soy así (y ya no me importa)' en el que afirma que a las rarezas se les puede sacar partido.

Hay quien no sale de casa sin su amuleto. Quien no puede dejar un número impar de latas de refresco en la nevera o quien no es capaz de mantener una relación sana sin que le invadan los celos. Cada uno tiene sus manías y vive rodeado de las de otros, para lo que solo queda una cosa: aprender a convivir con ellas.

Eso es lo que pretenden enseñarnos a hacer Tomás Navarro y Fernando Trías de Bes en Yo soy así (y ya no me importa), un recorrido por las rarezas más comunes con las que nos cuesta convivir. “Nuestro objetivo principal era romper algunos mitos. Porque a veces creamos problemas donde no los hay. Porque los celos, el desorden, la sumisión… pueden ser normales o convertirse en algo problemático. Depende cómo lo gestionemos”, afirma Navarro.

Los celos, el desorden, la sumisión… pueden ser normales o convertirse en algo problemático. Depende cómo lo gestionemos"

Navarro, psicólogo de formación, se ha unido al economista Trías de Bes para dar forma a este compendio de relatos que va repasando, a través de historias inventadas y vividas, las distintas personalidades y estableciendo las líneas que separan lo normal de lo patológico. Distinguir entre la soledad buscada, que es buena, y la mala.

“Es cierto cada vez se nos enseña menos cómo tolerar la frustración y eso genera mucho sufrimiento. De 40 años para arriba estamos algo más entrenados, pero los menores de 40 y aún menos los que no han cumplido los 20 años tienen muchos problemas para aceptar las cosas como vienen y tolerar la frustración”, afirma Navarro.

Para ello, lo primero según estos autores es reconocerse en las manías y verlas como algo normal. “Todos tenemos nuestras manías. Pero la gente que piensa que es rara hasta que llega a Londres y ve que no lo es. Queremos que la gente lo entienda y que vea que algo que se plantea a priori como un defecto, no tiene por qué serlo y se puede convertir incluso en una virtud si se gestiona bien”, asegura Navarro, que en el libro hace un repaso por cada clave de personalidad para buscar su lado positivo.

Igual o más complicado resulta aceptar las de los demás. Soportar a tu jefe, a tu pareja o a tu cuñado puede ser misión imposible si encima son maniáticos del orden, sumisos o mentirosos. Pero para Navarro, la clave es aceptarlos. "No es que te aporten algo, pero si tienes que convivir con ellos es mucho mejor asumirlo y aprender de ello", apunta.

Si te paras a ver las fotos de la gente en Instagram con cuerpazos, cochazos, en lugares paradisíacos... lo miras y dices, ¿y quién soy yo, el tonto del pueblo?"

No obstante, el psicólogo reconoce que en la edad del Instagram es fácil verse defectos. “Ahora en la sociedad hay muchos modelos. Si te paras a ver las fotos de la gente en Instagram, con cuerpazos, cochazos, en lugares paradisíacos… lo miras y dices, ¿y quién soy yo, el tonto del pueblo?”

Por eso los autores insisten en normalizar las manías y creen que la mejor forma de hacerlo es con humor. Y gracias al humor han ampliado el público al que se dirigen: “El libro tiene dos lecturas muy diferentes, la superficial de los relatos de humor y otra más profunda de análisis de las personalidades”.

De todas los perfiles de los que habla el libro – desde celosos a perfeccionistas, mentirosos, sumisos, sobreprotectores o ignorantes -, Navarro solo erradicaría uno: “Se habla de él en el libro, de manera algo más superficial, pero son los psicópatas, los que disfrutan haciendo daño a alguien. El resto no son ni buenos ni malos. De hecho son un estímulo para esforzarte y crecer”.

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