Las autoridades valencianas han decidido suspender las Fallas de Valencia por la crisis del coronavirus, después de los contactos con el Ministerio de Sanidad.

El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha anunciado a última hora de este martes la cancelación de las fiestas, que iban a tener lugar del 15 al 19 de marzo próximos a causa de la epidemia del coronavirus.

Asimismo, el Gobierno autonómico ha decidido también aplazar las fiestas fundacionales de la ciudad de Castelló, la Magdalena, que iban a comenzar este domingo. Se trata de una medida de prevención y en "plena coordinación" con el Ministerio de Sanidad, que ha recomendado no celebrar ninguna de ambas fiestas para evitar contagios debido a las aglomeraciones previstas en ellas. 

El jefe del Consell ha apelado a la "comprensión de toda la ciudadanía valenciana" y ha recalcado la "coordinación" mantenida en todo momento con el Gobierno de España. "Los responsables del Ministerio (de Sanidad) han dado una instrucción clara: la conveniencia de no celebrar los actos festivos de las Fallas y la Magdalena en las fechas previstas", ha aseverado Puig.

"La responsabilidad es el primer requisito de cualquier gobierno; la Generalitat ha seguido los criterios científicos y técnicos para proteger la salud de la ciudadanía", ha apostillado el dirigente valenciano.

Previamente a esta comparecencia, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había asegurado que la decisión de mantener o no en su integridad las Fallas de Valencia ante la crisis del coronavirus se tomaría "de manera consensuada" y "guiada" por "criterios científicos".

Salvador Illa, ministro de Sanidad, declaró este martes tras el Consejo de Ministros que la única motivación para suspender eventos como las Fallas o la Feria de Abril de Sevilla es la "protección de la salud pública".

Según las últimas cifras oficiales, en la Comunidad valenciana hay 50 casos positivos de coronavirus.

En la mañana de este martes, la décima mascletà ha estado marcada por la inquietud y la incertidumbre de los asistentes. Desde el balcón del Ayuntamiento se ha podido observar cómo la afluencia de público al espectáculo pirotécnico, que suele congregar a entre 15.000 y 20.000 personas diarias -y hasta 30.000 en algunas ocasiones, según fuentes oficiales-, ha sido notablemente inferior, y hasta diez minutos antes del inicio era posible encontrar algún hueco incluso en primera fila, informa Efe.

Todo ello a pesar de que en el centro de la ciudad se registraba a las 14 horas una temperatura agradable, alrededor de los 19 grados, con un cielo ligeramente plomizo pero sin viento ni la menor amenaza de lluvia.

Las inmediaciones de las fallas de sección Especial -las más vistosas, grandes y caras- también empiezan a ser puntos de paso para turistas y curiosos, puesto que las figuras de mayor tamaño ya se han descargado, y aunque permanecen envueltas, el montaje de las principales estructuras ya se ha iniciado y es posible observar el trabajo en directo de los artistas falleros.

La fiesta sigue este martes en la calle, pero envuelta en un halo de preocupación que solo el paréntesis de la novedosa mascletà de la pirotecnia Crespo de Alzira ha hecho posible.

La propuesta de esta pirotecnia, habitual en el "templo" de las mascletas desde 1987, ha llenado la plaza de sonidos contundentes, color y mucho humo, pero no ha sido capaz de elevar el ánimo de quienes siguen con expectación cualquier novedad relacionada con el coronavirus