El coronavirus COVID-19 avanza sin cesar en España y está provocando una escalada de contagios que está llevando al límite a nuestro sistema sanitario. Una situación sin precedentes, al menos en el último siglo, que ha llevado a Gobierno y comunidades autónomas a pedir a la ciudadanía su compromiso para tratar de contener la propagación del virus. Las medidas de aislamiento son las más acertadas para tratar de evitar el contagio entre personas que, muchas de ellas, aún no saben si está infectadas o no.

El insistente llamamiento a quedarse en casa empieza a calar entre la población pero, aún así, siempre existen excepciones en las que los ciudadanos tendrán que entrar en contacto entre ellos: aquellos que tengan que acudir a sus puestos de trabajo, cuando toque ir al supermercado para llenar la nevera o si al bajar la basura o pasear al perro nos encontramos con un vecino. En esos u otros casos el Ministerio de Sanidad lo deja claro: si presentas alguno de los síntomas respiratorios asociados a este coronavirus (como tos o sensación de falta de aire) o tienes fiebre, directamente evita el contagio con otras personas. Pero aunque felizmente no sea tu caso, el virus puede vivir ya contigo sin que haya dado la cara. De hecho, el departamento de Salvador Illa recuerda que hasta el 80 por ciento presenta síntomas leves. Además, ese vecino, compañero de trabajo o conciudadano con el que te cruces sí que puede estar infectado, aunque ni siquiera él lo sepa, y por ello es necesario mantener una distancia prudencial de uno a dos metros, para evitar el contacto estrecho con las secreciones respiratorias que se generan con la tos o el estornudo.

Y junto a esta medida, la acción seguramente más eficaz para evitar el contagio es el lavado de manos, siempre con agua y jabón para eliminar los microbios que estén en ellas y prevenir estas y otras enfermedades infecciosas.

En concreto, recuerda el Ministerio, en la mano y entre los dedos podemos encontrarnos como “viajeros no deseados” a numerosos gérmenes y bacterias, causantes de catarros o gripes, de infecciones gastrointestinales, o de conjuntivitis si nos llevamos las manos a los ojos.

¿Cuál es el lavado de manos perfecto?

Las informaciones varían según la fuente, unos dicen que ese lavado de manos debe durar un minuto, otros que basta con 20 segundos. Desde luego, cuanto más tiempo frotes con agua y jabón tus manos mejor, pero desde Sanidad apuntan a que puede ser suficiente con unos 40 segundos.

La clave, recuerdan, está en mojarse las manos con agua y jabón, enjabonando bien la palma, el dorso y entre los dedos y las uñas. Tras ello, aclara bien los restos de jabón y si es posible repite el proceso. Y por último sécate bien las manos, a poder ser con una toalla de papel que luego puedas tirar a la basura. Así evitamos que puedan quedar restos del virus en toallas que luego podamos llevarnos en el siguiente secado.

Además, el Ministerio recuerda que esta práctica no debes limitarla solo a cuando veas tus manos sucias o creas haber entrado en contacto con algún infectado por coronavirus. Lo recomendable, apunta Sanidad, es lavarse las manos:

  • Antes y después de cocinar.
  • Después de acariciar mascotas.
  • Antes y después de ir al baño.
  • Después de estornudar, sonarse la nariz o toser.
  • Después de jugar en la calle.
  • Después de usar el transporte público.
  • Antes de tocar a bebés.

Desde luego que pasamos por momentos muy complicados en los que os recordamos la importancia de seguir las recomendaciones de salud de fuentes oficiales como las que citamos en este artículo, y a las que Quirónsalud se suma. Ahora más que nunca, necesitamos permanecer unidos para tratar de ganar la batalla a esta pandemia.