Las olas de calor son muy frecuentes durante esta época del año, denominada canícula y transcurre del 15 de julio al 15 de agosto. Se trata de episodios en los que los que se produce una variación del tiempo, registrándose temperaturas más elevadas de lo normal.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha informado de que se espera una segunda parte de la semana muy calurosa, y se romperá la tregua que han dado los termómetros durante los últimos días. A partir del miércoles subirán las temperaturas en más de ocho grados en el Norte y se han establecido avisos por calor de nivel amarillo en Toledo, Extremadura y en la mitad sur de Madrid.

Durante el jueves el calor seguirá en aumento y será muy elevado en la mitad oeste. Este incremento continuará durante el fin de semana. Se llegarán a alcanzar 40ºC  en los valles del Guadiana y del Guadalquivir. En Badajoz, Granada y Toledo se podría llegar a los 41ºC; en Guadalajara y Logroño ascenderá hasta los 39ºC; y en Madrid incrementará hasta los 38ºC.

Consejos para enfrentarse a una ola de calor

  • Procurar no salir de casa entre las 12 del mediodía y las 6 de la tarde, en esas horas se registran los picos de calor.
  • No dejar de beber líquidos aunque no tengamos sed. Sobre todo se tiene que beber agua y zumos fríos.
  • No comer alimentos pesados, sino consumir verduras y frutas. Comer con más frecuencia al día y evitar pocas comidas de grandes cantidades.
  • Reducir la actividad física.
  • Intentar caminar por la sombra, y hacer descansos en en ella.
  • Llevar ropa de tejidos naturales, ligera, holgada, y de colores claros. Portar sombrero y gafas de sol. Y usar cremas protectoras solares.
  • Permanecer en espacios ventilados o acondicionados.
  • En la casa utilizar las habitaciones más frescas.
  • Durante el día bajar las persianas y cerrar las ventanas. Abrirlas a última hora de la tarde y por la noche.
  • Guardar los alimentos en el frigorífico y con las justas medidas de protección.
  • No permanecer en los coches cuando se encuentran estacionados.
  • Estar atentos a las personas más vulnerables al calor

Las olas de calor pueden ser muy perjudiciales para nuestra salud. Pueden producir consecuencias muy negativas e incluso llegar a ocasionar un golpe de calor. Hay grupos, especialmente vulnerables, que han de tener especial cuidado. Este es el caso de las personas mayores, aquellas que padecen enfermedades crónicas, los niños menores de cinco años, las que realizan trabajos físicos e intensos, y también las que practican deporte al aire libre.

Las consecuencias del exceso de calor van desde los calambres por la pérdida de sales, agotamiento, dolor de cabeza, sed, malestar, náuseas, deshidratación, o tener un golpe de calor. Esta última es la lesión más grave. En este caso, la temperatura corporal asciende hasta los 40ºC y puede llegar a dañar el corazón, los riñones, el cerebro o los músculos. Si no se actúa rápidamente las consecuencias podrían ser drásticas, teniendo complicaciones graves o produciendo la muerte.