Actualmente, se dispone de tres formas diferentes de diagnosticar SARS-CoV-2, el virus causante de la enfermedad COVID-19 que tanto nos trae de cabeza a todos. ¿Cuál es la más adecuada para cada persona? Todo depende de la situación. De si tiene síntomas, o de si ya no los tiene pero cree que ha superado la infección.
La doctora Mónica Isart, directora médica de Centro Médico Teknon (Barcelona), destaca que la PCR es la prueba estrella para la detección de la enfermedad; aunque subraya que existen en la actualidad otras dos pruebas diagnósticas más, las llamadas‘pruebas serológicas’, donde se identifica la posible presencia de anticuerpos en el paciente, es decir, se verifica si la persona ha podido superar la COVID-19.
Para ello, la experta recuerda que los pacientes no deben tener miedo a la hora de acudir al hospital para someterse a las pruebas ya que, según resalta, “hoy los centros sanitarios están libres de coronavirus, dado que se han diseñado circuitos limpios del virus”. De hecho, pone de ejemplo el caso concreto del Centro Médico Teknon (Barcelona), que ha logrado la certificación Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19,y que le acredita como instalación que cumple con los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia.
Así, y en cuanto a la PCR (reacción de cadena de polimerasa), dice que se detecta el material genético del virus o ARN que podría estar en el paciente, a partir de muestras tomadas a nivel nasofaríngeo. Sobre su resultado, según continúa la Dra. Isart, si se detecta la presencia de ARN viral se informa al paciente de que la PCR es positiva. “Si va acompañada de sintomatología clínica se puede hablar de que existe una infección activa, y de que el paciente es capaz de contagiar a terceras personas”, advierte.
La directora médica de Centro Médico Teknon cita que esta prueba de PCR es válida para el seguimiento de pacientes infectados con COVID-19, teniendo en cuenta que su mayor rendimiento es desde unos 3 días previos al inicio de los síntomas clínicos, y hasta los 10-15 días aproximadamente, período a partir del cual, por lo general suele negativizar.
“No obstante, existen algunos pacientes en los que pueden quedar fragmentos del virus en las células epiteliales del tracto respiratorio durante un período más prolongado, con lo que la PCR continuaría siendo persistentemente positiva. En esta situación, como medida preventiva, deberíamos considerar como potencialmente contagioso a todo aquel que presente una PCR positiva, para lo que se recomiendan medidas de aislamiento hasta la obtención de un resultado negativo en esta prueba”, asegura la especialista.
Por su parte, el doctor Daniel Carnevali, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, precisa que la prueba PCR determina si existe o no presencia del virus, pero no la cantidad de virus que posee el paciente, lo que denominamos ‘carga viral’. “La prueba de carga viral de SARS-CoV-2 por ahora sólo se puede determinar en centros de investigación, pero no en la clínica”, puntualiza.
Además, llama la atención sobre el hecho de que en algunas personas infectadas la PCR puede ser positiva durante mucho tiempo, aunque lo habitual es que negativice en unas semanas, siendo más prolongado en los casos de enfermedad más grave. “Algunas personas ya curadas pueden mostrar PCR positivos persistentes sin que haya virus completo, sino fragmentos. De todas formas, a efectos de prevención se debería considerar contagioso todo aquel que tenga una PCR positiva, puesto que no es fácil discriminar entre una u otra situación”, considera el especialista.
Las pruebas serológicas: ¿Hemos superado la enfermedad?
Por otro lado, el doctor Carnevali apunta que la segunda forma de diagnóstico de la COVID-19 es la búsqueda y cuantificación de los anticuerpos que presenta el paciente frente al virus, que se realiza en una muestra de sangre. “Nuestro cuerpo posee un sistema defensivo frente a infecciones de cualquier tipo (sistema inmune). Éste tiene una forma de detección de agentes externos que es la generación de anticuerpos que se denominan ‘inmunoglobulinas’, unas proteínas que reconocen, captan y bloquean los virus para que las células del sistema inmune (linfocitos) puedan reconocerlos y eliminarlos”, explica.
Este especialista detalla que existen hasta 5 tipos de inmunoglobulinas, si bien en el caso de infección sólo nos interesa conocer a la ‘IgG’ y a la ‘IgM’. “Éstas no determinan la presencia del virus, sino la respuesta inmunológica de nuestro cuerpo cuando hemos estado expuestos al virus; es decir, si el individuo ha estado en contacto con el virus, haya desarrollado síntomas o no”, según insiste el experto de Quirónsalud Madrid.
En concreto, detalla que los anticuerpos de tipo IgM son marcadores de infección reciente y se detectan en un 90 % de los casos entre los días 4 a 7 de la infección, y siguen aumentando hasta el día 14 y luego empiezan a disminuir. En el caso de los anticuerpos de tipo IgG, dice que estos se detectan algo más tarde (de media el día 8 post infección), y aumentan hasta las 3 semanas, aproximadamente.
“Más del 90% de las personas que han tenido el virus desarrolla anticuerpos”, según estima el especialista en Medicina Interna. Ahora bien, resalta que la sensibilidad y especificidad del test serológico es cercana al 100%, pero sólo en el caso del test de referencia ELISA, el que más se está empleando en la actualidad por su fiabilidad.
El otro tipo de test serológico que existe en el mercado, y que se empleó bastante al inicio de la pandemia, son los llamados ‘test rápidos’, unas pruebas cualitativas (no cuantitativas) que presentan unos datos de sensibilidad y especificidad inferiores, y que de hecho se están dejando de emplear a la hora de detectar la COVID-19, según indica.
“Los test rápidos no identifican el ARN del virus sino que detectan también los anticuerpos producidos frente al virus en sangre, pero no los cuantifica, sólo dice si los anticuerpos están presentes o no. Estos test ofrecen resultados de forma casi inmediata (similar a un test de embarazo); no obstante, tienen una sensibilidad y especificidad muy inferior a las PCR”, avisa Carnevali.
Con todo ello, el jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid describe que, cuando se detecta un caso de COVID-19, también se debe estudiar a los individuos que han estado en contacto con él. “Observamos en muchos pacientes PCR positivas pero sin síntomas (se encuentran en fase presintomática). Al observar la evolución de estas personas, se ve que al cabo de unos días algunos empiezan a mostrar síntomas. Esta es la razón por la que es importante que guarden cuarentena no sólo los infectados, sino también sus contactos aunque no hayan mostrado síntomas”, sentencia.
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