El aumento de la esperanza de vida en España ha traído consigo un aumento de casos de fractura de cadera por fragilidad. A pesar de la experiencia con la que cuenta nuestro país en el manejo ortogeriátrico de estos pacientes, a día de hoy esta patología sigue representando un problema de salud con un elevado coste anual.

«La osteoporosis afecta a tres millones de españoles, con una incidencia de la fractura de cadera situada en siete casos por cada mil habitantes de más de 65 años»

doctor óscar pérez simanca, hospital la luz quirónsalud

Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), en los últimos años se han producido grandes avances en el diagnóstico y el tratamiento de la osteoporosis. Sin embargo, solo una minoría de los pacientes con alto riesgo de fractura es evaluado y tratado adecuadamente conforme a las recomendaciones de las guías de práctica clínica.

«La osteoporosis es una enfermedad esquelética en la que se produce una disminución de la densidad de masa ósea. Así, los huesos se vuelven más porosos, aumenta el número y el tamaño de las cavidades o celdillas que existen en su interior, son más frágiles, resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad», detallan desde la SER.

Anticiparse a la lesión

La osteoporosis es conocida como la epidemia silenciosa porque se trata de una patología que no manifiesta síntomas hasta que la pérdida de hueso es tan importante como para que aparezca la fractura. Este trastorno óseo generalizado produce una alteración de la resistencia y de la calidad del hueso que aumenta el riesgo de sufrir fracturas, en este caso denominadas fracturas por fragilidad o fracturas osteoporóticas, tal y como explica el doctor Óscar Pérez Simanca, facultativo del servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital La Luz (Madrid).

«Por ello es necesario identificar y actuar sobre los factores de riesgo modificables para ayudar a recuperar la independencia de estos pacientes. La osteoporosis afecta a tres millones de españoles, con una incidencia de la fractura de cadera situada en siete casos por cada mil habitantes de más de 65 y con una mortalidad del 8 por ciento», señala Pérez Simanca. La tasa de mortalidad de estos pacientes es casi el doble comparada con pacientes de la misma edad pero sin fractura. Los problemas cardiovasculares y respiratorios son los principales causantes de defunción en el primer mes de la lesión.

Alta morbilidad y dependencia

La de cadera no es la única fractura por fragilidad propiciada por la osteoporosis. Ahí está, por ejemplo, la de fémur proximal. Pero, tal y como subraya el especialista de Quirónsalud, representa «un problema de salud importante» debido a esa alta morbimortalidad y a la dependencia funcional que se produce después de la lesión. Requiere de intervención quirúrgica e ingreso hospitalario, y supone para el paciente una importante pérdida de calidad de vida, aunque sea por un periodo corto de tiempo. Además, suele producir alteraciones funcionales después de la lesión, «desde la incapacidad para realizar una actividad diaria independiente hasta la incapacidad permanente».

Entre los factores de riesgo, además de la osteoporosis, Pérez Simanca destaca la edad avanzada, el sedentarismo, la existencia de fracturas osteoporóticas previas y otras enfermedades que puedan producir osteopenia u osteoporosis, así como la menopausia precoz en el caso de las mujeres. Aunque pueden darse en ambos sexos, las fracturas de cadera son más frecuentes en el sexo femenino. Representan alrededor del 75 por ciento de los casos.

Asimismo, hay otras circunstancias que dificultan la recuperación funcional después de sufrir una fractura de cadera. Los casos de edad muy avanzada, movilidad reducida y mayor deterioro cognitivo antes de la fractura, retraso en el tratamiento quirúrgico o presencia de úlceras por presión durante la hospitalización, entre otros, son los que presentan peor pronóstico. Por todo ello, el doctor Pérez Simanca recomienda «el tratamiento quirúrgico precoz y la sedestación y movilización precoz del paciente».