Vida Sana

Pulsos binaurales, los sonidos que alteran el cerebro y se usan como 'drogas auditivas'

Una chica escuchando pulsos binaurales, las drogas auditivas

Carmen Vivas

Morfina, ayahuasca, fentanilo o cannabis. Los nombres son similares al de las drogas cuyo efecto que pretenden imitar, aunque estos archivos están al alcance de cualquiera. Solo hacen falta unos auriculares y conexión a internet, donde hay, tanto libres como de pago, miles de pulsos binaurales o binaural beats.

Un pulso binaural es una ilusión auditiva que el cerebro percibe cuando un individuo escucha dos tonos de frecuencias muy similares aunque no iguales. “Aunque puede percibirse como un sonido unificado, en realidad estás escuchando dos tonos”, explica Miguel García-Argibay, investigador en el departamento de ciencias médicas en la universidad de Örebro (Suecia) y firmante de dos artículos científicos sobre el efecto de estos sonidos en el cerebro.

Una de las investigaciones en las que trabajó García-Argibay fue un metaanálisis de 22 estudios para valorar el efecto de los pulsos binaurales sobre la cognición, la ansiedad y la percepción del dolor. Sus resultados fueron que se produce un efecto "medio, significativo y consistente", como concluía el estudio publicado en Psychological Research. Los investigadores afirmaban que estos sonidos son una forma efectiva de "afectar la cognición, reducir los niveles de ansiedad y percepción del dolor sin entrenamiento previo".

Y es que la capacidad de estos sonidos para alterar el cerebro y producir distintas sensaciones no solamente se utiliza como una droga sino que cada vez más forma parte también de terapias psicológicas. Así lo confirma el psicólogo clínico y experto en intervención social, Sergio García Soriano, miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid: “En el último año es un fenómeno creciente, no es una herramienta que utilicemos el grueso de los psicólogos porque no hay una evidencia científica fuerte que ahora mismo sustente su utilización frente a otro tipo de intervenciones pero lo cierto es que cada vez es más común y muchos de mis pacientes la utilizan en su día a día, especialmente para relajarse y aliviar el estrés”.

"Dependiendo del objetivo, se pueden elegir distintas frecuencias. Las beta y alfa se utilizan normalmente para mejorar la cognición, mientras que theta y delta se usan con fines de relajación y meditación", explica García-Argibay.

Aunque la literatura científica no es muy abundante, algunos estudios han tratado también la capacidad para reducir el dolor. En concreto, un estudio de caso de un paciente operado de rodilla consiguió reducir la dosis de morfina requerida, tal como se publicó en Alternative Therapies in Health and Medicine.

Sobre el consumo y la finalidad del uso de estos pulsos binaurales preguntó la "Encuesta global de Drogas 2021" que se ha publicado esta semana la revista Drug and Alcohol Review y que contó con 30.896 respuestas desde 22 países, entre ellos España. De todos los participantes, el 5,3% afirmó que había escuchado estos audios, el 72,2% de ellos para relajarse o dormir, el 34,7% para cambiar su estado de ánimo y un 11,7% para "obtener un efecto similar al de otras drogas". Entre los que perseguían el efecto de las drogas, había más gente que utilizaba drogas clásicas (16,5%) que que no (7,9%). Los países que más oían estos sonidos fueron Estados Unidos, México, Brasil, Polonia, Rumanía y Reino Unido.

Monica Barratt es investigadora senior del Centro de Estudios Sociales y Globales de la universidad australiana RMIT y directora de la encuesta. "Hemos visto una prevalencia de uso de más del 5% y creemos que son necesarias más investigaciones al respecto", explica a El Independiente.

"Los pulsos binaurales se utilizan como drogas pero también para tratar la ansiedad, para aliviar el dolor o incrementar la memoria y la concentración", apunta la investigadora, quien cree que su consideración como drogas digitales es aún "una cuestión abierta". "La mayoría de la gente asume que las drogas son sustancias que entran en el cuerpo de alguna manera (tragadas, inyectadas, fumadas...) y causan cambios en la cognición, el ánimo, etc. Los pulsos binaurales entran al cuerpo por el oído y entonces el cuerpo produce por sí mismo un tercer tono fantasma, dentro del cerebro, que afecta a las ondas cerebrales y tiene efectos psicoactivos. En base a ello creo que es una cuestión abierta si se deberían considerar un tipo de droga o algo diferente", sostiene Barratt.

Para el investigador de la Universidad de Örebro, los pulsos binaurales no pueden considerarse drogas digitales "porque no son algo tangible ni crean adicción", aunque reconoce que no se recomiendan a personas con epilepsia, "por precaución, al igual que con determinados vídeos con flash".

García Soriano se muestra más proclive a la consideración de estos sonidos como drogas. "Depende de cómo se utilicen y de lo que se considere droga. Su efecto se podría comparar al de otras adicciones sin sustancia si la persona solo busca el placer a través de este método, en cualquier caso tendría más que ver con el uso que se hace de él que con el sonido en sí mismo". En cualquier caso, cree que "la abstinencia es más complicada en otro tipo de adicciones".

Tampoco cree Barratt que haya "motivo alguno para la alarma, pero sí la necesidad de más investigaciones para ver si hay algún daño que pueda aflorar en las personas que los usan con frecuencia". Además subraya su papel como "amplificador" de otras drogas, pues los pulsos binaurales eran más utilizados en personas consumidoras de drogas psicoactivas.

En internet pueden encontrarse archivos de pulsos binaurales gratis aunque también hay una plataforma de pago creada en 2007 con este objetivo. i-Doser contiene exclusivamente este tipo de sonidos. La plataforma advierte que no se use si alguien "es epiléptico, tiene fotosensibilidad o una condición médica preexistente".

Imagen de la plataforma i-Doser (a través del la publicación "Encuesta global de Drogas 2021".

Aunque sean poco conocidos, el fenómeno de los pulsos binaurales fue descubierto por Heinrich Wilhelm Dove en 1841. Sin embargo no fue descrito de forma científica hasta 1973 por Gerald Oster, quien confirmó su capacidad para producir alteraciones cerebrales.

Siete sesiones de pulsos binaurales que se pueden oír con distintos propósitos

En Youtube pueden encontrarse miles de archivos con pulsos binaurales que prometen desde relajación a concentración, pasando por efectos psicodélicos de drogas o alivio del dolor. Aquí dejamos algunos.

Pulsos binaurales profundamente relajantes para dormir, meditar y relajarse

Ondas delta, asociadas a la relajación y el sueño.

MDMA V2

Pulsos binaurales que toman el nombre del MDMA (droga tipo éxtasis).

Diazepam (Valium)

Los productores de esta sesión que imita al efecto de un tranquilizante recomiendan no sustituirla por una terapia médica.

Súper inteligencia: pulsos binaurales de ondas beta para mejorar la concentración y la memoria

Esta sesión promete favorecer la concentración y la memoria si se escucha a la vez que se realiza una tarea.

Fentanilo

Esta sesión imita al efecto del opiáceo y los productores recomiendan escucharla «solo en casa, preferiblemente en casa y no diariamente».

Activar el cerebro con ondas gamma

Estos pulsos binaurales prometen sacar más partido al cerebro gracias a las ondas gamma, que activan la concentración.

Ondas delta para aliviar el dolor de cabeza y la migraña

Pulsos binaurales para aliviar el dolor de cabeza y la migraña.

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