Los beneficios para la salud del ejercicio físico son bien conocidos, pero una nueva investigación recién publicada en The Lancet Global Health le pone cifras. Y lo hace en un año en que la pandemia de COVID-19 ha encerrado en su casa bajo algún tipo de cuarentena o confinamiento a un altísimo porcentaje de la población mundial, con lo que ello implica en el descenso de la actividad física.

Esta nueva investigación de científicos de las Universidades de Cambridge y Edimburgo ha analizado los datos de 168 países y ha concluido que entre quienes practican ejercicio físico, el riesgo de morir prematuramente se reduce un 15%. Eso significa, en números globales, que se consiguen salvar al menos 3,9 millones de vidas cada año.

El equipo analizó los datos de actividad física de cada país en los términos en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece sus recomendaciones, que son 150 minutos a la semana de actividad física moderada o 75 minutos si es intensa (o la combinación equivalente). Se combinaron los datos de actividad con el riesgo relativo de morir prematuramente entre las personas con actividad respecto a las que no lo tenían.

Para España, con datos de 2013, el estudio cifra el número de muertes que el ejercicio físico evita cada año en 19.300 y estimaba el porcentaje de gente activa en el 73%, una tasa que caía al 65% entre quienes habían fallecido de forma prematura.

La tasa variaba, según han comunicado los investigadores, entre el 33% de Kuwait al 64% de Reino Unido o el 94% de Mozambique. Pese a las variaciones entre países, la contribución de la actividad física se mantiene estable en todo el mundo, según la investigación.

El porcentaje de fallecimientos evitados varió entre sexos y niveles de riqueza del país. Con una media del 15%, el porcentaje fue mayor para los hombres (16%) que para las mujeres (14%). La tasa también varió con una mayor incidencia en los países de ingresos bajos (18%) a los de ingresos altos (14%).

En concreto, en Europa el porcentaje de muertes prevenidas mediante la actividad física fue del 14,6%, un 13,8% en las mujeres y un 15,5% en hombres. En números, 619.900 muertes prematuras evitadas cada año gracias a la actividad física.

Y uno de los objetivos de este equipo de investigadores es, precisamente poner el foco en lo que consigue el ejercicio físico en lugar de hablar de los riesgos del sedentarismo. “Los estudios sobre estilo de vida se fijan en los perjuicios que tienen para la salud hábitos como la falta de actividad física, las dietas no saludables, el alcohol o el tabaco”, explica en un comunicado Paul Kelly, investigador del Centro de Investigación de Actividad Física y Salud de la Universidad de Edimburgo. “Creemos en el valor de entender los beneficios de los comportamientos saludables para favorecer que se mantengan e incrementen”, añade.

En un comentario que se publica en el mismo número de The Lancet, el profesor de la Universidad brasileña de Pelotas, Pedro C. Hallal, recuerda que la prevalencia de la inactividad física en el mundo era en 2016 del 27,5% y que "la mortalidad estimada por la causa es similar a la observada para el tabaco".

Ejercicios para cumplir los objetivos de la OMS

Mientras que la nueva normalidad se va abriendo paso tras la crisis del coronavirus, los investigadores recogen algunos de los ejercicios que se pueden realizar para conseguir cumplir con los objetivos de la OMS.

  • Salir a caminar diariamente.
  • Ir a dar un paseo en bicicleta o correr.
  • Hacer ejercicios de estiramiento o yoga para músculos y articulaciones.
  • La actividad en espacios verdes o parques y la actividad con otros pueden tener beneficios adicionales para la salud mental y social.
  • Unirse a una sesión de ejercicio online.