Si algo nos ha cambiado la vida el coronavirus es cómo nos preocupamos ahora por nuestro bienestar y por la vinculación de nuestra alimentación con la salud, que la tenemos ahora más presente que nunca. Aunque la COVID-19 no ha venido por una intoxicación alimentaria en España hemos vivido episodios recientes importantes, como con los casos listeriosis del pasado invierno.

“Lo que ha pasado con la listeria nos ha demostrado que los alimentos son capaces de transmitir enfermedades. La seguridad alimentaria moderna funciona muy bien, cuando hay un problema se detecta normalmente a tiempo y esas crisis sanitarias son excepcionales”, explica Beatriz Robles autora de Come seguro comiendo de todo (Planeta).

Hay muchos productos que no nos van a causar una intoxicación alimentaria, pero no son saludables

“La seguridad alimentaria tiene que ser una seguridad alimentaria global ahora la apuesta es por lo que conocemos como one health, la salud que incluye la salud de los animales, como en el caso de las vacas locas. Una crisis alimentaria y sanitaria que empezó en Islandia y se extendió por Europa” señala Robles. Otros peligros nos podrían afectar en nuestro día a día si no tuviésemos una seguridad alimentaria. Pero, según esta experta en nutrición “es importante que los consumidores tienen que saber que seguro no es igual que saludable. Hay muchos productos que no nos van a causar una intoxicación alimentaria, pero no son saludables”, subraya. 

Ahora somos más conscientes de que tiene que haber un sistema de control que vigile nuestros alimentos pero los peligros más comunes no son sólo los que tenemos que tener presente. “Tenemos que quitarnos la idea de la cabeza de que las enfermedades que nos transmiten los alimentos son sólo una gastroenteritis o enfermedades moderadas porque pueden transmitir enfermedades muy graves como el botulismo, que se transmite por una bacteria que puede ser letal en tan solo unas horas. Hemos visto recientemente los casos de listeria que en población sana no son graves, pero en grupos de riesgo como las personas mayores puede tener consecuencias muy graves incluso la muerte”.

La seguridad está tu mano

Robles destaca que de nada sirve todo el sistema de vigilancia de seguridad alimentaria si luego descuidamos medidas higiénicas y reglas básicas en nuestra casa. “ La seguridad alimentaria no sólo tiene que estar presente durante el procesado del alimento, sino que en todos los eslabones de la cadena alimentaria tiene que haber sistemas de control. La administración tiene sistemas de vigilancia para que los alimentos lleguen al mercado seguros, pero si en el último eslabón de la cadena, que es nuestra manipulación de los mismos, no los procesamos de manera adecuada todo el trabajo anterior no sirve para nada”, mantiene.

Pero en los estropajos y en las bayetas se dan los mejores condiciones para que crezcan los microorganismos

Entre nuestros hábitos no siempre tenemos en cuenta este aspecto, y podemos contaminarnos nosotros mismos en el último momento. En este sentido Robles pone como ejemplo nuestro hábito de dejar enfriar a los alimentos fuera de la nevera. “Dejar que se enfríe a temperatura ambiente es una mala práctica clásica”. Otra medida higiénica básica es la de lavarse las manos antes de manipular alimentos. 

Entre los hábitos de limpieza que deberíamos estar incorporando en nuestro día a día Robles destaca que se debe a nuestro “desconocimiento de cómo se reproducen los organismos, pensamos que en los estropajos no hay peligro, porque pensamos que es lo que usamos para lavar, lo que nos lleva a creer que están limpios. Pero en los estropajos y en las bayetas se dan los mejores condiciones para que crezcan los microorganismos porque están húmedos están una temperatura muy adecuada para su crecimiento, porque, además, tienen restos de alimentos, por lo que tienen nutrientes suficientes para sobrevivir y multiplicarse. Así que no es una leyenda urbana, en los estropajos de cocina hay más patógenos que en el inodoro”. Así que según esta experta hay que prestar especial atención a la limpieza y la desinfección de superficies de los elementos más básicos de la cocina.