El ganglio centinela es el primer ganglio que se  podría afectar si las células cancerígenas salen o se diseminan fuera del lugar u órgano donde se han desarrollado. Detectar y analizar este ganglio puede contribuir a dar información necesaria sobre la extensión de la enfermedad, los factores pronósticos y poder determinar así el tratamiento más eficaz y adecuado para cada paciente.

Cuando el cáncer avanza, se extiende o disemina a través de la sangre y los vasos linfáticos, el ganglio centinela, es el primer ganglio linfático que puede ser invadido por las células cancerígenas. De ahí la importancia de detectarlo y analizarlo para saber si el tumor está localizado en la zona donde se origina o ya se ha empezado a extender a otras áreas, ya que en caso de extensión o diseminación fuera de su origen, cambiaría el tratamiento a seguir y también el pronóstico de la enfermedad.

Actualmente existen importantes avances en la detección del ganglio centinela como es la cirugía guiada por fluorescencia mediante una cámara endoscópica que incorpora un sistema especial para su detección. Este método, se utiliza en las cirugías de ginecología oncológica y otras especialidades quirúrgicas como la cirugía de aparato digestivo y urología.

Una de sus ventajas es poder tener localizados los uréteres, los conductos que llevan la orina desde los riñones hasta la vejiga, pues se encuentran muy cerca del aparato genital y es fácil causar alguna lesión si no están bien identificados. La técnica consiste en suministrar el colorante  ICG (verde de indocianina) en el uréter para tenerlo localizado durante la operación y evitar así cualquier daño. Este sistema de cirugía guiada por fluorescencia permite detectar los ganglios linfáticos en tumores del aparato genital ya sea de cuello uterino, endometrio, vulva, cérvix u ovario, principalmente para detectar con precisión el ganglio centinela.

El doctor Julio Álvarez Bernardi, jefe de servicio de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, y precursor en las técnicas de cirugía laparoscópica en cáncer ginecológico y cirugía guiada por fluorescencia, apunta que “hasta hace poco se utilizaba una sustancia radiactiva para detectar los ganglios y se necesitaba un servicio de medicina nuclear, además de los efectos que  provocaba la radioactividad en el paciente. Gracias a este procedimiento no necesitas el complemento de otro servicio médico ya que el colorante ICG se aplica poco antes de comenzar la intervención y se elimina con facilidad”.

Para utilizar la fluorescencia es necesario un dispositivo de cirugía laparoscopica adecuado, es decir, una cámara de endoscopia que lleva la imagen en alta resolución con distintos filtros,  para detectar el colorante ICG. El jefe de Servicio de la Unidad de la Mujer, Julio Álvarez cuenta que el Hospital Ruber Internacional posee en la actualidad una de las torres de alta resolución más modernas para este tipo de intervenciones “gracias a esta tecnología, por una serie de filtros, se puede ver el colorante en diferentes tonalidades dependiendo de los tejidos o del sangrado que haya en la cirugía que se realiza” puntualiza el doctor.

La cirugía guiada por fluorescencia puede tener otras aplicaciones, además de detectar el ganglio centinela “como puede ser prevenir el daño de los uréteres y para detectar lesiones relacionadas con la endometriosis, que es el crecimiento de tejido endometrial fuera del útero, una enfermedad que en algunos de sus presentaciones puede afectar al intestino, siendo necesario su extirpación. La cirugía guiada por fluorescencia nos permitiría seleccionar la zona más adecuada para realizar una resección intestinal, mediante la evaluación previa de la irrigación sanguínea del mismo y de esa manera poder hacer con más seguridad la extirpación de una porción del intestino y posterior unión del mismo, apunta el doctor Rubio Valtueña, experto en cáncer ginecológico de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional.

Con este método se ha detectado el ganglio centinela en el cien por cien de los casos intervenidos, aunque la técnica no es infalible, puede fallar la detección en pacientes con sobrepeso excesivo o en aquellos cánceres con carga tumoral alta (mucho volumen tumoral) según explican los especialistas.