El ser humano tiene tres pilares fundamentales para la felicidad en su vida: salud, dinero y relaciones, según el psicólogo Ovidio Peñalver. "Cuando uno de estos se resiente, te sueles apoyar en alguno de los otros". La situación provocada por la actual pandemia del coronavirus ha hecho que las personas vivan con mayor vulnerabilidad. Los españoles viven en tensión: temen por su vida, por su trabajo y por su familia.

Pero el contexto actual nos obliga a "carecer" de esperanza ya que no hay fecha de un fin a medio plazo. Una de las principales consecuencias de este hecho ha sido el aumento del miedo irracional y la ansiedad en las personas. Según los datos de la última encuesta del CIS, un 59,5 % de los españoles sufren miedo por no recuperar su vida tal y como era antes de la pandemia, seguido de un 57,5 % que han temido enfermar y un 51,9 % de no poder emprender proyectos vitales.

Supone no salir de casa, evitar pasar cerca de la gente o no coger el transporte público: son fobias irracionales al grado máximo"

Ovidio peñalver, psicólogo

Peñalver, autor de Emociones colectivas, afirma que han crecido de forma generalizada los cuadros relacionados con la ansiedad. Por una parte las personas con alguna predisposición han agudizado sus fobias u obsesiones. "Personas hipocondríacas, gente que por naturaleza es aprensiva y fóbica", subraya el experto. "Esto supone llegar a no salir de casa, evitar pasar cerca de la gente por la calle, no coger casi el transporte público o lavar la ropa constantemente: son fobias irracionales al grado máximo".

Los pacientes que sufren este tipo de patología están en estado de guardia de forma permanente. En el miedo a no recuperar la vida anterior a la pandemia, el más sufrido por los españoles, entran en juego factores múltiples. Por un lado se evoca las cosas tal y como eran antes, y por otro se funde con una aceptación de que esto no va a ser así a medio plazo.

Una persona pasa al lado de una Oficina de Empleo en Madrid (España). Eduardo Sanz / Europa Press

Aumenta la tanatofobia

Ante los últimos acontecimientos hemos quedado traumatizados de forma colectiva. Ya llevamos varios meses de pandemia y las secuelas derivadas por el Covid-19 corresponden con un constante bombardeo mediático del que no se puede escapar. El miedo a enfermar, ser contagiado o contagiar es uno de los más comunes.

Este tipo de personas se caracterizan por salir a la calle protegidas con dos mascarillas, sin tocar nada, reduciendo sus contactos al extremo y no acudir a espacios públicos como restaurantes. "Las personas hipocondríacas sufren un aislamiento social extremo, ellos se dan cuenta de que racionalmente no tiene sentido pero es algo que no pueden evitarlo", afirma el psicólogo sanitario Ovidio Peñalver. Tal es el extremo de algunos de sus pacientes que únicamente reciben psicoterapia a través de vía telemática.

Nos hemos vuelto mucho más conscientes de nuestra finitud, que tendremos que morir antes o después"

José González, psicólogo

Para José González, psicólogo especializado en duelo y autor de Crecer en la pérdida, la hipocondría es la antesala de la tanatofobia: el miedo a la muerte. "El contexto que vivimos, simplemente con poner la televisión, las conversaciones de nuestro día a día, hace que no puedas escapar de ella [la muerte]", afirma. "Esto nos ha colocado en la tesitura de que la muerte es algo transversal en nuestro día a día, lo lleva siendo durante meses". Los contactos que teníamos con la muerte, previos a la pandemia, eran puntuales y nunca provocan tranquilidad. "Nos hemos vuelto mucho más conscientes de nuestra finitud, que tendremos que morir antes o después".

Por otra parte se ha instaurado el miedo a morir, sobre todo en personas mayores. "Las personas que se encuentran en residencias de ancianos no entienden nada, ven que mueren sus compañeros y eso genera un terror al pensar que los siguientes son ellos mismos, sin esperanza alguna", afirma el psicólogo Ovidio Peñalver. Las personas mayores, al pensar que les quedan pocos años de vida, son conscientes de su vulnerabilidad y suelen sufrir depresión derivada de no poder ver a sus familiares y están más alerta a las noticias que tienen que ver con el desarrollo de la vacuna.

Las personas mayores son conscientes de su vulnerabilidad (EFE) Agencia EFE

La ansiedad anticipatoria: el miedo al futuro

El psicólogo José González subraya que a las personas mayores también les preocupa la forma en la que van a morir. "El cómo morir en esta pandemia hace la muerte algo especialmente doloroso y solitario", expone el especialista. "Partiendo de la base de que a las personas mayores la muerte les ronda más en sus pensamientos, ahora el principal temor es morir solo en un hospital, que no pueda ver a mis hijos, a mis nietos".

El psicólogo Ovidio Peñalver afirma que la sociedad ha reaccionado de forma polarizada: "Hay personas que aprovechan más su tiempo, que han adelgazado, están en forma, hacen deporte. Por otra parte vemos un aumento de personas con reacciones compulsivas como volverse adictos al trabajo, a las compras, que aumentan el consumo de todo tipo de drogas". El experto en duelo también recoge que muchos de ellos aceptan este contexto y llegan a aceptar una despedida de forma telemática, pero muchos de ellos se sienten angustiados.

José González recalca que estas situaciones son las que más han trastocado la salud mental del sector sanitario al ver cómo morían a su lado personas desconocidas. Otro aspecto común es el de personas que tienen miedo a contagiar a sus mayores mediante contactos directos. En el caso de que terminen falleciendo, las personas sufren un duelo interrumpido: lo que genera de forma generalizada depresiones y episodios de ansiedad.

González, psicoterapeuta especializado en duelo, afirma que esto parte de la base de que la mente humana está pensada para anteponerse al futuro. Pero en plena pandemia la ansiedad anticipatoria, o el miedo a lo que pase en el futuro, siempre suele tener una proyección con connotaciones negativas ya que la situación provocada por el Covid-19 nos hace más vulnerables en términos psicológicos. En este sentido se puede explicar la reacción de la población más joven, con una actitud determinada por evitar cualquier tipo de pensamiento que tenga que ver tanto como con enfermar o con la muerte.

González asegura que las precauciones que se toman ante este temor para muchas personas corre el riesgo de volverse en una obsesión: "Es muy sencillo que esto pase en el contexto actual, las personas reaccionan así porque se piensan que lavarse las manos veinticinco veces al día les da una sensación de falsa seguridad".

Perfiles de españoles con miedo

El psicólogo sanitario Ovidio Peñalver afirma que ha logrado agrupar tres perfiles comunes de pacientes que trata en psicoterapia con secuelas derivadas directamente por la situación actual del Covid-19:

Los hombres de mediana edad también sufren las consecuencias de esta situación (EFE).
  • El primero de ellos suele ser una mujer de mediana edad con algún tipo de brote hipocondríaco. Personas que para salir de su casa tienen que ir sin compañía y con una rutina inundada de rituales de limpieza y desinfección constante. Su aislamiento social es tan extremo que, en algunos de los casos que trata, llega a reunirse con familiares o amigos manteniendo constantemente la distancia de seguridad.
  • Los hombres de mediana edad también sufren las consecuencias de este contexto. Personas de ERTE, pequeños empresarios que ven que su negocio no consigue aguantar ante la crisis económica, o que directamente han sido despedidos o se han visto obligados a cerrar su negocio. En un contexto en el que se carece de esperanza este tipo de perfil suele caer en depresión al cuestionarse su plusvalía. Estas personas suelen empeorar sus relaciones familiares, desarrollar adicciones y en los casos más extremos tener ideas suicidas.
  • El último caso corresponde a personas jóvenes que han terminado de estudiar y no encuentran trabajo. Antes este panorama estas personas se agobian fácilmente por un futuro incierto y terminan desarrollando cuadros de depresión o miedo al futuro.