Salud

España resiste mientras Europa impone restricciones severas para frenar la sexta ola de coronavirus

Un joven recibe la primera dosis de la vacuna Pfizer

Un joven recibe la primera dosis de la vacuna Pfizer EP

España asiste a un ligero aumento de la incidencia por COVID-19. En las últimas horas, algunas comunidades autónomas han notificado la actualización de sus datos. El caso más destacado es el de Euskadi, que este domingo ha superado los 150 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Es por ello, que el Departamento de Salud del Gobierno Vasco aplicará este martes nuevas restricciones para aquellos municipios regionales con alta incidencia por coronavirus. Medidas que estarán dirigidas a evitar “nuevas aglomeraciones” de personas.

El Departamento ha anunciado en una nota que la superación de esta tasa de incidencia coloca a País Vasco en una situación de “transmisión tensionada” de la enfermedad, por lo que corresponde “frenarla cuanto antes”. Las medidas a tomar serán anunciadas por la consejera Gotzone Sagardui, en una región que no superaba estas cifras desde el pasado 14 de septiembre.

Navarra registró este sábado 159 casos, lo que supone una tasa de positividad del 9,9%. La Comunidad Foral encadena cinco jornadas por encima del centenar de casos, algo que no ocurría desde el 20 de agosto. No obstante, en las últimas 24 horas no se han registrado fallecidos.

Sí han notificado cuatro defunciones Cataluña, con 24.049 contagiados; dos muertes en el caso de la Comunidad de Madrid, cuya incidencia es de 208 casos por cada 100.000 habitantes; y una muerte en Galicia, Canarias y Aragón con 23, 120 y 132 casos por cada 100.000 ciudadanos, respectivamente.

Las cifras de incidencia denotan un pequeño repunte, pero España, que aún mantiene bastante distancia respecto al resto de países europeos de su entorno, espera sortear la sexta ola. El país se sitúa en una tasa de 78,91, muy alejada de los 164 de Francia, los 485,39 de Alemania o los 829,75 de Países Bajos por cada 100.000 residentes.

Nueva oleada en Europa

La explosión de nuevos contagios ha hecho que países europeos como Países Bajos o Austria empiecen a tomar medidas duras para paliarlo. El primer ministro neerlandés Mark Rutte ha decretado el cierre de tiendas y restaurantes que no vendan productos de primera necesidad -podrán repartir comida a domicilio-, y ha vetado la asistencia a los eventos deportivos, que se jugarán en campo cerrado. Unas medidas que ha calificado de “desagradables” pero “inevitables”. Solo los vacunados podrán acudir a eventos de ocio.

La cifra de nuevos contagios este viernes era de 16.364, algo no visto desde el inicio de la pandemia. Un incremento del 33% en comparación con la semana pasada. Todo ello, pese a que más de dos tercios de la población, entorno al 73%, está ya vacunada.

Ante las medidas tomadas, vigentes, a priori, hasta el 4 de diciembre, las autoridades sanitarias de Países Bajos han recomendado mantener la distancia de seguridad de un metro y medio, el teletrabajo cuando sea posible y limitar las reuniones en los domicilios a cuatro personas como máximo.

Alemania, que comparte frontera con los neerlandeses, a través de la Asociación de Médicos de Cuidados Intensivos, ha solicitado ayuda al Ejército para desarrollar labores de apoyo logístico y de reparto de la tercera dosis -de refuerzo-. Sobre todo para las residencias y los domicilios particulares de ancianos. En total serán 12.000 los efectivos desplegados: la mitad en noviembre y el resto el mes que viene. Y, al menos, estarán en activo hasta Navidad.

Los servicios sanitarios de países del Este de Europa como Rumanía o Bulgaria, que todavía cuentan con tasas muy bajas de vacunación, están desbordados por la oleada de infecciones que se han producido; las más altas desde que comenzó la crisis sanitaria global.

Colindante con la Europa Oriental, Austria ha obligado a confinarse a millones de ciudadanos que no cuentan con la pauta completa a partir de este lunes. Lo ha anunciado el canciller federal Alexander Schallenberg, después de que la incidencia batirá los máximos vividos hasta la fecha: 1.700 casos por cada 100.000 habitantes en siete días. Unas cifras que proyectan una tendencia al alza. La distinción entre los que sí y no están vacunados, refiere a que en su caso, los contagios entre los que cuentan con las dos dosis se sitúan en 383 por cada 100.000 personas.

El Gobierno de Austria fijará la medida esta madrugada y durante diez días, hasta el 24 de noviembre. Y, al igual que en Países Bajos, podrá ser prorrogable. A partir de las 00:00 horas, los no vacunados solo podrán salir de casa para trabajar, estudiar, hacer compras de primera necesidad o para vacunarse.

Para salvaguardar su cumplimiento, la Policía hará controles aleatorios por la vía pública, pidiendo un documento que certifique la vacunación. En caso negativo, las sanciones podrán ser de hasta 500 euros. De hasta 3.600 en caso de locales y tiendas.

Austria es uno de los países con menor tasa de vacunación de Europa Occidental, un 65% de la población. La incidencia golpea especialmente a las zonas de la Alta Austria y Salzburgo.

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