El pasaporte covid se ha convertido en un elemento imprescindible para desarrollar ciertas actividades de nuestro día a día, como la entrada en locales de ocio u hostelería y hospitales. Aunque todo depende de la autonomía en la que se resida y el nivel de restricciones que se hayan tomado y aprobado.

Tanto el formato digital como el físico cuenta con un código QR que contiene una firma digital. De esta manera, estará garantizada la veracidad del documento cuando sea comprobado tras solicitarse. Esta firma, dependerá del centro emisor que lo expenda.

Este certificado de índole digital y gratuito, aunque también se puede llevar en formato físico, presenta diferentes tipos de datos de cada persona a título nominativo. En primer lugar, el certificado de vacunación, señalándose la cantidad de dosis que se le han inoculado, así como el modelo y fabricante. En segundo lugar, el certificado de recuperación, para aquellos que han pasado la enfermedad los 180 días previos. Y, por último, el certificado de prueba diagnóstica, que determina una PCR negativa reciente. Todo ello en relación con la Unión Europea.

Cómo está penada la falsificación

La Comisión Europea (UE) ha creado una pasarela verificadora, la cual han incorporado los estados miembro para desarrollar aplicaciones propias para leer estos pasaportes covid. Por tanto, es complicado falsificarlos. Aunque no imposible.

Las multas por ello, oscilan entre los 60 y los 30.000 euros, siendo las comunidades autónomas las encargadas de fijar una cantidad concreta. Habrá otro tipo de sanciones más leves, sancionados con entre 60 y 600 euros, como incumplir las restricciones o no querer mostrar el certificado para acceder a un entorno donde se exija. Del mismo modo, serán atribuibles a los empresarios que no las soliciten para el acceso cuando las autoridades lo reclamen.