La cuestión con la que se encuentra la mayoría de las personas es la de la misma pregunta, si es mejor la ducha por la mañana o por la noche. La ciencia ha reflexionado al respecto y termina por ofrecer una respuesta clara.

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Beneficios de ducharse por la noche

Limpieza más efectiva

Durante el día, el cuerpo está expuesto de forma incesante a varios agentes externos o factores medioambientales que provocan la polución como la contaminación, el polvo, el sudor o el polen, así como otros muchos alérgenos. Este residuo se acumula especialmente en la piel y en el cabello, especialmente en épocas cálidas. Al ducharse por la noche se puede eliminar toda esa suciedad antes de irse a la cama, evitando así que se transfiera a las sábanas o que genere complicaciones cutáneas como por ejemplo el acné, irritaciones o picores.

Mejora la calidad del sueño

Ducharse por la noche con agua caliente o templada ayuda a regular la temperatura del cuerpo y puede provocar una sensación de relajación y facilitar el sueño. Por otro parte, una rutina de higiene antes de irse a la cama sirve como "ritual de desconexión" del día que ayuda al cuerpo a irse a descansar, de manera que se mejora la calidad del sueño de forma natural al instaurar una rutina de higiene.

Ducharse por la mañana

Un estímulo para comenzar el día

Mucha gente decide tomar su ducha en la mañana en un proceso de activar "cuerpo y mente". El agua fresca es ideal para ello, pues favorece la circulación y reacciona eficazmente con la percepción. Lo que efectivamente puede ser útil para activar el cuerpo.

Además, también sirve para el tiempo caluroso, así como cuando se suda al dormir o tras haber hecho ejercicio por la mañana.

Ideal para ciertas rutinas diarias

Si se trabaja en lugares donde se mantiene el contacto con el público, se manipulan alimentos, o simplemente mantener una buena presentación exige un nivel de cuidado tal, en estos casos realizarse una ducha por la mañana puede ser una mejor opción. Éste tipo de iniciación de la higiene matutina no sólo da una apariencia fresca, sino que proporciona mejorar la imagen y bienestar al inicio de las primeras horas del día.

Cómo debe ser una ducha

Temperatura y duración adecuadas

Los expertos coinciden en que la ducha ha de ser corta y con agua templada, es decir, que esté situada en torno a los 35 °C. Si la ducha se realiza con agua muy caliente puede eliminar los aceites naturales de la piel, provocando así una sequedad o irritaciones. Además, el tiempo de exposición reduce el riesgo de romper la barrera cutánea.

El uso correcto del jabón

Para mantener una piel saludable se recomienda usar jabones que presenten una fórmula suave y aplicarlos solo en aquellas zonas que requieren ser lavadas con mayor profundidad, y que son las siguientes: las axilas, los pies y las ingles. Usar las manos a la hora de aplicar el jabón en vez de utilizar estropajos evita la irritación cutánea y la acumulación de bacterias en la piel. Este hábito no solo garantiza la salud de la piel, sino que al mismo tiempo se optimiza el uso del jabón en la higiene diaria.

Así que ya sabes, ambos momentos del día son beneficiosos, pero ducharse por la noche puede aportar beneficios desde la perspectiva dermatológica e higiénica ya que permite eliminar todos los residuos del día, facilita el poder descansar mejor y preserva la piel; por tanto, instaurar esta costumbre puede ser determinante para mejorar la salud general y el bienestar del día a día.

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