El verano hace que muchas personas busquen un cambio en cuerpo en poco tiempo, pero no existen soluciones mágicas. Obtener una figura bien definida y saludable no comporta la necesidad de hacer sacrificios extremos, sino que se basa en constancia y conocimiento. Adoptar unos hábitos cotidianos puede ser un factor determinante para obtener unos resultados que realmente consigan que ese cambio sea posible y perdurable en el tiempo, y el secreto consiste precisamente en activar el metabolismo de manera inteligente, integrando pequeños gestos en la vida cotidiana, con el objetivo de quemar grasa y de trabajar la musculación sin necesidad de recurrir a fórmulas mágicas.

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Optimiza tu día para perder peso sin darte cuenta

Andar mientras conversas por teléfono, levantarte del escritorio cada media hora, trabajar de pie o realizar tareas del hogar implican la activación de distintos grupos musculares. A medida que se van acumulando pueden contribuir considerablemente a la pérdida de peso sin requerir sesiones adicionales de entrenamiento.

No dependas solo del gimnasio

Realizar ejercicio durante una hora al día no es suficiente para contrarrestar los largos períodos de sedentarismo. Si te encuentras sentado durante ocho horas o más, tu metabolismo se ralentiza. No obstante, moverte durante el resto del tiempo fuera del gimnasio puede ser beneficioso. Puedes utilizar las escaleras en lugar del ascensor; en vez de ir en coche puedes caminar; o tras comer puedes dar un paseo. Todas estas acciones son maneras de quemar calorías de forma más natural y oportuna.

Cómo perder peso con decisiones conscientes

No se trata de comer menos, sino en comer mejor. Realizar dietas extremas o seguir modas en cuanto a la alimentación, como la dieta de los "low carb" (baja carga de carbohidratos) o la de evitar las grasas (cachondeo que he seguido en redes), puede ser contraproducente. Los alimentos deben ser los que te nutran y te den la energía que tu organismo necesita para mantenerte activo. Escoge, en definitiva, una alimentación equilibrada, que contenga todos los grupos nutricionales y que se adapte a tus objetivos y tu estilo de vida.

Evita hábitos sociales que sabotean tu progreso

Las tradiciones culturales a las que nos referimos aquí se caracterizan por compartir comidas, y aunque se ha comprobado que es saludable compartir comidas en compañía, si lo haces sin moderación, o con frecuencia, puedes sabotear tu progreso. Opta mejor por alternativas como dar una vuelta con tus amigos, realizar actividades al aire libre, o bien tomar un café (sin complementarlo, como es habitual, con bollos o tapas).

Define tus músculos con pequeños cambios diarios

El entrenamiento planificado y sistemático, que puede ser por ejemplo el entrenamiento de la fuerza o el de la resistencia, es imprescindible para darle al cuerpo el perfil que se desea. Programa tres sesiones semanales como mínimo, con propuestas específicas que vayan dirigidas a los objetivos establecidos, pero no olvides que el hecho de programarlo es más importante que hacerlo en intensidad; elige actividades que realmente sean de tu agrado, de tal manera que no sean consideradas una carga, sino que se conviertan en rutina que pueda mantenerse en el tiempo.

Dale protagonismo a tu metabolismo

El metabolismo es un reflejo de tus costumbres. Dormir bien, beber la adecuada cantidad de agua, hacer actividad física con frecuencia y vigilar la cantidad de comida son piezas de este puzle. Ya que tu cuerpo necesita tener estabilidad para poder realizar todas las funciones de forma óptima, prioriza un estilo de vida que ayude a estimularlo de forma diaria. De esta manera no solo conseguirás perder peso, sino que también podrás ver como tus músculos empiezan a aparecer sin necesidad de alteraciones drásticas.

Si sabes cómo está conformado tu cuerpo y te comportas de acuerdo a ello, consigues alcanzar los objetivos estables en el tiempo, pero además también el rendimiento que deseas y una mayor satisfacción, día tras día.

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