El ajo es mucho más que un simple ingrediente de cocina, este bulbo se ha utilizado desde hace siglos en medicina tradicional y para mejorar la salud. Cuando se combina correctamente el ajo y su ingesta, este bulbo se convierte en un recurso muy valioso para alcanzar el bienestar.

PUBLICIDAD

Comer ajo crudo: un refuerzo natural para la salud

La ingesta diaria de un diente de ajo crudo puede reportar múltiples ventajas. Este bulbo es fuente de alicina, un compuesto que potencia el descenso de la inflamación y el aumento de las defensas para combatir las infecciones. A su vez, el ajo crudo es rico en vitaminas C y E que cuidan la piel y luchan contra el daño oxidativo. Muchas personas afirman que, cuando incorporan en su dieta de forma habitual el ajo crudo, notan una mejora en la calidad de su cutis y una disminución del acné.

No obstante, las desventajas son las siguientes: el ajo crudo puede provocar un aliento desagradable persistente por sus compuestos de azufre; y también hay quien puede presentar alguna molestia gástrica como es el caso de la típica acidez o la inflamación, especialmente si no tiene el hábito de consumirlo.

¿Cuánto ajo crudo es recomendable consumir?

La cantidad de ajo crudo ideal varía en función de la edad y el estado de salud de cada persona. Con todo, no es necesario superar el uso de un diente pequeño cada día en los adultos; en el caso de los niños, no deben exceder la mitad de diente cada día. Pasar estas dosis puede dar lugar a efectos no deseados, tales como la irritación del aparato gastrointestinal o náuseas. Las personas en tratamiento con anticoagulantes o que padezcan problemas de hemorragias deberían ser cautas o recurrir antes a la consulta de un especialista.

Los beneficios en las comidas

Por otro lado, al incorporar el ajo cuando los platos ya están cocinados, las propiedades beneficiosas de este se mantienen bastante. El ajo estimula las mucosas del estómago, facilita la secreción de jugos gástricos así como del páncreas y del hígado, de este modo le resulta más fácil la digestión y la disminución de ciertos malestares gastrointestinales; aportando además que sus componentes pueden contribuir a equilibrar la flora intestinal haciendo como prebiótico.

Mezclado con guisos, salsas o asados, no solo se enriquece el sabor de la comida, sino que permite también aprovechar sus efectos de una manera que modifica el fuerte sabor y la intensa fragancia del ajo crudo, además de disminuir el riesgo de molestias digestivas.

Ajo y la protección frente a infecciones

El ajo cocido mantiene su acción antibacteriana y su acción antifúngica, lo que lo convierte en un magnífico ingrediente para ayudar a defender el organismo frente a infecciones, hongos y virus. A su vez, otros estudios han demostrado que el sulfuro de dialilo que contiene el ajo contribuye a eliminar bacterias como la Campylobacter, causante de muchas de las intoxicaciones alimentarias.

Cantidad de ajo recomendada

Una ingesta moderada del ajo es clave para conseguir los beneficios sin sufrir efectos adversos; según ciertos expertos, un diente al día puede considerarse seguro para un adulto sano. Superar el diente puede dar lugar a reacciones como acidez estomacal o náuseas. Aun así, los enfermos bajo tratamiento anticoagulante deben distanciarse o considerar su consumo a causa de la vasodilatación ocasionada por este componente.

A tener en cuenta antes de consumir ajo

El ajo generalmente se considera seguro a la hora de ingerirlo en la cantidad normal. Por el contrario, sí es importante y necesario evitar el contacto del ajo crudo con la piel y con los ojos, ya que puede producir irritaciones. Asimismo, si existe un estómago sensible o si la persona tiene antecedentes de enfermedades digestivas, el ajo crudo debe seguir consumiéndose, pero con moderación.

PUBLICIDAD