El pasado 9 de febrero la Guardia Civil detuvo a dos personas en Guardamar del Segura, una localidad situada en la provincia de Alicante. Eran un hombre y una mujer, ambos de 39 años y pareja sentimental, a los que se les atribuye haber estafado a otra mujer de 35 años utilizando el método conocido como ‘Romance Scam’, o el timo del amor. Los presuntos autores habrían fingido mantener una relación sentimental con la víctima a través de un perfil falso en una conocida aplicación de contactos durante meses, en los que consiguieron ganarse su confianza. A partir de entonces comenzaron a pedirle cantidades de dinero, al principio pequeñas pero cada vez más elevadas, con la promesa de que se lo devolverían en el futuro, algo que nunca acababa sucediendo. En total, la víctima denuncia que le sustrajeron de esta manera 57.000 euros.

Aunque se trate de un caso extremo, lo cierto es que los datos apuntan a que este tipo de delitos son cada vez más comunes. Y es que el mercado de las citas online no deja de ganar usuarios y de incrementar sus beneficios, algo de lo que se están aprovechando los estafadores. En España, la web Statista informó en 2021 que el 13% de la población utilizaba plataformas o aplicaciones de citas, que movieron ese año 41 millones de dólares solo en nuestro país. Y en todo el mundo la compañía de ciberseguridad ESET estimó que en 2021 las estafas románticas "ocuparon el segundo lugar en cuanto a pérdidas económicas, permitiendo a los estafadores recaudar más de 600 millones de dólares, cifra que superó los 500 millones de dólares de 2020».

La víctima de Guardamar tuvo una relación ficticia durante 14 meses con un supuesto hombre que conoció a través de una de estas plataformas. En ese tiempo, los presuntos estafadores que se escondían detrás del perfil intercambiaban una media de 350 mensajes al día con la mujer. La denunciante relató a los agentes que durante ese tiempo le propuso quedar varias veces en persona para conocerse, pero éste siempre alegaba problemas laborales o personales para evitarlo. Sin embargo, el estafador sí creó toda una personalidad para darle más credibilidad a su historia.

Le contó a la víctima que pertenecía a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y que procedía de una familia adinerada de Elche. También que estaba intentando levantar el negocio de su familia, que uno de sus socios había llevado hasta la ruina. En el plano familiar relató que tenía un hijo adolescente con problemas y que su madre estaba muy enferma, llegando incluso a fingir su muerte. Precisamente haciéndose pasar por el supuesto hijo fue cuando los estafadores aprovecharon para solicitarle a la víctima el primer ingreso económico, alegando que su padre necesitaba ayuda.

En España casos como este no son nuevos. Uno de los más sonados y célebres ha sido el de Albert Cavallé, un barcelonés que precisamente el pasado ocho de febrero fue condenado a dos años y tres meses de cárcel por estafar a seis mujeres un total de 68.500 euros. Cavallé, que acumula ya ocho condenas (dos de ellas firmes) y tiene seis juicios pendientes, reconoció haber usado aplicaciones como Tinder o Badoo haciéndose pasar por abogado, inversor, cirujano o hijo de los dueños millonarios de una reconocida clínica de Barcelona para fingir "solvencia económica" y entablar una relación para conseguir su dinero.

En el plano internacional existe un caso muy similar al de Cavallé, e incluso más famoso. Se trata del israelí Simón Leviev, que adquirió gran notoriedad el año pasado al ser el protagonista de un documental de Netflix titulado El timador de Tinder, y que ha sido acusado de estafar millones de dólares utilizando tácticas parecidas.

El peligro de San Valentín

Una investigación de ESET reveló que el 52 % de las personas cree que la soledad en los días previos a San Valentín las hace más vulnerables a los métodos utilizados por los delincuentes que buscan víctimas en webs o aplicaciones de citas. "La web está inundada de gente que no es quien dice ser. Muy a menudo su objetivo es sustraer nuestro dinero, son maestros manipuladores de las emociones humanas, y en los corazones solitarios encuentran a las víctimas perfectas", comentó Josep Albors, responsable de investigación y concienciación de ESET España.

Por ello, desde la compañía dieron una serie de recomendaciones para identificar cuándo estamos siendo víctimas de un fraude de este estilo. Y es que, según ESET, los estafadores suelen seguir un "patrón similar". Es habitual que aseguren que viven o trabajan fuera del país de la víctima, y que afirmen estar trabajando en una plataforma petrolera, en el ejército o como médico. También hacen muchas preguntas personales a la víctima, pero sin embargo son esquivos a la hora de responder sobre sus vidas. Además, intentan avanzar muy rápido en la relación, suelen tener fotos de perfil demasiado perfectas y contar historias complicadas para argumentar por qué necesitan el dinero. 

Para prevenirlo, desde ESET recomiendan hacer una búsqueda exhaustiva de la persona con la que estemos hablando: desde su nombre y su historia para ver si son reales hasta su foto de perfil, que podría haber robado de otra cuenta. Por supuesto, hay que evitar dar datos personales a personas que no conocemos e ir despacio a la hora de empezar relaciones por Internet. Y no conviene enviar dinero ni fotos comprometedoras, algo que suelen demandar mucho los delincuentes. En caso de sospechar que hemos sido víctimas lo mejor es cortar de inmediato la comunicación, compartirlo con alguien de confianza para que nos de su opinión y si, estamos seguros, denunciarlo.