Imagínate recopilar una página de cada gran libro en la historia de la literatura, confeccionar de esta manera una suerte de arca de Noé en la que embarcar lo mejor de las letras hispanas, incluyendo todas las especies posibles, para que no quede fuera ningún género, siglo o tendencia que ha hecho de la literatura española una de las más ricas del mundo. Esta es la ambiciosa idea que ha tratado de llevar a cabo una firma tan autorizada como la de Víctor García de la Concha en Grandes páginas de la literatura española (Espasa).

Más de 100 textos, con sus correspondientes comentarios, culminan este faraónico proyecto en el que convergen nueve siglos en la historia del español. Partiendo cronológicamente desde el origen legítimo de nuestra lengua, materializado en El cantar de mio Cid, este libro desarrolla un cuidadoso y pormenorizado camino que concluye con la pluma del recientemente fallecido Javier Marías.

'Grandes páginas de la literatura española' (Espasa), de Víctor García de la Concha

Víctor García de la Concha (1934) es catedrático emérito en la Universidad de Salamanca, miembro de la Real Academia Española desde 1991 y director de esta institución entre 1998 y 2010. También ha sido director del Instituto Cervantes entre 2012 y 2017 y en 2010 fue distinguido con el Toisón de Oro por los servicios prestados a España, a la Corona y a la unidad de la lengua española. Es especialista en literatura del Renacimiento y en los escritores místicos del siglo XVI y cuenta con una extensa bibliografía a sus espaldas.

Este volumen recopilatorio se erige como un canon en el que el propio García de la Concha ejerce de guía, contextualizando en su debido momento histórico cada página que ha sido capaz de alcanzar la excelencia en ese inabarcable catálogo que es la historia de la literatura española. "Este libro es el producto de un diálogo ininterrumpido de autores y lectores que van descubriendo un tesoro: las grandes páginas de la literatura española", explica el autor.

Y es que este recopilatorio no es sólo una selección de buenos textos, en su conjunto funciona como un privilegiado testigo de cada momento histórico en la evolución social y política de eso que hoy en día conocemos como España. El origen mítico en nuestro cantar de gesta particular, la picaresca, el Siglo de Oro, el Clasicismo y el Romanticismo de los siglos XVIII y XIX, las generaciones del 98, 14 y 27, la guerra civil, el desarraigo en los años 50..., todos ellos son un reflejo poliédrico de cómo ha pasado la historia a través de nuestra literatura y cómo ha sido capaz de encapsular el pulso de cada época en sus páginas.

En este canon no faltan obras clásicas como Alfonso X, algunos romances, El quijote, Fuente Ovejuna o el Lazarillo de Tormes, pero también aparece alguno menos conocido como Claros varones de Castilla de Fernando del Pulgar. Sin olvidar a sus adorados místicos, García de la Concha muestra especial cariño con la lírica de Antonio Machado, de quien incluye Campos de Castilla, Poesías y Juan de Mairena. Y es que del cerca del centenar de páginas escogidas, casi la mitad, cerca de cuarenta están dedicadas a la poesía.

No faltan tampoco los referentes que ha dado el arte del teatro en nuestro país con los Calderón, Lope o Tirso, ni tampoco pensadores como Unamuno u Ortega y Gasset. Pero España también es país de narradores y ahí están Baroja, Galdós o Delibes, entre muchos otros para demostrarlo.

La lista de autores es prácticamente inabarcable, sin embargo, es fácil contar los referentes femeninos que continúan quedándose en una ridícula y siempre ampliable minoría: Teresa de Jesús, Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán, Carmen Laforet, Ana María Matute o Carmen Martín Gaite. De esta última incluye un fragmento de El cuarto de atrás, que precisamente funciona como un potente alegato contra el anticuado discurso utilitarista en el que las mujeres españolas solo valen para los quehaceres domésticos:

Cumpliríamos nuestra misión de españolas, aprenderíamos a hacer la señal de la cruz sobre la frente de nuestros hijos, a ventilar un cuarto, a aprovechar los recortes de cartulina y de carne, a quitar manchas, tejer bufandas y lavar visillos, a sonreír al esposo cuando llega disgustado, a decirle que tanto monta monta tanto Isabel como Fernando, que la economía doméstica ayuda a salvar la economía nacional y que el ajo es buenísimo para los bronquios, aprenderíamos a poner un vendaje, a decorar una cocina con aire coquetón, a prevenir las grietas del cutis y a preparar con nuestras propias manos la canastilla del bebé destinado a venir al mundo para enorgullecerse de la Reina Católica, defenderla de calumnias y engendrar hijos que, a su vez, la alabarán por los siglos de los siglos. (Carmen Martín Gaite, El cuarto de atrás, 1978).

Todavía queda camino por recorrer en la recuperación del papel de la mujer en la tradición literaria española, pero su omisión resulta cada vez más chirriante. Aun así, no hay que olvidar que los cánones, por muy acreditados que estén, siempre son personales y estas grandes páginas de la literatura española no dejan de ser las de Víctor García de la Concha.