Esta semana hemos vivido un momento histórico con el encuentro cordial del presidente de Siria, Ahmad Al Sharaa, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Un encuentro que se resume con el levantamiento de las sanciones a la Administración siria, como también aquellas que sacudían el país desde el principio de las Primaveras Árabes. Con este hecho, Estados Unidos normalizan una de las relaciones diplomáticas más complejas del siglo XX.
Debemos recordar que Damasco, debido al auge del socialismo panarabista, se convirtió en un aliado próximo de la Unión Soviética, y posteriormente de la Federación Rusa. Este cambio diplomático, qué empezó con la caída de Al Assad y la normalización de la Liga Árabe del nuevo gobierno de transición sirio, ha terminado siendo reconocido internacionalmente por Estados Unidos.
El levantamiento de sanciones estadounidenses a Siria abre la puerta a que todos los Estados que las mantenían también sigan este camino, y así, se abra la puerta a una serie de inversiones sin tensión alguna con la Administración Trump. En esta dirección, debemos ver también que hay diferentes cuestiones pendientes como el trato a las minorías que viven en Siria, como también de las garantías de seguridad con los Estados fronterizos.
Los principales aliados del nuevo gobierno sirio son Qatar y Turquía, lo que está facilitando la rehabilitación de Siria en el panorama internacional. A través de la diplomacia turca, Damasco ha sido bien recibida por diferentes Estados europeos anteriormente, como en el caso de la recepción del presidente Al Sharaa por el presidente francés, Emmanuel Macron, en el Elíseo.
El hecho de que actualmente existan vuelos a Damasco provenientes de Estambul, Amán y Doha demuestra hasta que punto la situación discretamente se ha normalizado para el gobierno sirio a nivel regional. El principal aliado regional del llamado Occidente, Jordania, considera que el nuevo gobierno sirio tiene que ser tratado como un gobierno regional más, como demuestran las conexiones aéreas entre los dos países.
La gestión de las conexiones con el Líbano también ejemplifica el fin de una etapa de tensión entre Damasco y Beirut después de décadas de conflicto sectario. En esta dirección, podemos ver la creciente influencia de Turquía en la región, pues el gobierno de Erdogan ha cerrado acuerdos con Jordania, Qatar, Líbano, Irak y el gobierno kurdo iraquí. El fin de las hostilidades en la frontera siria con la disolución del PKK también es un punto de inflexión en las relaciones entre Damasco y Turquía, ya que, a pesar de ser aliados, una facción armada que opera en Siria contra los kurdos está formada por milicianos turcos.
Al no existir sanciones sobre la administración de Al Sharaa va a permitir que China entre en el tablero. El gobierno de Pekín se ha convertido en el principal banco de infraestructuras de casi todos los países árabes, como también en un socio comercial imprescindible. En el caso de Siria, además, debemos ver que se encuentra en un punto estratégico importante por su situación en el Mediterráneo, y que los puertos de Latakia y Tartús pueden ser un puerto de conexión entre China y el Mediterráneo, además de facilitar la conexión ferroviaria hacia Egipto.
El apretón en manos entre Trump y Al Sharaa tiene consecuencias a medio y largo plazo para la diplomacia internacional"
En conclusión, el apretón de manos entre Trump y Al Sharaa no solamente significa que el gobierno sirio y la administración de EEUU han enterrados el hacha de las hostilidades después de décadas. El profundo significado de este hecho radica en sus consecuencias a medio y largo plazo para la diplomacia internacional respecto a Siria, y que el nuevo gobierno es bienvenido incluso para aquellos de los que eran hostiles al mismo, o reticentes al cambio.
La inclusión de la nueva administración en la Liga Árabe que tenga encuentros con Donald Trump y también con diferentes líderes europeos de tú a tú, o sea invitado a cumbres internacionales en entornos que hace poco más de un año recibían a Al Assad con todos los honores, sitúa en un horizonte de esperanza el porvenir de la república árabe. Y los sirios salieron a celebrarlo, porque cuanta más estabilidad económica haya, menos conflicto a medio y largo plazo.
Guillem Pursals es doctorando en Derecho (UAB), máster en Seguridad (UNED) y politólogo (UPF), especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado.
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1 Comentarios
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hace 3 horas
Al final vamos a ver al arancelista y vanidoso Trump, darse la mano con más gente de lo que pensábamos, menos con el superviviente y vanidoso Sánchez.