Del discurso de odio desenfrenado en redes sociales al asesinato a sangre fría de una pareja de jóvenes empleados de la embajada israelí en Washington. La espiral del antisemitismo ha dado un salto cualitativo esta semana con estas muertes, que fueron festejadas por su autor al grito de "Free Palestine". La imparable ofensiva del gobierno de Benjamin Netanyahu en Gaza, que ya suma más de 53.000 muertos, ha puesto al foco a Israel, que argumenta que la operación se desencadenó como respuesta a la masacre cometida por Hamás el 7 de octubre de 2023. Murieron 1.218 personas y fuero secuestradas 251. Es el peor día de la Historia de Israel desde el Holocausto. El odio va a marcar a generaciones.
En un momento como el que vivimos intentar abordar todos los ángulos con la voluntad de ser ecuánime parece un reto inabordable. Como si fuera contradictorio pensar que Hamás es una organización terrorista y lo que hizo el 7 de octubre fue abominable; Israel está cometiendo crímenes de guerra en Gaza; los palestinos son víctimas de Hamás, y también de Israel; y la población israelí también es víctima de Hamás y de quienes en su gobierno recurren a la guerra para mantenerse en el poder.
En este contexto unos desprecian cualquier muestra de odio a judíos o sus afines en nombre de la libertad de expresión y otros quieren abolir cualquier crítica a Israel camuflándola de antisemitismo. De hecho, en Israel hay políticos e intelectuales que ha levantado su voz contra el gobierno. La crítica del opositor, el ex general Yair Golan, ha sido feroz: a su juicio, el Gobierno de Netanyahu "es el que alimenta el antisemitismo y el odio a Israel, y el resultado es un aislamiento diplomático sin precedentes y un peligro para todos los judíos en cualquier punto del planeta". Algo impensable en un régimen autoritario o en la Gaza de Hamás.
Como punto de partida recordemos qué es el antisemitismo. El 26 de mayo de 2016, los 31 países miembros de la IHRA (Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto) adoptaron la definición práctica, jurídicamente no vinculante: "El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto".
La IHRA va más allá y señala que "las críticas contra Israel, similares a las dirigidas contra cualquier otro país no pueden considerarse antisemitismo". Y da ejemplos de lo que sí es antisemitismo: pedir, apoyar o justificar muertes o daños contra los judíos, en nombre de una ideología radical o de una visión extremista de la religión; formular acusaciones falsas, deshumanizadas, perversas o estereotipadas sobre los judíos; culpar a los judíos como pueblo o a Israel, como Estado, de inventar o exagerar el Holocausto; denegar a los judíos su derecho a la autodeterminación, por ejemplo, alegando que la existencia de un Estado de Israel es un empeño racista; establecer comparaciones entre la política actual de Israel y la de los nazis; considerar a los judíos responsables de las actuaciones del Estado de Israel.
"El antisemitismo es la métrica de la intolerancia. Es un buen termómetro. Es el reflejo de una sociedad que no se sabe poner sus límites", explica Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia.
Y da ejemplos de cómo vive la comunidad judía desde la masacre del 7 de octubre. "Hoy es un riesgo que un chico o una chica lleve la estrella de David colgada al cuello. ¿Hay alguna iglesia o mezquita con protección policial? Las sinagogas sí la necesitan. Los colegios también. No hay nadie de las comunidades judías y sus entornos que no vaya con cautela. También hay escraches", indica Ibarra.
Las embajadas son lugares especialmente vigilados Antes del asesinato de esta semana en Washington, hubo varios incidentes violentos El verano pasado, se lanzaron cócteles molotov contra las embajadas israelíes en Ciudad de México y Bucarest, Rumania. En junio de 2024 un hombre armado con una ballesta atacó la embajada israelí en Belgrado, Serbia. Un atacante abrió fuego contra el consulado israelí en Múnich en septiembre, y dos meses después detonaron granadas cerca de la embajada israelí en Copenhague.
"La campaña antisemita es brutal. Ya ha tenido consecuencias. En Washington hemos visto un crimen de odio terrorista antisemita. Por desgracia creo que vienen más. Es un aviso a nivel mundial", añade el activista.
Dos o tres veces más casos desde el 7-O
En todo el mundo, las ofensas contra personas y propiedades judías se han duplicado o incluso triplicado desde los atentados de Hamás y se han mantenido en niveles históricamente altos mientras Israel lleva a cabo una campaña de bombardeos desde hace 19 meses, según el Antisemitism Worldwide Report, que realiza la Universidad de Tel Aviv. Está realizado oor 11 investigadores y consta de 160 páginas.
Los grupos que estudian los delitos motivados por el odio en todo el mundo suscriben que el atentado de Hamás y la guerra posterior han contribuido a alimentar decenas de miles de incidentes, incluidos casos de insultos, ataques en redes sociales, vandalismo, amenazas personales y ataques violentos con resultado de lesiones y muerte. "En todo el mundo, los niveles de antisemitismo siguen siendo significativamente más altos en comparación con el periodo anterior al 7 de octubre", destaca el profesor Uriya Shavit, que coordina el informe.
El informe presenta resultados especialmente alarmantes en relación con Australia, un país conocido anteriormente por su espíritu de tolerancia y respeto a las minorías. El Consejo Ejecutivo de los Judías de Australia registró la cifra récord de 1.713 incidentes antisemitas en 2024, frente a los 1.200 de 2023. El número de incidentes en 2023 casi triplicó el de 2022.
El informe también destaca el caso de Italia, donde el Centro de Documentación Judía Contemporánea registró 877 incidentes en 2024 frente a 454 en 2023.
En Estados Unidos se registró un aumento moderado de los incidentes antisemitas. En Nueva York, la mayor ciudad judía del mundo, la policía registró 344 denuncias de incidentes antisemitas en 2024, frente a 325 en 2023 y 264 en 2022. En Chicago, Denver y Austin aumentó también pero en varias ciudades de EEUU hubo menos. Es cierto que el número de delitos de odio en general ha aumentado en EEUU pero la comunidad judía es la más afectada por este incremento.
Canadá también registró un aumento de los incidentes, donde la organización «B'nai Brith» documentó un récord de 6.219 incidentes antisemitas en comparación con los 5.791 de 2023 (y los 2.769 de 2022).
También se registraron aumentos en el número total de incidentes en 2024 en comparación con 2023 en Argentina, Suiza, Brasil y España. En varios países con grandes poblaciones judías, como Francia o Reino Unido, se observó una disminución de los incidentes antisemitas en 2024 en comparación con 2023.
El caso de España
"Desde el 7 de octubre de 2023, la comunidad judía sufre un antisemitismo nunca antes visto: colegios, sinagogas, centros comunitarios protegidos por la policía porque se han señalado viviendas, comercios, y últimamente se intentó incendiar un restaurante kosher en Madrid", indica María Royo, portavoz de la Federación de Comunidades Judías de España.
Durante 2024 se registraron 193 incidentes antisemitas, según el Observatorio de Antisemitismo. Se trata del mayor número registrado en la historia moderna de España en un año y supone un incremento del 321% con respecto al año 2023 y de un 567% respecto al 2022. En 2023 se registraron 60 incidentes y en 2022, 34 incidentes.
"Estas cifras suponen un reflejo de la situación de discurso de odio antisemita que se ha mantenido en España durante el año 2024 y que se ha expresado en todos los sectores: político, educativo, cultural, mediático, social, deportivo, etc. 2025 lleva la misma tendencia", señala María Royo.
Comenta María Royo cómo el discurso de odio en redes sociales es estremecedor. Los autores de mensajes como "Hitler tendría que haber terminado el trabajo" se esconden bajo el anonimato y las plataformas no hacen nada para evitar que se sigan propagando.
Apunta Esteban Ibarra, que colabora en el Observatorio de Antisemitismo, que en las redes sociales campan los antisemitas a sus anchas. Estos días se han difundido mensajes en los que se aplaudían los asesinatos de Washington y se animaba a seguir por esa vía. En el caso de España confirma que no se hace nada en redes, y en el caso de delitos de odio de otro tipo hay pocas denuncias porque hay miedo a dejar constancia de los datos personales.
La lucha contra el antisemitismo, olvidada
Una gran mayoría de europeos, un 82%, no considera prioritaria la lucha contra el antisemitismo, según una encuesta publicada en mayor por la Asociación Judía Europea (EJA). El sondeo, realizado entre 4.400 personas de seis países -Francia, Alemania, Reino Unido, España, Países Bajos y Bélgica-, reveló que más del 20% culpa abiertamente a los judíos de sus propios países de la guerra entre Israel y Hamás.
"Europa ha importado el odio, añadiéndolo al odio que ya existía. La mayoría de los líderes políticos, rectores de universidades y medios de comunicación europeos siguen evitando esta conversación. Y cuanto más la eviten, más normalizado estará el antisemitismo y peor será para el judaísmo europeo", dijo el rabino Menachem Margolin.
Los mensajes antisemitas se han normalizado entre los jóvenes, ya que más de uno de cada cuatro (28%) europeos de entre 18 y 24 años afirma haber participado o presenciado comentarios antisemitas presentados como declaraciones contra Israel. Alrededor del 65% de los europeos afirman que la guerra en Oriente Medio ha influido en cómo se ve a los judíos en sus propios países, y el 55% dice que ha empeorado su percepción.
De los seis países donde se realizó la encuesta el Reino Unido es el más comprensivo co la comunidad judía y belgas y españoles son los más hostiles. En el barómetro del Real Instituto Elcano de 2024 reflejaba cómo el 71% de los españoles califica de genocidio la actuación de Israel en Gaza. De hecho, el presidente del goiberno, Pedro Sánchez, se ha referido a Israel como "Estado genocida" e el propio Parlamento.
La percepción también está cambiando e Estados Unidos, un país aliado de Israel, hogar de una importante comunidad judía. En una encuesta de mayo del Chicago Council on Foreign Affairs Israel obtiene la peor puntuación desde que se elaboran estas investigaciones en 1978.
Jonatahn Greenblatt, director de la Liga Antidifamación, comentaba con pesar a principios de este año cómo un 46% de la población mundial tiene creencias antisemitas. "Uno de cada dos adultos de todo el mundo apoya la mayoría de los 11 tópicos antisemitas que les presentamos, como 'los judíos son responsables de la mayoría de las guerras del mundo', y sólo el 48% de los encuestados reconoce la exactitud histórica del Holocausto. En pocas palabras, estos datos revelan un fracaso estrepitoso a la hora de transmitir la memoria y las lecciones del Holocausto a las generaciones más jóvenes, el futuro mismo de nuestro mundo".
Desde Cracovia, la localidad polaca situada a 70 km del campo de exterminio nazi de Auschwitz, Jonathan Ornstein, director del Centro de la Comunidad Judía, nos traslada un mensaje más optimista. "Cracovia er un lugar seguro para los judíos antes del 7 de octubre y lo sigue siendo después del 7 de octubre. No hemos visto un incremento de casos de antisemitismo aquí".
Minimiza incluso el hecho sorprendente de que en la primera ronda de las presidenciales en Polonia un candidato conocido por su antisemitismo Grzegorz Braun haya superado el 6% del voto. "Fue decepcionante que tuviera tantos votos. Hay todavía una minoría en la sociedad polaca que ve a alguien así como un candidato aceptable. Aún así, no sé porqué pero siento que Polonia va en la buena dirección".
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1 Comentarios
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hace 9 segundos
Existe una palabra que nadie quiere le apliquen «antisemita» pero no existe el termino recíproco «antipalestino» o «antigazatí». Recien empezada la guerra en Gaza yo estuve cenando con tres israelitas, los tres eran antigazaties, en el sentido de que consideraban que todos los habitantes de Gaza eran terroristas. No cambiaron su apreciacion cuando les reproché que un niño no puede ser terrorista. Sin embargo, el termino antigazatí no existe o, al menos, no tiene la carga deshumanizadora que tiene la palabra antisemita. Se puede ser antigazatí, antipalestino o antimusulman sin dejar ser estupendo.