Radiotelevisión Española difundió hace unos días una nota informativa en la que celebraba el 10,4% de cuota de pantalla que obtuvo La 1 el pasado mayo. Mientras Antena 3 se estancó y Telecinco no frenó su caída, la televisión pública consiguió su mejor 'dato 'mayo' en los últimos siete años. Al octavo no hizo referencia. Fue el último mes antes de que Pedro Sánchez llegara a Moncloa y la cadena lo cerró con el 10,7%.

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La corporación ha redondeado su audiencia en los últimos años con productos a los que las cadenas privadas renuncian por su elevado coste -el mercado publicitario es mucho menor que hace 15 años, pero no el presupuesto de RTVE-, como el fútbol. En mayo, coincidieron la final de la UEFA Champions League con otro acontecimiento que la corporación emite en exclusiva, como Eurovisión. Fueron las dos emisiones más vistas del mes.

Dicho esto, hay formatos que funcionan en la actual parrilla de la primera cadena. No ya sólo clásicos como Masterchef, sino que estrenos de esta temporada como La revuelta o Futuro imperfecto han generado resultados por encima de la cadena.

También el info-entretenimiento. Es decir, programas como el de Silvia Intxaurrondo o el de Javier Ruiz. Incluso el de Jesús Cintora, que supera casi cada día la media de La 2. Otra cosa es su línea editorial, criticada dentro y fuera de la casa con dureza y en proceso de análisis por parte del Consejo de Informativos. Ése es otro cantar. Ahora bien, desde el punto de vista de la audiencia, estos espacios generan resultados positivos.

El 'Sálvame' público

Lo que sucede es que la gran apuesta de esta parte de la temporada no carbura... ni parece que lo vaya a hacer. Es La familia de la tele, cuya productora, La OSA TV (Óscar Cornejo y Adrián Madrid), pactó un contrato de 5,3 millones de euros con la corporación para realizar este formato, pero ahora observa que su continuidad puede peligrar, pese a la "paciencia" que el presidente de RTVE, José Pablo López, confesó que tiene con las apuestas que realiza para los proyectos que encabeza.

La empresa sucesora de La fábrica de la tele no es una productora cualquiera. De ahí procede Sergio Calderón, el director de televisión que fichó López para la corporación tan sólo unos días después de acceder a su cargo. Pocas semanas después, trascendía que RTVE preparaba la llegada a Prado del Rey de varios de los colaboradores del extinto Sálvame.

Tras su anuncio, aparecieron en programas de La 1, en promociones y en la retransmisión de un partido de fútbol. Incluso organizaron un desfile el día de su inauguración que tuvo que aplazarse dos veces. Una, por la muerte del papa Francisco. Otra, por el apagón del 28 de abril. Parecieron malos presagios que anticipaban un desastre. De momento, ese adjetivo sirve para explicar lo que ha sucedido después.

Los Monster

El sindicato USO envió una hoja informativa a sus afiliados hace unos días en la que se refería a La familia de la tele como "Los monster". Ahí se reflejaba la audiencia que registró el programa entre el 12 y el 27 de mayo fue, en su primer tramo, del 7% de media; y, en el segundo, del 6,1%.

La corporación anunciaba hace dos viernes su intención de tomar cartas en el asunto y suprimir la segunda parte del programa. El problema es que esta adaptación no ha impulsado la audiencia del magacín, que fue, entre el lunes y el jueves, del 6%. El miércoles, incluso llegó a empatar con La 2.

Un grupo de extrabajadores de la corporación difundía hace unas semanas un manifiesto en el que lamentaba la mala imagen que generaba este formato a RTVE. Casi en paralelo, el Consejo de Informativos emitía un comunicado en el que lamentaba que una reportera de La OSA TV fuera al Vaticano con un micrófono de la casa para hacer la cobertura del cónclave, lo que, a su juicio, podría perjudicar la reputación de la corporación.

Las críticas a este formato han sido constantes dentro y fuera de la casa. Tal es así que algunos miembros del equipo han expresado su malestar contra ellas, al considerarlas injustas. Nadie apostaría dentro de RTVE a que este programa va a continuar mucho más tiempo en antena, pese a los llamamientos a tener paciencia que se han lanzado desde los altos despachos de Prado del Rey durante las últimas semanas.

Sea como sea, fue la apuesta más efectista de su nuevo presidente y del director de contenidos... y el resultado ha sido mucho peor de lo esperado. Bajo cero, aunque las crónicas de sus primeros minutos en antena la elevaran hasta el cielo.

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