La tensión estaba garantizada en la reunión de la Conferencia de Presidentes que acoge este viernes el Palau de Pedralbes de Barcelona. Después de que Isabel Díaz Ayuso protagonizase los primeros compases del encuentro, con su breve enfrentamiento con Mónica García en la recepción y, más tarde, abandonando temporalmente el diálogo de presidentes por el uso de las lenguas cooficiales, los presidentes populares han trasladado un mensaje claro a Pedro Sánchez: quieren un adelanto de elecciones generales.

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Al menos tres presidentes autonómicos del PP, caso del gallego Alfonso Rueda, el andaluz Juanma Moreno y la cántabra, María José Sáenz de Buruaga, le han exigido al dirigente socialista que cese de su deseo de continuar en Moncloa y dé la voz a la ciudadanía con la apertura de urnas en un momento delicado para su partido y de máxima tensión con sus socios en los que la dificultad legislativa es patente. "Esto no da más de sí, es insostenible", apreció la presidenta de Cantabria durante su turno de intervención.

"La situación que vive nuestro país es insostenible. No podemos asumir como normal lo que es una permanente anomalía democrática y creo que esto no da más de sí. La única salida en este momento es disolver las Cortes Generales, convocar elecciones y dar la voz a los ciudadanos en las urnas", dijo Buruaga. En esa misma línea se movió Moreno Bonilla. Éste dijo a Sánchez que "ante la situación política crítica de España, disuelva las Cortes cuanto antes, convoque elecciones y permita a los españoles decidir".

Frente a los populares, que han seguido en tromba a los tres primeros presidentes del PP, el presidente del Gobierno instó al conjunto de los presidentes a "dejar la crispación en el perchero". Según fuentes del Ejecutivo, Sánchez agradeció el ofrecimiento y animó al resto de las comunidades autónomas a presentar también sus candidaturas. "Habrá ocasión para todas", trasladó Sánchez, que insistió en que "la intención del Gobierno es respetar los tiempos de la democracia y celebrar las próximas elecciones en 2027, cuando tocan".

Isabel Díaz Ayuso, además de pedir esas generales, cuestionó las reformas en materia de Justicia que quiere llevar adelante el Gobierno, tanto en Poder Judicial como en el Estatuto del Ministerio Fiscal, además de tildar de "inconstitucionalidad" de la ley de amnistía tras la filtración esta semana de la ponencia política que publicará a final de mes, previsiblemente, el Tribunal Constitucional.

Sánchez contestaba así a las reivindicaciones de los populares, pero también a la de barones socialistas como Emiliano García-Page, que ante los escándalos que están perjudicando al partido, como el de la presunta fontanera de Ferraz, Leire Díez, y el aparente intento de persecución a jueces o miembros de la UCO, cree que lo mejor es que se adelanten los comicios. Especialmente para no "arrastrar" al resto de baronías socialistas ante lo que se estima que serían unos malos resultados para las siglas si se nacionaliza una campaña. Sobre todo, teniendo en cuenta que las municipales y autonómicas serán la antesala de las próximas generales en 2027.

La reivindicación a Sánchez fue pactada este jueves de forma conjunta entre Génova y los presidentes, como previa a la manifestación del domingo en Madrid, en Plaza de España a partir de las once de la mañana, donde sin siglas por delante, Alberto Núñez Feijóo convocó a todos los que quieran sumarse a marchar contra el Gobierno, contra su supuesta corrupción y contra Sánchez para que renuncie y convoque elecciones generales de forma inmediata. A Page, de hecho, desde Génova le apremian a que use sus ocho diputados en el Congreso para convertir esa posibilidad en realidad.

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