El consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, ha sacado pecho de la acogida que ha tenido en el mercado la venta de su filial británica TSB al Banco de Santander por 3.100 millones. En plena opa del BBVA, el banco vallseano usará buena parte de lo que ingrese por la transacción para elevar la remuneración a sus accionistas y disuadirles de que acudan al canje propuesto por la entidad vasca. Todo, supeditado a que lo apruebe la junta de accionistas convocada para el próximo 6 de agosto.
El Sabadell se ha disparado en bolsa este miércoles hasta un 5%, incrementando así su valor bursátil pese a que vaya a desprenderse de un activo como TSB, que le reportaba una parte del beneficio anual. La acción ha alcanzado un precio de 2,84 euros, lo que supone una revalorización de un 56,15 % en el último año. "La prima se ha colocado en negativo y en bolsa sigue subiendo. Esto hace que el valor del Sabadell aumente. Y si antes considerábamos que el precio era insuficiente, pues ahora probablemente un poco más", ha dicho al ser preguntado sobre el precio ofrecido por BBVA en su oferta de adquisición. Algo que, en teoría, Carlos Torres no estaba dispuesto a mover.
Una de las claves de la venta de TSB es el deber de pasividad que con una opa activa debe guardar el consejo de administración. González-Bueno ha dicho estar tranquilo porque cualquier movimiento lo tendrán que refrendar los accionistas en junta. El consejero delgado ha presumido de que "ha sido un proceso excelente, limpísimo, rápido como no se ha conocido". "Se ha hecho en un tiempo récord, pero no podemos comentar nada más", ha dicho. Eso sí, a preguntas de los periodistas ha desmentido que fuese su entidad la que saliese a buscar la operación con el Santander, algo que podría ir en contra de ese deber de pasividad. "No iniciamos nosotros las conversaciones, pero es absolutamente irrelevante. Se inició por parte de un tercero", ha expresado.
Según ha detallado el director financiero del Sabadell, Sergio Palavecino, la prima que este lunes se situaba en el entorno negativo del 6% ha pasado a ser de un -9,7%, tras la subida experimentada en el parqué. Sobre la política de dividendo extraordinario de 2.500 millones (adicionales a los 1.300 millones proyectados con cargo a los resultados de 2025), González-Bueno ha puntualizado que en caso de que la opa triunfase y hubiese un nuevo equipo gestor al frente de la entidad, "el nuevo consejo no puede revertir los derechos adquiridos de sus accionistas". "Queda fuera del perímetro de gestión y decisión de futuros órganos el reducir derechos adquiridos con anterioridad por sus accionistas", ha subrayado.
Eso sí, ha reconocido que "hace que la opa sea más difícil o que tenga que tener un precio más caro" y ha advertido de que esa "lluvia de dividendos se produce solo por cumplir con repartir por encima del 13,5%, en línea con lo que nos comprometimos con el mercado antes del proceso de opa". En caso de que la compra de BBVA saliese adelante pese a las trabas impuestas por el Gobierno para que ambas entidades funcionen por separado durante al menos tres años -con dos de posible prórroga-, los accionistas que no hubieran acudido al canje propuesto por la entidad vasca sería quienes recibirían los dividendos. Aquellos que hubiesen canjeado las acciones, los recibiría el BBVA.
González-Bueno ha insistido en que "BBVA no puede reducir su oferta en base a ese dividendo extraordinario, sino que tiene que mantener su compromiso de intercambio de acciones". La previsión es que haya un primer dividendo a cuenta el 29 de agosto, otro el 29 de diciembre, otro dividendo final en marzo/abril en efectivo o con recompra de acciones. Probablemente también en esa fecha se abonen los 50 céntimos en efectivo prometidos.
Apetito en el mercado
González-Bueno ha tratado en todo momento de desligar la venta de TSB al Santander de la opa del BBVA y ha dicho que se trata de procesos independientes. "La operación se hace con o sin opa. En ningún momento ha utilizado el Banco Sabadell ningún escudo ni ningún mecanismo de defensa. (...) La motivación del Sabadell y el Santander es de creación de valor. Es una operación buena para las dos partes", ha recalcado tras ser preguntado sobre si el Santander ha tratado de hacer una maniobra para evitar que el BBVA se convierta en el segundo banco más grande del país.
Cuestionado acerca de por qué no se desprendieron antes de esta filial, ha argumentado que es por haber conseguido colocar al TSB "en una posición excelente por sí solo" y para esperar "que hubiese un apetito real en el mercado". Ha confirmado, eso sí, que en el pasado había habido conversaciones sobre posibles interesados. Pero "ahora, ha dicho, es más potente con el desarrollo de un tercero y aporta a los accionistas más valor que el que haríamos nosotros".
También ha presumido de que los bancos de inversión "dicen que es la mejor operación en los últimos diez años" en Reino Unido. "A los analistas la operación les ha parecido muy buena porque está muy bien de precio y bien ejecutada", ha abundado sobre la venta del banco que compró a Lloyds en 2015 por 1.700 millones de libras esterlinas y que le hizo perder hasta 500 millones. Ahora lo ha vendido por el doble.
Por otro lado, ha descartado que a medio plazo se puedan producir nuevas operaciones hostiles en el mercado español. "No creo que después de la experiencia del BBVA nadie lo intente, ni que el BBVA lo intente una tercera vez. Y de las fusiones transfronterizas, también es muy difícil porque tienen que ofrecer sinergias. No visualizamos que haya operaciones en ciernes a corto plazo", ha zanjado.
González-Bueno ha dicho estar a la espera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para ver cómo articular la Junta extraordinaria del día 6 de agosto. Tras ese cónclave tendrán que llegar las aprobaciones regulatorias del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y del regulador británico.
Respecto al impacto que esta transacción pueda tener en los planes de BBVA, González-Bueno no se ha querido mojar y ha dicho que "la decisión de seguir adelante o no es una decisión soberana del BBVA y su consejo", al que profesa su "máximo respeto". La ley dice que ante situaciones que cambien las circunstancias, la entidad tiene la oportunidad de desistir. Tras las condiciones impuestas por el Consejo de Ministros, adicionales a los compromisos alcanzados con Competencia, el BBVA comunicó su decisión de seguir adelante.
González-Bueno ha pronosticado que el período de canje probablemente terminará en septiembre, una vez que el BBVA actualice el folleto y lo apruebe la CNMV. Ahí estarán los nuevos cálculos de la entidad de Torres tras las nuevas condiciones que pesan sobre la operación planteada hace ya 14 meses. "No creo que sea lo más previsible que termine en agosto", ha dicho la 'mano derecha' de Josep Oliu.
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