Cada vez más bares y restaurantes están obligando a los clientes a una norma clara, una cuenta y un único pago por mesa. Si para los hosteleros esto supone una mejora operativa, para muchos de los clientes representa una fuente de incomodidad. Lo cierto es que esta práctica, al alza principalmente en áreas turísticas o de mucha afluencia, está provocando malestar entre los clientes que únicamente quieren pagar por aquello que han consumido.

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Un solo pago por cuenta

Muchos locales argumentan esta decisión como una forma de optimizar el servicio. Si se pregunta cuáles son las consecuencias de dividir la cuenta entre varios comensales se puede responder con una simple afirmación: perder tiempo, errores en la caja, mayor carga de trabajo para el personal y todo ello puede resultar más caro que servir los propios platos.

No hay que decir que no es una costumbre generalizada pero sí que se ha hecho habitual en lugares como Cataluña, Aragón o la Costa del Sol. En esos lugares, donde la rotación de mesas nunca se detiene, los hosteleros operan dando prioridad a la rapidez del servicio, la cual es algo que los hosteleros todos conocen y hacia la cual han decidido orientar su actividad de servicio, eliminando todo aquello que pueda generar tiempos perdidos.

El cliente, menos favorecido

Sin embargo, esta política no es bien recibida por todo el mundo, ya que muchos grupos, sobre todo los más jóvenes y los más numerosos, consideran que no es justo asumir consumos ajenos y que deben resolver entre ellos. La eliminación de la posibilidad de pagar por separado añade un poco más de tensión a lo que debería ser una experiencia placentera.

En las redes sociales, los usuarios exponen ejemplos en los que se han sentido obligados a pagar todos juntos o en los que han tenido que abandonar el local tras no serles permitido dividir la cuenta. La medida se considera algo que ha introducido poca flexibilidad y que ha ido en contra de algunos de los establecimientos.

¿Podemos dividir la cuenta?

Sobre la teoría, los restaurantes no están obligados a permitir que se pague de forma dividida, ya que no existe ninguna norma que les obligue a facilitar esta opción. Lo que sí se exige a una entidad es la transparencia: si avisa de que se divide la cuenta antes de anotar la comanda, lo puede hacer sin problemas.

Cada entidad puede poner sus condiciones, siempre que se avise con antelación. Si no lo hace, ya que no puede modificarlas unilateralmente, el cliente puede presentar una reclamación.

Recargo por dividir el total de la cuenta

Otra oposición es la de aquellos que cargan una suplementación por dividir la cuenta. Hay bares que recargan según el número de pagos alegando un coste por el uso del TPV o por la gestión adicional que conlleva. Esta cuestión puede resultar molesta pero también se considera legal siempre y cuando se comunique antes del momento de la consumición.

Este tipo de recargo tiene una naturaleza que entra dentro de las condiciones del servicio. Es decir, si se informa de que se va a realizar en el inicio del servicio, es aceptado por el cliente al momento de permanecer y consumir en el local.

Eficiencia y los derechos de los consumidores

En un marco sin regulación específica, la respuesta está en la comunicación. Los bares deben comunicar la condición desde el primer momento, ya sea en carta, ya sea a modo de cartel o como se toma nota, para que el cliente pueda decidir aceptarlo o buscar una alternativa. Evitar malentendidos y conflictos en la relación entre el local y este cliente es básico para tener una buena experiencia.

La tecnología, aliada en la solución

El continuo progreso de los pagos digitales puede proporcionar soluciones relevantes que resultan efectivas. Algunas plataformas o sistemas permiten la posibilidad de dividir los pagos de las facturas desde el teléfono móvil y pagar por separado de una manera ágil y rápida. De hecho, la implementación de la funcionalidad de pagar la factura de este modo facilitará dar respuesta a la adecuación y mantenimiento de la conciliación entre la productividad del sistema operativo y la comodidad del cliente.

Por el momento dividir la cuenta en un grupo se ha convertido en un asunto que abarca la logística, la legalidad y la experiencia de usuario. Un nuevo reto para la restauración contemporánea.

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