Marcos Carmona lleva las riendas a diario del chiringuito Tumbao Tarifa, uno de los emblemas del jaleo que, como tantos otros sitios, tuvo que ser desalojado a toda prisa el martes por la tarde por la voracidad de las llamas que comenzaron al arder una autocaravana en Torre de la Peña. Lo que se dice zona cero del fuego, azotado sin perdón por el viento de levante. Susto, que lo hubo, y mucho, pero también orden para el desalojo de cientos de personas.

PUBLICIDAD

"A las cuatro de la tarde, en cuanto vimos el humo, cerramos y en principio mandamos a todo el mundo hacia la playa. Ya nos pasó hace dos años, nosotros eso lo hacemos automáticamente", cuenta ya este miércoles por la mañana cuando es muy consicente de la responsabilidad de abrir el negocio: "Nuestro efecto llamada en El Tumbao es muy grande. No abriremos hasta que las autoridades nos lo permitan, por supuesto". Hoy no tiene pinta de que suceda.

Unas 500 personas vivieron in situ esos primeros momentos del incendio, una entrada al local notable teniendo presente que el aforo completo dobla con creces esa cifra. Él lo achaca a que justo ayer "había aflojado un poco la levantera y se podía estar en la playa".

Las llamas cercaron también su otro negocio, Casa Explora, en el otro lado de la carretera, donde se refugiaron los encargados hasta las 2 de la mañana. Vuelta a Tarifa apenas unas horas a intentar dormir y a las 6 otra vez en el lugar del desastre. "Sigue habiendo focos sueltos, porque el viento no para y se ha quemado mucho matorral bajo, pero ya hacia arriba. Todo el dispositivo cumplió perfectamente, cosa que es de agradecer y de resaltar. Cuando las cosas se hacen bien, hay que decirlo".

Las llamas también cercaron hoteles como La Torre y Dulce Nombre, que se libraron de males mayores.

Por hacer un recorrido detallado de esta zona cero del incendio, entre los kilómetros 70 y 80 de la N-340 repletos de nombres muy conocidos, el fuego afectó al tramo entre Torre de la Peña (saliendo desde Tarifa, algo más allá de La Afrikana, Arte Vida y La Codorniz) hasta Punta Paloma. O sea, se vieron amenazados entre muchos otros los hoteles Punta Sur, La Torre, Dulce Nombre, Tres Mares, 100 % Fun, Tarifa Lodge y bares y restaurantes como Casa Explora, El Tumbao, Zero Nueve, Tangana y el BiBo Beach House, campings y pequeños establecimientos aparte alineados a ambos márgenes de la carretera, un sin parar de coches en verano. En la jerga oficial, 1.500 personas desalojadas, 5.000 vehículos evacuados y más de cien efectivos movilizados para sofocar el fuego que aún no se ha apagado.

El público adolescente y veinteañero y del otro más veterano que se quiere imantar de los dones juveniles sólo por estar en Tarifa abarrota todos estos sitios en estas fechas. Cercados en la tarde del martes por las llamas avivadas con fiereza por el levante, compañero ininterrumpido este mes de agosto.

La "pasada" del Grupo 43

"El espectáculo del humo negro entre el rojo de las llamas era impresionante, parecía que te rodeaban 20.000 metros de llamas, una pasada", comenta uno de los propietarios del Tumbao. Pero igual de "pasada" era ver cómo actuaban los aviones del Grupo 43, otro "espectáculo" que ha conseguido que el desastre no pasara a mayores. "Todos, los bomberos, la Guardia Civil, la Policía Municipal actuaron perfectamente". A medianoche estalló una bomba de butano en un camping cercano, "y ahí sí que nos asustamos de verdad". 

"El fuego de hace dos años fue debido a un tendido eléctrico de este lado de la carretera. La verdad es que nos estamos salvando tanto en el Tumbao como en Explora", asegura Marcos Carmona. 

"El dinero ahora es lo de menos; lo más importante es la seguridad de todas las personas", afirma quien no para de echar leña a la maquinaria del Tumbao, en concreto, 1.500 mojitos al día.

Ahora, claro, eso es lo de menos.

PUBLICIDAD