Una operación conjunta entre la Guardia Civil y la Policía Nacional ha culminado con el desmantelamiento de un grupo criminal dedicado a la introducción de importantes alijos de cocaína en las provincias de Vizcaya y Cantabria. La red estaba supuestamente dirigida por un residente de Santoña. Este individuo figura entre los tres arrestados de la denominada 'Operación Buciero-Anchoa'.

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Según Europa Press, la sustancia ilícita se transportaba desde el sur en coches equipados con sofisticos dobles fondos o "caletas". El cabecilla, residente en Cantabria, no solo negociaba los envíos. También participaba activamente en la logística, actuando como vehículo lanzadera para asegurar que el cargamento llegara a su destino sin contratiempos.

Las pesquisas comenzaron a finales de 2024 tras un control rutinario llevado a cabo por el Servicio Fiscal de la Guardia Civil de Vizcaya en el peaje de Arrigorriaga (AP-68). En aquella ocasión, fue interceptado un asturiano con 58 kilos de cocaína ocultos en su coche.

El análisis de la información obtenida permitió a los investigadores centrarse en un vehículo de apoyo y su conductor. Pronto se descubrió que la Policía Nacional de Burgos ya estaba siguiendo la pista de la misma persona. La colaboración entre ambos cuerpos permitió continuar con la investigación y, finalmente, en agosto se logró la captura del líder y de otro implicado. Fueron detenidos mientras movilizaban un kilo de la droga.

El balance de la operación es contundente: tres individuos en prisión, la incautación de 60 kilos de cocaína (con un valor estimado superior a 1,5 millones de euros), la intervención de dos vehículos con sus complejos compartimentos ocultos, siete teléfonos móviles y 3.400 euros en efectivo. La exitosa coordinación entre los agentes vascos, cántabros y la Policía Nacional fue fundamental para culminar el caso.

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