El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este viernes la imposición de aranceles adicionales del 100 % a todos los productos procedentes de China a partir del 1 de noviembre, en respuesta a las nuevas restricciones que Pekín ha impuesto sobre la exportación de tierras raras, minerales esenciales para la fabricación de semiconductores, baterías y equipamiento militar.

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El mandatario calificó las medidas chinas de "siniestras y hostiles" y aseguró en su red social Truth Social que los nuevos gravámenes se aplicarán "por encima" de los ya existentes, muchos de ellos de dos dígitos. Trump añadió que Washington impondrá también controles a la exportación de software crítico de origen chino.

El anuncio supone una escalada abrupta en la tensión comercial entre las dos mayores economías del mundo y ha llevado a fuertes caídas en los mercados estadounidenses: el S&P 500 retrocedió más de un 2 %, mientras que el Nasdaq y el Dow Jones cayeron en torno al 3 %, arrastrados por la pérdida de valor de las tecnológicas. Nvidia descendió casi un 5 % y AMD, cerca del 8 %.

Respuesta a las restricciones chinas

Horas antes, Trump había confirmado que no se reunirá con el presidente chino, Xi Jinping, como estaba previsto a finales de octubre durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Corea del Sur. "Ahora no parece haber motivo para hacerlo", escribió en Truth Social.

Las restricciones chinas, anunciadas el jueves, amplían su control sobre el comercio mundial de minerales y exigirán a las empresas extranjeras licencias para exportar productos que contengan incluso pequeñas cantidades de tierras raras. Pekín también fijará límites a la tecnología usada para extraer y procesar esos materiales y para fabricar baterías de vehículos eléctricos. Las normas entrarán en vigor el 1 de diciembre.

China produce el 70 % de las tierras raras del mundo y controla alrededor del 90 % de su procesamiento químico. Su decisión amenaza con interrumpir las cadenas de suministro de grandes compañías estadounidenses, como Nvidia o Apple, y reaviva los temores de una nueva guerra comercial.

Fin a una frágil distensión

El presidente del Comité de la Cámara sobre China, el republicano John Moolenaar, calificó la medida de Pekín como "una declaración económica de guerra contra Estados Unidos". Analistas citados por The New York Times señalaron que los últimos movimientos demuestran la fragilidad de la reciente tregua entre ambos países y que tanto Washington como Pekín están dispuestos a utilizar su poder económico como herramienta de presión.

El enfrentamiento en torno a las tierras raras se suma a meses de tensiones que habían dado paso a una frágil distensión tras la llamada entre Trump y Xi el pasado 18 de septiembre, cuando ambos aprobaron un acuerdo preliminar para permitir la continuidad de TikTok en Estados Unidos. El anuncio de este viernes deja esa aproximación en suspenso y abre un nuevo capítulo en la rivalidad comercial entre las dos potencias.

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