Mario Casas y Alberto San Juan son los protagonistas de la película La cena, en cines a partir del próximo viernes 17. Les dirige Manuel Gómez Pereira con guión de Joaquín Oristrell y Yolanda García Serrano a partir de una obra de teatro escrita por José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas). Aquella se llamó La cena de los generales y contaba con Sancho Gracia y Juanjo Cucalón como Genaro y Medina, un maître y un teniente que, tras el fin de la Guerra Civil, deben colaborar para que salga a pedir de boca una cena para Franco en el Hotel Palace de Madrid.

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El hándicap es que no hay cocineros en la capital, pues "todos son de izquierdas". Habrá que liberarlos por una noche. Completan el reparto Asier Etxeandia, Nora Hernández, Óscar Lasarte, Martín Páez, Elvira Mínguez, Carlos Serrano, Carmen Balagué, Eva Ugarte y Antonio Resines.

La película, de título abreviado, mantiene intacta la premisa de la obra de teatro –escrita en 1998, estrenada en 2008– y cuenta con Alberto San Juan (56) y Mario Casas (36), indiscutibles galanes del audiovisual patrio, como el maître Genaro y el teniente Medina. Uno es monárquico y homosexual. El otro, franquista y recién casado. Digamos que el filme podría haberse llamado Dos hombres y un destino. El Independiente habla con ellos sobre La cena.

Entrevista a Mario Casas y Alberto San Juan, protagonistas de 'La cena'

P.- ¿Cómo definiríais la relación de estos dos 'machos'?

R.-  (Mario Casas) Es una relación muy especial. Son dos personajes que, de primeras, no tienen absolutamente nada que ver y, de repente, tienen mucho que ver. Tal vez por lo que cuenta la película y por el lugar tan importante donde se están conociendo que marcará el resto de sus vidas, es una relación muy bonita, muy especial y muy tierna.

R.- (Alberto San Juan) Es una relación preciosa. Son dos personas que no tienen nada que ver, se encuentran en unas circunstancias muy especiales y surge la amistad entre ellos. Finalmente, el afecto entre ellos se impone más allá de los intereses e incluso deseos porque mi personaje tiene un deseo sexual por él, pero el afecto que se genera entre los dos está por encima de eso. Al final se cogen cariño en esas horas.

P.- ¿Sólo amistad?

R.- (Alberto San Juan) No se sabe.

P.- ¿Cómo trabajasteis vosotros la intimidad entre los dos personajes?

R.- (Mario Casas) Su parte, lógicamente, sí estaba en guión; la manera en que él me mira. Pero lo que [sucede] entre los dos personajes fue algo que fuimos creando Albero y yo en secuencias, como ese abrazo que se van a dar de repente, pero no se dan.

R.- (Alberto San Juan) El hecho de que al espectador le genere dudas, ¿pero cuál es la sexualidad de Medina [Mario Casas], me parece estupendo, y que en el guión no estaba.

R.- (Mario Casas) Es algo que fuimos creando nosotros. Cuando mi personaje llega al Palace y conoce a Genaro [Alberto San Juan] y se saludan, había algo de observarse el uno al otro un poco de más: por qué hace esto, qué le pasa, por qué me habla… Mantuvimos eso toda la película.

P.- Se os puede identificar como galanes del cine español.

R.- (Mario Casas) A mí, si me preguntas quién me gustaría ser de mayor, diré Alberto San Juan. ¡Es un galán!

R.- (Alberto San Juan) Yo creo que Mario puede mejorar lo presente.

Alberto San Juan y Mario Casas protagonizan 'La cena'
Alberto San Juan y Mario Casas, este lunes 13 de octubre, durante la promoción de 'La cena' en los cines Verdi de Madrid | EFE/Fernando Villar

P.- ¿Cómo conectan estos dos personajes con vuestra persona como hombres y vuestra filmografía de los personajes a los que habéis interpretado en los últimos años? Alberto, tú hiciste Cristóbal Balenciaga. Mario, tú hiciste Muy lejos.

R.- (Mario Casas) En Molt lluny [Muy lejos] interpreto al final a un hombre homosexual, pero es un papel trabajado desde la dureza y la masculinidad de tapar. Es alguien rudo, crudo. Pero para mí se trata más de trabajar las sensibilidades. Es cierto que yo muchas veces haciendo ese personaje, educacionalmente a mí sí he tenido una cosa de hombre que no puedo mostrar mis [emociones]; no que no pueda, pero he tenido una educación más por esos lugares. Entonces, trabajo la sensibilidad, lo que realmente hay ahí dentro, y que eso florezca. Pasa con el personaje de Muy lejos y pasa también con este teniente. Es un tío que te presentan con una máscara que, gracias al personaje de Alberto se va quitando y ves un niño. Hay algo ahí, en este caso, de niñez e inocencia.

R.- (Alberto San Juan) En el caso de Genaro, es uno de los personajes que más simpatía le tengo. Podría estar tiempo haciéndolo y disfrutándolo. Si se hiciera una serie sobre esto lo disfrutaría.

P.- Te genera simpatía, ¿pero simpatizas? Es monárquico.

R.- (Alberto San Juan) Es monárquico. ¿Qué se le va a hacer? Nadie es perfecto [bromea]. Los dos personajes tienen algo que te hace quererlos: son buenas personas. Se impone su bondad finalmente a todas las adversidades, que son muchas. En su caso prima la experiencia del encuentro. Se quitan esas poses, esos disfraces, y son dos personas en una situación difícil tratando de salir adelante.

P.- En tiempos de tanta corrección política y premisas blandas que no se mojan, ¿os atraía la idea y os apetecía hacer una comedia ambientada tras el final de la Guerra Civil sobre republicanos y falangistas?

R.- (Mario Casas) Yo no me lo planteé así. De verdad. El guión de La cena me llegó hace ya unos años. Te enamoras de las historias, de los guiones. Uno no dice: ‘Voy a hacer esto porque quiero reivindicar. A ver, que puede ser. En las manos está el interpretar, contar historias y reivindicar. Me parecía una comedia inteligente, ácida; me enamoré del guión, de los personajes, y había una buena película detrás.

R.- (Alberto San Juan) Lo que te convence, o no, es el guión, sea el género o el tema que sean. Luego, aparte, me parece evidentemente un momento histórico interesantísimo para abordarlo a través de todas las ficciones.

P.- No os echaba para atrás la coyuntura histórica y política.

R.- (Alberto San Juan) Para nada. Todo lo contrario. Es muy interesante.

P.- La percha ayuda a que se os hagan determinadas preguntas.

R.- (Mario Casas) Hostia, pues si tuviéramos que pensar en eso cuando estás leyendo [un guión], no podrías. Estamos hablando que, por desgracia, es algo universal: las guerras. Todas las guerras son iguales. Es algo que enseguida, como espectador, todos conocemos. Por lo vivido, por lo que sabemos históricamente… Para mí es más importante lo que le pasa a los personajes por dentro, no tanto si es de un bando o de otro. Quiénes son. Qué les sucede. Eso es para mí el cine y los personajes.

P.- En este caso es una comedia, pero entiendo que lo interpretáis desde el drama. Los personajes lo viven como una tragedia.

R.- (Alberto San Juan) Sí, por supuesto. Hombre, siempre sabes que estás en una comedia, pero precisamente por estar en una comedia, cuantas más angustias y dificultades vivan los personajes, más posibilidades de comedia hay.

Mario Casas (39) y Alberto San Juan (56), durante la presentación de 'La tregua' en el Festival de Cine de San Sebastián el pasado 23 de septiembre

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