España quiere que se reabra un debate que se suscitó en la propia Unión Europea en 2018 y que se cerró por falta de consenso entre los Veintisiete. El cambio de hora estacional. Pedro Sánchez entiende que es el momento de hacerlo porque el calendario actual de cambios concluye en 2026, y por tanto "es la oportunidad para decidir". El principio es que "no tiene sentido seguir cambiando el reloj dos veces al año", ya que la medida "ya no aporta ahorro energético y sí provoca molestias y efectos negativos en la salud".

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La propuesta no es cerrada —no se inclina por mantener el horario de verano y apostar solo por el de invierno o a la inversa—, y la hace el Ejecutivo este lunes, en el seno del Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía de la UE, donde se reúnen los ministros de los Estados miembros, y la adelantó en un comunicado remitido a los medios y en un mensaje en vídeo en X del propio presidente. El Gobierno se apoyará en tres argumentos para defender su propuesta: el respaldo mayoritario de la ciudadanía española y europea, la "ausencia de evidencia científica que demuestre que esta práctica genera un ahorro energético sustancial en la actualidad" y las consecuencias que tiene el cambio de hora en la salud y el bienestar de millones de personas, trastocando los ritmos biológicos y provocando alteraciones del sueño dos veces al año". En España, recuerda la Moncloa, el 66% de la población está a favor de terminar con esta práctica.

Este próximo fin de semana, los relojes deberán atrasarse una hora para dar paso al horario de invierno. La actual planificación fijada por la Comisión Europea concluye en 2026, incluido

El cambio de hora estacional está regulado a nivel europeo y se debe hacer de manera simultánea y obligatoria en todos los Estados miembros. Este próximo fin de semana, de hecho, en la madrugada del sábado al domingo, todos tendremos que atrasar el reloj una hora para ajustarnos al horario de invierno. Y el último fin de semana de marzo ocurre siempre lo contrario: se adelanta una hora para pasar al horario de verano. La Comisión Europea fija el calendario de los cambios cada cinco años, y la actual planificación acaba en 2026 (incluido), por lo que el Ejecutivo cree que se abre una "ventana de oportunidad" para poner fin a la medida.

La última propuesta de la Comisión Europea de acabar con los cambios de hora fue en el verano de 2018 y pilló a Sánchez, recién llegado a la Moncloa, de gira por Latinoamérica. En aquel momento, se impulsó una consulta ciudadana en la que participaron 4,6 millones de personas, con un 84% favorable a terminar con los cambios. En 2019, el Parlamento Europeo apoyó claramente la postura, con un 63% de los votos. Pero al final la decisión quedó paralizada por la falta de consenso entre los Estados, ya que se precisa una mayoría cualificada en el Consejo para que salga adelante.

La Comisión Europea organizó una consulta pública en la que participaron 4,6 millones de ciudadanos, de los que el 84% se mostró favorable a acabar con el cambio de hora estacional. "Es hora de sincronizar Europa con la gente, no con el reloj", argumentan en la Moncloa

En 1980, la entonces Comunidad Económica Europea empezó a coordinar los horarios de verano e invierno de los países miembros con dos argumentos básicos: aprovechar más las horas de luz para reducir el consumo energético, y armonizar el funcionamiento del mercado común. Pero casi medio siglo después, dice el Gobierno, "la evolución de la economía, la tecnología y los hábitos sociales han dejado obsoleta esta medida, que sigue teniendo importantes impactos en el bienestar de la población".

Para la Moncloa, España, al reimpulsar el debate en la UE, "manda un mensaje claro: los Estados miembros deben escuchar a la ciudadanía, atender a la evidencia científica y demostrar que son capaces de actualizar sus políticas al ritmo de los tiempos". Es momento, remacha el Gobierno, de "seguir avanzando juntos en una agenda ambiciosa de transición energética y competitividad europea". "Es hora de sincronizar Europa con la gente, no con el reloj", concluye.

España no apostará por ahora por mantener para siempre el horario de verano o el de invierno. Esa es una cuestión, dice Bolaños, que se deja "abierta" para hablar con los países. La mejor propuesta, añade, es la que logre el consenso del Consejo

El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, defendió este lunes, en declaraciones a los medios desde su departamento, que la propuesta del Ejecutivo es "razonable". Y abierta al debate, insistió, motivo por el que España no hará una apuesta final, no abogará por mantener el horario de verano o el de invierno. "Esa es una cuestión que dejamos abierta, precisamente para hablar con los diferentes países y los distintos Estados", señaló. "Creemos que debemos tener flexibilidad. España tiene una posición que la planteará, pero creemos que no es el momento de que la propuesta de España sea una propuesta cerrada, sino que consiga el consenso del Consejo Europeo", que fue el escalón donde la idea "embarrancó". "Por eso España la propuesta que hace es que se mantenga el mismo horario, que no se cambie dos veces al año de hora y tengamos flexibilidad para hablar con nuestros socios, nuestros países aliados en la Unión, para saber y conocer cuáles pueden ser las pretensiones de cada uno de ellos para que consigamos el objetivo, que es en definitiva no cambiar dos veces al año de hora", resumió.

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