Lo que le pasa a tu cuerpo si comes setas de forma habitual

Las setas están presentes en la gastronomía tradicional y son más protagonistas cada otoño, pero su interés va más allá del sabor, ya que su perfil nutricional, el escaso aporte de calorías y la diversidad de compuestos bioactivos que contienen, explican que cada vez más especialistas las recomienden en la dieta habitual. El consumo habitual de setas ofrece beneficios digestivos, inmunitarios y metabólicos que se traducen en bienestar general.

Las setas en tu microbiota

Las setas sobresalen por el contenido aportado en fibra fermentable, más concretamente beta-glucanos y otros polisacáridos. Todo ello los hace llegar intacto al colon, donde sirven de alimento para las bacterias que permiten equilibrar el sistema microbiano. Gracias a este aporte constante el ecosistema intestinal incrementa su diversidad, lo que le permite sostener las funciones que son esenciales para la salud digestiva.

Por qué mejoran la salud intestinal

La existencia de esos polisacáridos influye en la producción de ácidos grasos de cadena corta, que son fundamentales para mantener la mucosa intestinal. Esa acción refuerza la protección digestiva y favorece un tránsito regular. La misma mejora el número de nutrientes que el organismo asimila y proporciona una sensación de ligereza a las personas que consumen setas varias veces a la semana.

Beneficios que las setas

Su total será de 100 gramos, 20-30 calorías y una gran cantidad de nutrientes de alto valor. Aporta D2 si ha recibido luz natural o UV, un elemento clave en nuestro país donde gran parte de la población mantiene valores bajos. También aporta vitaminas del grupo B imprescindibles para el metabolismo energético y el adecuado funcionamiento del sistema nervioso.

Además, contienen minerales esenciales como selenio, que posee propiedades antioxidantes y ayudando a mantener la función tiroidea; potasio, que contribuye al control de la presión arterial, y cobre, que participa en la formación de glóbulos rojos. El zinc y el fósforo cierran el círculo, ofreciendo también un alimento útil y equilibrado para reforzar diversos procesos del organismo.

Protección frente al estrés oxidativo

Las setas tienen polifenoles, antioxidantes y metabolitos de las variedades como shiitake, oyster o reishi. El efecto de estos metabolitos es el de mitigar el efecto del estrés oxidativo y podrá también moderar la inflamación. La ergotioneína, un aminoácido que no se puede producir en el cuerpo y que actúa como un escudo celular especialmente efectivo. El hecho de consumir setas de manera regular contribuye a mantener esta reserva protectora y, en la misma línea, también ayuda a estimular la función inmunitaria.

Moderar el consumo

Las setas son fácilmente toleradas, pero algunas personas pueden experimentar molestias con su abuso, debido a la quitina, una fibra de difícil digestión. Las personas con síndrome de intestino irritable o enfermedad inflamatoria intestinal deben introducirlas de forma gradual para determinar su tolerancia, ya que su fermentación puede producir gases.

Recomendaciones para grupos concretos

Las personas que padecen de hiperuricemia o gota deben intermediarlo por sus niveles de purinas. Por su parte, los pequeños, sobre todo aquellos que tienen menos de tres años, deben comenzar la ingesta lentamente y siempre con setas muy bien cocinadas. Las mujeres embarazadas o lactantes pueden tomar variedades comerciales de forma segura, pero han de ahorrar en su consumo, por completo, las silvestres sin control del origen.

Las alergias a las setas son muy raras, aunque en personas con sensibilidad a los hongos o a las levaduras sería recomendable pedir consejo médico especialista ante cualquier duda. En las personas inmunodeprimidas, las setas pueden considerarse bien cocinadas y por tanto sin riesgo, aunque los complementos alimenticios con extractos de hongos deben estar supervisados por el médico.

Consumidas con frecuencia y, además, en el marco de una dieta equilibrada, las setas son un aliado versátil y muy sencillo para mejorar la salud digestiva, inmune y metabólica. Su riqueza nutricional y su efecto positivo sobre la microbiota ayudan a entender por qué cada vez cuentan con un espacio más grande también en los menús del día a día.