Esta vez Donald Trump ha esperado a Volodimir Zelenski en la escalera de su residencia en Palm Beach. Ha recibido al presidente ucraniano con un apretón de manos. Previamente había hablado con el líder ruso, Vladimir Putin, por teléfono. "Sí, creo que Putin quiere la paz. Los dos la quieren", ha dicho Trump antes del encuentro con Zelenski. Los hechos, sin embargo, le contradicen: el sábado fue una jornada de intensos bombardeos rusos sobre Kiev. Ni un reproche por parte de Trump, quien informará a Putin sobre su conversación con Zelenski. De nuevo vuelve Trump a equiparar al agredido y el agresor. Un mal presagio.

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Tras la reunión, han comparecido Trump y Zelenski ante los medios. Su intención era transmitir que hay progresos, pero no han concretado en qué se ha avanzado. Al contrario, ha quedado claro que lo fundamental aún está por resolver. "Hemos hecho un gran progreso en el último mes", ha subrayado Trump, quien ha remarcado que el encuentro ha ido "muy bien". Según Trump, "estamos muy cerca" y ha insistido en que todos quieren ver el fin de esta guerra. Ha reconocido que quedan al menos "dos cuestiones difíciles por resolver, son muy difíciles". Son las diferencias sobre el territorio, en alusión al control del Donbás, y el alto el fuego, a lo que se niega Rusia.

"Es hora de que acabe esta guerra", ha insistido Trump, quien cree que si no acaba ahora durará mucho tiempo. "Si todo va bien, habrá paz en unas pocas semanas. Si no, habrá más muertos". Habrá otro encuentro probablemente si va todo bien con Trump, Zelenski y los líderes europeos en enero. Pero no hay nada que indique que habrá cesiones por parte de Rusia y Ucrania ya ha puesto sobre la mesa hasta dónde puede llegar.

Zelenski ha asegurado que han abordado el plan de 20 puntos y que hay acuerdo sobre un 90%. "Llevamos muchas reuniones en Miami, Berlín, y ahora aquí. Estamos muy cerca, como ha dicho Trump", ha señalado. El presidente ucraniano ha aclarado que si el plan es muy complicado para la sociedad ucraniano será sometido a referéndum, pero otra opción es que lo vote el Parlamento. "Hemos acordado que las garantías de seguridad son una cuestión clave para alcanzar la paz y nuestros equipos seguirán trabajando en ello", ha añadido. Es decir, sigue sin haber un compromiso claro de los americanos.

Implicación europea

Al terminar su encuentro, Trump y Zelenski han hablado con los líderes europeos, según ha escrito en X el presidente de Finlandia, Alexander Stubb. Han participado el canciller alemán, Friedrich Merz; el presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro británico, Keir Starmer; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el presidente de Polonia, Karol Nawrocki; el jefe del Gobierno de Noruega, Jonas Gahr Store, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. Ni rastro de España.

Trump ha elogiado a los líderes europeos en varias ocasiones, sobre todo por estar aportando ayuda financiera. Tras recibir a Zelenski, el presidente de Estados Unidos había dicho que estaba convencido de que estamos en las fases finales de las conversaciones. Trump ve posible un final "rápido". "O bien termina ahora o va a durar mucho tiempo y van a morir millones. Nadie quiere eso", ha añadido Trump a las puertas de Mar-a-Lago. Trump ha indicado que habrá un acuerdo de seguridad fuerte y ha aludido a la gran implicación de las naciones europeas. Sin embargo, ha reconocido que no hay una fecha límite para alcanzar un acuerdo.

En la mesa en Mar-a-Lago se han sentado Zelenski y los miembros de su delegación junto a Trump y su equipo. Entre los estadounidenses están el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; la jefa de gabinete, Susie Wiles; el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Dan Caine; los enviados Jared Kushner y Steve Witkoff; y el vicejefe de gabinete Stephen Miller.

Putin al tanto de todo

La conversación entre Trump y Putin ha tenido lugar a iniciativa del presidente de EEUU, según el asesor internacional del Kremlin, Yuri Ushakov. Ha durado una hora. Ha añadido que los dos coincide en que un alto el fuego temporal, como demandan Ucrania y sus aliados europeos, solo prolongaría el conflicto. Ha instado a Kiev a que tome una decisión "valiente y responsable" sobre la región del Donbás. "Dada la situación en las líneas de frente, Kiev necesita tomar una decisión sin demora". En realidad, el frente se mueve lentamente y Rusia está lejos de conseguir lo que buscaba con las armas. Pero mantiene el tono chulesco y amenazante.

El pasado día 24 Zelenski presentó por primera vez en detalle el plan de paz de 20 puntos elaborado de forma conjunta por Kiev, Washington y las capitales europeas. Ucrania se abre a concesiones territoriales, aunque lo que se acuerde ha de confirmarse en un referéndum. La opción preferida de Kiev sería mantener la línea de frente como está ahora. Una segunda posibilidad sería establecer una zona bajo protección internacional pero libre de tropas ucranianas en el Donbás.

La condición principal sería que Ucrania cuente con garantías de seguridad similares al artículo 5 de la OTAN, en el que se basa la defensa colectiva. Ucrania seguiría aspirando a ingresar en la OTAN, una decisión que depende de los aliados. Aún no hay consenso sobre la cuestión.

Sin embargo, Rusia respondió con misiles y drones sobre Kiev, y una declaración sobre las divergencias entre este plan de 20 puntos y lo negociado con los enviados de Trump. Putin busca controlar a Ucrania y convertirla en un Estado vasallo como Bielorrusia. Sin embargo, la invasión del país vecino ha contribuido a reforzar la identidad ucraniana. Cuando se van a cumplir cuatro años de guerra en febrero, Rusia sigue estancada en la línea de frente en el este y no para de perder soldados. Ucrania también sufre la fatiga de la guerra pero no está dispuesta a firmar una claudicación.

El encuentro en Mar-a-Lago ha despertado las expectativas mediáticas, ya que Trump aseguró que no volvería a verse con Zelenski hasta que hubiera posibilidades de avances reales. Los dos se han visto este año en cinco ocasiones, tres veces en la Casa Blanca, una en París, y esta última vez en Florida. La primera fue un desastre por la descortesía de Trump, que se empleó a fondo en intentar ridiculizar a Zelenski. En todas las demás, Zelenski ha sabido cómo tratar a Trump y él se ha mostrado más contenido. Zelenski ya sabe que ha de dar protagonismo a Trump y no contradecirle pero su cara este domingo expresaba pesar más que entusiasmo.

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