Pedro Sánchez comienza a dar marcha atrás en sus planes sobre Cataluña para atraerse el apoyo de ERC en su investidura. Este jueves, en una comparecencia conjunta con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el líder socialista no ha querido responder si mantiene los compromisos que adquirió respecto a Cataluña el pasado 4 de noviembre: devolver el delito de convocatoria de referéndums ilegales al Código Penal y luchar frente al control político de TV3. No han durado ni diez días en boca del candidato.

Preguntado explícitamente por si mantenía esas promesas, que fueron su principal aportación al debate electoral a cinco, Pedro Sánchez ha eludido responder a la cuestión del periodista. No ha mencionado esos asuntos, pese a haber sido preguntado directamente. En su lugar, ha dado una respuesta genérica: "Respecto al programa de gobierno tendremos que llegar a un acuerdo sobre cual es la propuesta que vamos a hacer en múltiples ámbitos, pero vamos paso a paso".

El presidente en funciones destierra así sus medidas estrella, contra las que había votado este mismo año cuando fueron presentadas por el Partido Popular. No son medidas del gusto de Podemos, ni permitirían recabar fácilmente la abstención de ERC.

Los republicanos han subrayado este jueves que se mantienen en el 'No' a la investidura de Sánchez mientras no haya indicios de que el PSOE abandonará la "vía represiva". La formación ha emitido un comunicado tras la reunión mantenida en el Congreso entre Adriana Lastra y Gabriel Rufián, en un tono cordial pero en la que no se han producido avances hacia la abstención, imprescindible junto a la de Bildu para sacar adelante la investidura.

Pedro Sánchez ha defendido la suma con la izquierda populista con el permiso de los partidos independentistas porque "no hay otro Gobierno posible", pese a la posibilidad de sumar con Ciudadanos y los partidos regionalistas con la abstención del Partido Popular.

"¿Si no es este Gobierno, qué alternativa ofrecen los que van a votar en contra?", se ha preguntado Pedro Sánchez, que ha vuelto a definir el acuerdo como "ilusionante" y como una opción para abrir "una etapa de esperanza y de entendimiento entre la izquierda".

Sobre los vetos a Pablo Iglesias, ahora olvidados, Sánchez se ha limitado a señalar que la repetición de elecciones ha llevado a constatar tanto a PSOE como a Podemos la necesidad de romper el bloqueo.

"Este preacuerdo incorpora garantías que para las dos formaciones era fundamental tener. Para Podemos era estar en el gobierno y para el PSOE era tener un gobierno cohesionado, solidario en cuanto a responsabilidades, y eso está perfectamente recogido en el preacuerdo. También la lealtad en los elementos sustantivos y esenciales en toda acción de gobierno", ha asegurado Pedro Sánchez.

En relación a Cataluña, además de desterrar los compromisos adquiridos hace sólo diez días, no ha descartado volver a una mesa de partidos como la que se propuso tras la reunión de Pedralbes y que terminó en nada tras estallar la polémica del relator.

"El PSOE y Podemos somos las dos únicas organizaciones, a nivel nacional, que apuestan por el diálogo dentro de la Constitución para resolver la crisis política en Cataluña. Somos las dos únicas fuerzas que aspiramos a superar esta crisis política con el diálogo, dentro de la Constitución y del Estatut", ha dicho.